«Teresa de Ávila, los pucheros y el cocido en San Lorenzo de El Escorial»

En este día en el que se celebra la onomástica de la Santa de Ávila, que está casi a tiro de piedra de San Lorenzo de El Escorial, nos cuentan los “medios” que le han concedido al Restaurante Charolés, de San Lorenzo del Escorial, que regentan Mari Cruz y Manolo, el Premio al Plazo Castizo por su cocido. La Academia Madrileña de Gastronomía ha dejado la capital del reino y se ha acercado a este enclave de la Sierra madrileña, para reconocer que llevan cuatro décadas ofreciéndolo.

Por nuestra parte, nos hemos acordado de la Santa de Ávila, quien además de aquel honor, es una de las escritoras patrias, cuya trascendencia ha traspasado los tiempos. Y así, en uno de sus escritos, el «Libro de las Fundaciones», nos dice, refiriéndose a cosas de oración: “Es muy provechoso para los que andan en cosas activas […] Pues, ¡ea¡, hijas mías, no haya desconsuelo, cuando la obediencia os trajere empleadas en cosas exteriores, entender que, si es en la cocina, entre los pucheros anda el Señor, y ayudándoos en lo interior y lo exterior…”.

Nuestro amigo Ramón de Garciasol, me regaló, entre ochos muchos manuscritos, éste que viene al pelo a lo que hoy nos referimos: esta cancioncilla que pueda corresponder a la elaboración del cocido en los fogones del Charolés:

Cancioncilla del puchero a la lumbre

El pucherillo a la lumbre / Cuece que te cuece está / irritante mansedumbre / para lo que viene y va.

Por  el mundo, por la vida / a todo trapo la nave / alegre de la partida / alejándose del grave

Ahondar de las raíces / del árbol o del puchero / inmóvil, de la matria / oscuras , del manadero.

El pucherillo a la lumbre, / poeta, con tu cantar, / hermosura, pesadumbre, / frívolo borbollonar

Al oído que no alcanza, / qué enrabietadas están / las ascuas bajo la panza / del pucherillo o del pan.

Las cosas del yantar: frivolo borbollonar. Premiado el Castizo Cocido. Plato por excelencia madrileño, además de en las páginas literarias, en alguna novela, ensayo y prensa. En el pueblo serrano de San Lorenzo de El Escorial, en un callejón se ubica el Restaurante Charolés. Esas cosas del destino: “Dios entre los pucheros”, que nos recordaba la Santa de Ávila el día de su Onomástica.

José Ruiz Guirado

 

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