«De la vespa velutina al selfie».- (Artículo de opinión de Félix Alonso)

No sé si son conscientes del daño que hacen al PSOE de San Lorenzo de El Escorial las improvisaciones en los plenos municipales por parte de la actual portavoz. Me lo han reprochado al salir del encuentro poético en torno a Walt Whitman, y me lo han vuelto a decir después de la proyección de la película «Siberiada» y es que no podemos evitar que tengamos en el pueblo la etiqueta de socialista. Y está bien que se interesen.

Imagínense la situación: primer pleno municipal, y la pregunta a la oposición de la portavoz del partido con 140 años de historia es del siguiente tenor: ¿Me pueden decir ustedes que van a hacer con la vespa velutina? Ante el desconcierto generalizado, llega la matización: “Es que yo uso el latín para referirme a los insectos”. Si se quería preguntar sobre las medidas a adoptar ante la llegada de una posible plaga de la avispa asiática, se podría haber hecho de muchas maneras (con informes detallados de los organismos implicados, reseñar el mapa de riesgo que elaboró el Ministerio para la Transición Ecológica, etc.), pero así de sopetón, sólo suscitó la hilaridad.

Personalmente no la conozco lo suficiente -aunque me da la sensación de que no es mala persona-, pero el error político del último pleno cuestionando al Ayuntamiento la precipitación de una condena sobre unos insultos machistas a una árbitra en el campo de futbol de La Herrería, debería hacer reflexionar a la actúal dirección política que la nombró,  dirigida por Miguel Ángel Hontoria, y secundada por Emilio España y Begoña Toral, verdadero trio de peso, después de las dimisiones que se han ido produciendo. ¿Por qué no asumió la portavocía el propio candidato?

Ante esa declaración, en las redes sociales surgió un “yo soy socialista y no comparto”, que rápidamente fue secundado por muchos “me gusta”. Me dicen, aunque esto tendré que confirmarlo, que han abierto un expediente disciplinario por publicar unas tablas reales del Ministerio del Interior de los resultados electorales en las que se pone de manifiesto objetivamente la caída en las municipales. Si esto fuera verdad habrá que hacer las críticas públicas que sean necesarias. Cuando la discrepancia política se lleva por el camino de la represión, se sabe el inicio, pero no el final. Hay que recordar siempre en estos casos a Bertolt Brecht. 

En la antigua sede socialista de la calle Medinaceli, en un bajo con humedades, recuerdo que cada día había reuniones para hablar de política. Allí estaban (seguro que me dejo nombres) Alberto Martínez, Maganto, Mamolar, Victor, Boni, Luis, Felipe, la UGT… Acudí a votar el acuerdo con Unidas Podemos; hacía meses desde la censura al Colectivo que no pisaba la desaprovechada sede. En la mesa, el trío, ambiente frío, nadie con quien hablar, todo vacío, hueco, vano, huero, desolado… pido a los socialistas de corazón del pueblo que nos echen una mano para solucionar el problema, para que la sala Juan Negrín vuelva a tener el esplendor que no debió perder. Hontoria, con la política de buscar el selfie de forma permanente no llegaremos con los deberes hechos dentro de cuatro años. Sé generoso.

Félix Alonso (Colectivo Rousseau, San Lorenzo de El Escorial)

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