«Salvar las dehesas, protegernos de las pandemias».- Artículo de opinión Ángel Martínez, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Moralzarzal

Puede que la Dehesa Vieja de Moralzarzal y un mercado de animales vivos de Wuhan (China) sean dos lugares muy alejados cultural y geográficamente.  Pero, en un mundo donde se ha demostrado que una enfermedad puede viajar a tanta velocidad e infectar a comunidades tan lejanas, es preciso cambiar la forma de entender la realidad y empezar a conectar algunos conceptos.

Los conceptos que relacionan al mercado chino de pangolines y murciélagos con una dehesa de fresnos y robles en la mitad de la Sierra de Guadarrama son dos: la biodiversidad y el medio ambiente.

Sobre la biodiversidad, explicar el problema al que nos enfrentamos en el mundo de una manera sencilla. A menor biodiversidad, es decir el conjunto de flora y fauna, con un entorno que cumpla unas condiciones climáticas mínimas, las posibilidades de que enfermedades de animales pasen a la especie humana es muy alta. 

La humanidad cuenta ya con 7.500 millones de ejemplares, más de la mitad de ellos (54 por ciento) en ciudades a fecha de 2020. Fenómenos como la nueva pandemia, responden a la llamada zoonosis, es decir, una enfermedad que pasa del mundo animal por una mutación a la especie humana.

España es el lugar del mundo con más zonas protegidas. La dehesa vieja de Moralzarzal, junto a la nueva y a la Ladera de Matarrubia , son tres montes de utilidad pública pertenecientes a la Red Natura 2000 es una red ecológica europea de áreas de conservación de la biodiversidad.  Debemos hacer un sobreesfuerzo para que sean nuestro mayor tesoro, pero también para que sea un ejemplo de la recuperación del espacio y de las especies que en ellos viven.

El segundo factor que más ha influido en la expansión de esta pandemia tiene un sesgo climático, ecológico. La contaminación de las ciudades ha contribuido a que una población que ya sufría de más enfermedades cardiovasculares y poblaciones, se haya contagiado más. Zonas como el norte de Italia, las zonas metropolitanas de Londres o el núcleo urbano de Madrid así lo han sufrido.

Buena muestra de que eran zonas que tenían una clara influencia antrópica (de la acción hombre) es que cuando hemos detenido la actividad por el confinamiento extremo, la contaminación ha desaparecido.

Sin duda los Gases de Efecto invernadero (GEI) que emitimos por la producción de energía primaria desde combustibles fósiles y el uso de esta en industrias, climatización y en el transporte, son la causa principal del cambio climático.

Además de cambiar los hábitos de consumo y movilidad (esta crisis también nos ha enseñado mucho de eso) debemos tratar de mejorar nuestro medio ambiente y los aspectos climáticos del mismo reduciendo la emisión de GEI pero también capturando más. Esto solo tiene un camino, buscar la recuperación de más arbolado, pero de manera estratégica, planificada, masiva y con especies autóctonas que nos posicionan como un pueblo innovador frente al cambio climático.  No sirven solo reposiciones por talas de árboles, o alguna actuación puntual de la Comunidad de Madrid.

¿Qué otra acción antrópica hemos tenido en nuestras dehesas? Pues precisamente la creación de las mismas en el pasado. Muchos defienden que la dehesa es un ecosistema de aprovechamientos ganaderos, humanos y que cierran un círculo virtuoso. Sin duda haber ganado a la acción de la destrucción de la misma por las ansias de construir es un logro revolucionario

¿Debemos quedarnos en proteger y conservar nuestros tres montes de utilidad pública tal y como son?

Quizás el futuro nos diga, que hay que seguir recuperándolos como lo que eran previamente a la presencia humana: bosques de fresnos, robles, encinas, majuelos, peralejos, alcornoques y otras especies arbóreas, con una cantidad de arbustos como las retamas amarillas y negras, las jaras, los zarzales, o la cantidad de pastos compuestos y hierbas aromáticas como el tomillo, la lavanda, el cantueso o el mismo romero. Quizás el futuro ya nos esté pidiendo más acciones a favor del medio ambiente.  No debemos dejar de vista las ayudas europeas con sus programas de biodiversidad, o el futuro Pacto Verde europeo, propuesta para salir de esta crisis..

Quizás debemos proteger más espacios en los próximos planes de ordenación urbana para seguir la tarea de la protección, la apuesta por la biodiversidad y la mejora de nuestro medio ambiente.

Para saber más sobre el patrimonio natural de Moralzarzal:

https://www.researchgate.net/publication/333210630_Moralzarzal_cronicas_del_agua/link/5ce27c9b458515712eb6bca2/download

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