La protesta de decenas de aficionados taurinos en Galapagar deriva en bronca y acaba con el desalojo del Pleno

El regidor recordó en reiteradas ocasiones que el público no podía intervenir, pidiendo que cesaran los gritos. El PP lamenta la "actitud antidemocrática" del alcalde, mientras Unidas por Galapagar denuncia "insultos y amenazas". Desde PSOE y Ciudadanos afirman que la consulta no es "sobre toros sí o no", sino sobre la financiación de los festejos.

Minutos antes de las cinco de la tarde, unas 300 personas aguardaban en la plaza del Ayuntamiento de Galapagar a que se abriesen las puertas para acceder al pleno, respondiendo a la convocatoria que desde hace unos días circulaba por las redes sociales para apoyar los toros en las fiestas patronales, después de que en la última sesión se aprobase una moción para la celebración de una consulta popular sobre la financiación pública de estos festejos. “Galapagar ha sido, es y será taurino”, insistían. Llegado el pleno, decenas de aficionados -entre ellos algunos nombres conocidos como Uceda Leal, Frascuelo, David Ruiz de Gala o Julio Campano- acudieron con cartulinas en las que se podía leer “Toros sí”, agolpándose a la entrada mientras la Policía controlaba el acceso en pequeños grupos hasta que se completó el aforo del salón de plenos.

Quienes entraron tuvieron que firmar aceptando que entendían las “normas de comportamiento” para el normal desarrollo del Pleno. En vista de que era imposible pasar, hubo quien decidió marcharse y seguir el desarrollo de la sesión a través de internet, mientras que unas 100 personas permanecían afuera, como recordó la portavoz del Partido Popular, Carla Greciano, que pidió al alcalde, Alberto Gómez (PSOE), que se colocasen sillas adicionales para que pudiese acceder más gente, como ocurrió en la sesión de investidura.

Decenas de aficionados, a la entrada del Ayuntamiento de Galapagar / Fotografías: Rafa Herrero

El Pleno comenzó sin sobresaltos. Un espejismo. Tomó posesión el edil socialista Ángel Arias, titular de Festejos años atrás, cuando el Ayuntamiento, entonces dirigido por Carmen Toledano, promovió un homenaje público al torero José Tomás, nombrado Hijo Predilecto, tal como recordaron más tarde desde el PP.

“¿Cuándo llega lo de los toros?”, preguntaba alguno. “Todavía queda. Es el punto ocho”, respondía otro. Entre tanto, hubo tiempo para hablar de los problemas de la piscina cubierta y hasta del Holocausto, además de frustrarse la aprobación definitiva de los presupuestos tras rechazarse la propuesta de resolución de alegaciones, presentada por el Gobierno por la vía de urgencia. De forma esporádica se mostraban las cartulinas de “Toros sí” y se lanzaban vivas a la tauromaquia, hasta que cuanto empezó el debate de la moción presentada por el Partido Popular en defensa de los festejos taurinos los ánimos se fueron encendiendo por momentos.

Proteger los toros

Carla Greciano (PP) incidió en la necesidad de proteger los toros, recordando en este sentido una sentencia del Tribunal Supremo y cómo se tumbaron iniciativas similares en municipios como Ciempozuelos o San Sebastián, y señaló que los numerosos aficionados presentes “han venido solos, no porque los hayamos alentado como han dicho”. La celebración de los festejos taurinos, añadió, “no puede ser moneda de cambio para aprobar los presupuestos”, en referencia al apoyo del equipo de Gobierno (PSOE-Ciudadanos) a la moción presentada el pasado Pleno por Unidas por Galapagar. “Ya han despreciado a nuestro Cristo y ahora lo intentan con la tauromaquia, pero no vamos a dejar que destrocen nuestro pueblo”, aseguró.

Una bronca monumental

Las pancartas y gritos a favor de los toros se multiplicaron, y más aún cuando intervino el concejal de Más Madrid, Álvaro Hernández, increpado por parte del público después de que se dirigiera directamente a los asistentes al citar un artículo del periodista taurino Antonio Lorca en “El País”. “No es una consulta sobre tauromaquia sí o no; la cuestión es cómo queremos los galapagueños que sean las fiestas”, dijo. “¡Con toros, como siempre!”, respondieron algunos aficionados. Más gritos. El tumulto iba en aumento, mientras el edil popular Ángel Camacho trataba de templar los ánimos, pidiendo que se escuchara con “respeto”. “Nos van a acabar desalojando”, advertían algunos de los presentes mientras crecía el enfrentamiento.

Hernández trataba de seguir, explicando que la moción “está sin definir” y que la ley protege los toros, “pero no dice que se deban financiar por los ayuntamientos”. Después, otra frase que soliviantó al público y que fue respondida con abucheos y gritos: “La tauromaquia está en retroceso, en claro declive”. Fue la puntilla antes de que la algarada fuese a más. El regidor galapagueño advirtió en reiteradas ocasiones que si no cesaban los gritos ordenaría el desalojo del Pleno. «Guarden silencio, por favor», insistía, recordando que el público no podía intervenir y que de no acabar los gritos e interrupciones tendría que ordenar el desalojo del pleno.

«La democracia es escuchar a quien tiene el uso de la palabra», subrayó. «Al tercer aviso desalojaré la sala», dijo, aunque fueron algunos más. Lejos de aliviar tensiones, las protestas continuaron. «Así no se puede», se lamentaba el edil de Más Madrid; a su lado, también Celia Martell, de Unidas por Galapagar. Hasta que llegó el aviso definitivo, pidiendo a la Policía que desalojase a las aproximadamente 90 personas que llenaban el salón de plenos. «Son ya tres, cuatro, cinco avisos y no dejan hablar al señor Hernández», indicó el regidor, Alberto Gómez. Más gritos, insultos y algún que otro empujón en una monumental bronca que continuó fuera, lo que incluso hizo necesario que acudieran cuatro patrullas de la Guardia Civil, aunque finalmente no tuvieron que intervenir.

Tras unos minutos de parón, la sesión se reanudó, ya sin público, donde se había quedado: “Que Galapagar decida”, reiteró Hernández, añadiendo que “España no es sólo el país de la paella y los toros” y preguntándose “cuándo va a venir José Tomás a Galapagar para torear con seis ‘victorinos’”.

No son rentables

Después llegó el turno de la portavoz de Unidas por Galapagar, Raquel Almendros (en el anterior pleno defendió la moción su compañera Celia Martell), que acusó al PP de no actuar de forma democrática, al pretender que se ofrezcan festejos taurinos independientemente de lo quiera “la gran mayoría”.

Los datos, dijo Almendros, “son abrumadores”: en las novilladas de las fiestas patronales se vendieron “241 entradas el sábado y 324 el domingo; no se cubrió ni un quinto de la plaza en un pueblo que dicen que es tremendamente taurino”. Los toros, prosiguió, “han dejado de ser rentables porque cada vez acude menos gente y cada vez hay más rechazo al maltrato animal que suponen”. Y pese a ello, remarcó, estos festejos supusieron «más del 60% del dinero de las fiestas patronales».

Durante el desalojo se vivieron momentos de tensión / Fotografías: Rafa Herrero

Frente a las cifras aportadas por Unidas por Galapagar, la portavoz de Vox, Amparo Fernández, recordó que aquel fin de semana de las fiestas “diluvió” en Galapagar, lo que mermó la asistencia de público de forma considerable. “Caían chuzos de punta”, subrayó gráficamente la edil. “Si quitamos las subvenciones, las quitamos para todo”, añadió, acusando a los promotores de esta consulta de “querer cargarse todas las tradiciones españolas; porque los toros son una tradición, les guste o no”, y negando que la tauromaquia esté desapareciendo. Como ejemplo, hizo referencia a los muchos españoles que cruzan la frontera para asistir a novilladas y corridas de toros en el Sur de Francia. También afirmó que en realidad no se puede hablar de subvención, sino de un gasto, “igual que se pagan los conciertos o los espectáculos y atracciones infantiles”. “Quieren utilizar esta consulta, aunque sólo votase el 0,1%, para justificar la retirada de los toros”, concluyó.

Dentro del debate, la portavoz del PP, Carla Greciano, señaló que, en caso de que finalmente se convocase está consulta, la votación se debería dejar abierta un mes, añadiendo que sólo podrían votar los empadronados mayores de 18 años y que, para que fuese vinculante, la participación tendría que ser de al menos el 50% del censo. Su compañero en la bancada popular Javier Álvarez, responsable de Festejos el pasado mandato, recriminó la postura de Ciudadanos en este tema, dirigiéndose directamente a los ediles de la formación naranja para decirles que “están a tiempo de recapacitar y hacer una legislatura constructiva”.

«Por qué tienen miedo…»

Desde Ciudadanos, la concejala Pilar García señaló que en estos momentos se está trabajando en definir la consulta y los requisitos de participación, especialmente en cuanto al voto telemático. En cualquier caso, consideró que hablar de una participación del 50% era “descabellado” teniendo en cuenta que en las elecciones municipales y generales oscila entre el 65 y el 75. En este sentido, apuntó que se podría tomar como referencia el artículo 70 bis de la Ley Reguladora de Bases de Régimen Local, en el que se indica que en municipios con población de más de 20.000 habitantes los vecinos podrán ejercer la “iniciativa popular” cuando sus propuestas sean suscritas por al menos el 10% de la población.

“Si tan taurino es Galapagar, por qué tienen miedo a que el pueblo pueda votar y se exprese”, manifestó. Más tarde lamentó también que “por el comportamiento de cuatro, que parece que no se habían leído las normas de asistencia, el pleno haya tenido que ser desalojado”. “No queremos enfrentar, sino consultar al pueblo”, reiteró, asegurando que “no hay ningún precio que pagar; se presentan mociones y unas se aprueban y otras no, nada más”.

Miguel Ángel Molina, concejal del PSOE y actual responsable de Festejos, reiteró a renglón seguido que la consulta “no es sobre toros sí o toros no, sino sobre cómo se van a financiar”. Acusó al PP de “atribuirse las tradiciones a base de mentiras” y de “alentar a los aficionados” para secundar esta protesta. “Han sido ustedes los que han puesto los toros donde están”, añadió en referencia a la progresiva pérdida de interés de la feria taurina de Galapagar en los últimos años, con gobiernos de los populares, para después indicar que de cara a las pasadas fiestas se reunió con “muchas personas, y no tengo inconveniente en reunirme otra vez con los aficionados taurinos”. También reprochó al PP que no hiciera “ni puto caso” a los vecinos que años atrás pidieron que el Ayuntamiento no se trasladase al nuevo edificio de la plaza Presidente Adolfo Suárez y, en cuanto al desalojo, señaló que habían conseguido “su objetivo de salir en la foto” y que “no será porque no se lo merecían”.

Una tempestad

Cerró el debate la portavoz del PP, Carla Greciano, negando que hubiesen promovido la asistencia de los numerosos aficionados que se dieron cita en la sesión. “Han desatado una tempestad”, indicó, acusando al Ejecutivo de “improvisación” y recordando que los encierros “son el acto más multitudinario de las fiestas”. “Tengan valor y tomen decisiones”, finalizó, dando paso a una votación en la que la citada moción en defensa de los festejos taurinos no logró aprobarse, al ser apoyada únicamente por PP (seis concejales) y Vox (tres), mientras que votaron en contra PSOE (cinco), Ciudadanos (cuatro), Unidas por Galapagar (dos) y Más Madrid (uno). Con todo, la polémica parece que no ha hecho más que empezar: más allá del Pleno, algunos aficionados ya hablaban en la calle de la necesidad de convocar próximamente una manifestación.

Agentes de la Policía Local, pidieron a varios de los asistentes que abandonaran el salón de plenos / Fotografías: Rafa Herrero

Unidas por Galapagar denuncia «insultos y amenazas»

Finalizada la sesión, Raquel Almendros, de Unidas por Galapagar manifestaba a través de Twitter que «algunos taurinos han provocado el desalojo del Pleno debido a los insultos, amenazas y gritos que nos han proferido… porque no quieren una consulta pública sobre la financiación de los toros». También su compañera Celia Martell se pronunció en esta misma línea, hablando de «insultos y amenazas del tipo te espero fuera«. Al hilo se sumó el ex edil de IU Juan Pretel con un tuit sobre los asistentes a la sesión: «Los cuatro gatos del pleno son fascistas que odian la democracia y amenazan a cargos públicos».

El PP acusa al Gobierno de tratar a los vecinos como «delincuentes»

Desde el PP, la edil Paloma Lorenzo acusaba al Ejecutivo de «acallar a los galapagueños que solo quieren ser escuchados», mientras que Ángel Camacho hacía referencia al despliegue de fuerzas y cuerpos de seguridad: «Más de ocho policías locales, incluso de paisano, y patrullas de la Guardia Civil; así trata el equipo de Gobierno al pueblo de Galapagar, como delincuentes cuando defienden sus derechos». Más tarde, los populares hacían público un comunicado en el que aseguraban sentir «vergüenza» ante la actitud del alcalde por haber desalojado a los vecinos y aficionados presentes en el salón de plenos, así como por el rechazo a su moción.

«Este gobierno da la espalda a los vecinos que acudido a la sesión plenaria a decir sí a los toros en Galapagar, porque la tauromaquia está en nuestro ADN y, por encima de todo, somos el pueblo de José Tomás y de Victorino Martín, y no sólo el de Pablo Iglesias tal y como ellos pretenden», afirmaba Carla Greciano. El PP hablaba también de «actitud antidemocrática» del regidor, al convertirse en «el primer alcalde de la democracia en Galapagar que desaloja un pleno», y anunciaba que, en caso de que la consulta continúe adelante, «denunciarán esta medida», asegurando que se trata de una consulta «ilegal y no puede llevarse a cabo».

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