El insólito éxito de Inés Plana con «Morir no es lo que más duele», en Escolibro: «Quería explorar la maldad y cómo el destino juega con nosotros»

La escritora Inés Plana (Barbastro, 1959), vecina de Galapagar desde hace años, fue una de las protagonistas de EscoLibro este jueves, presentando su primera novela, “Morir no es lo que más duele”. Una obra con la que se ha convertido en una de las escritoras revelación de este año, más aún teniendo en cuenta que no contaba con experiencia previa en la literatura. El suyo es un caso insólito, publicando directamente con una de las grandes editoriales españolas, después de que su manuscrito cayera en manos de un lector profesional que no dudó en señalar la novela como un futuro éxito.

La escritora Inés Plana (Barbastro, 1959), vecina de Galapagar desde hace años, fue una de las protagonistas de EscoLibro este jueves, presentando su primera novela, “Morir no es lo que más duele”. Una obra con la que se ha convertido en una de las escritoras revelación de este año, más aún teniendo en cuenta que no contaba con experiencia previa en la literatura. El suyo es un caso insólito, publicando directamente con una de las grandes editoriales españolas, después de que su manuscrito cayera en manos de un lector profesional que no dudó en señalar la novela como un futuro éxito.

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De todo ello habló a su paso por la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial, señalando que en las páginas de “Morir no es lo que más duele” hay mucho de la Sierra madrileña, con nombres concretos y otros ficticios pero que resultan fácilmente reconocibles. “Quería explorar la maldad y cómo el destino juega con nosotros”, explicó, añadiendo que “lo de menos es el crimen”. “Hay tragedia, melodrama, amores clandestinos, y todo alrededor de la maldad, con personajes poliédricos que muchas veces desearían estar muertos”, detalló.

Una historia que comienza con el hallazgo en un pinar de Torrelodones de un hombre ahorcado, con los ojos arrancados de cuajo. En uno de sus bolsillos se encuentra el nombre y la dirección de una solitaria mujer de 40 años, Sara Azcárraga. Del caso se hace cargo el teniente de la Guardia Civil Julián Tresser, apoyado por el cabo Coira, dos personajes a los que la autora acompaña en sus vidas privadas, “cuando dejan el cuartel y vuelven a sus casas”.

Con ella hablamos brevemente antes de empezar esta jornada de EscoLibro, en la que también estuvieron presentes Nacho López Llandrés, director de “Hoy por Hoy” (Cadena SER Madrid Norte), presentando “Expediente Ananda”, y el periodista y escritor Antonio Pérez Henares, que llegó a San Lorenzo de El Escorial con su última novela, “La canción del bisonte”, con la que regresa a la Prehistoria, como ya hiciera en la tetralogía compuesta por “Nublares”, “El hijo de la garza”, “El último cazador” y “La mirada del lobo”.

¿Cómo llega alguien que no había publicado antes a una primera novela como es “Morir no es lo que más duele”?

Había escrito, pero a modo de ensayo, para mí, guardando esos textos en un cajón, y eso es lo que me ha servido como aprendizaje, hasta que llegó un momento en que me atreví a hacerlo y decidí abordar esta novela.

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Inés Plana, con Chema Gómez Hontoria, coordinador de EscoLibro

¿Cuál dirías que es el punto de partida, la idea que prende la mecha?

Quería una trama que mezclara la maldad con el destino, eso lo tenía clarísimo, y estuve un año reflexionando, dando vueltas a esa historia, hasta que en un momento dado decidí que un teniente de la Guardia Civil iba a ser el protagonista. Cuando ya tenía unos elementos básicos para empezar el primer capítulo, me puse a ello. Hay escritores de mapa y otros de brújula; los primeros lo tienen todo muy trabajado, con fichas, con unos esquemas muy claros, y yo en cambio fui escribiendo siguiendo mi instinto, la intuición. Luego, en el trabajo de edición, que me llevó un año, ya le das una pasada buena, para analizar la estructura principalmente, pero la primera escritura sí fue muy libre, dejando que una cosa me llevara a la otra.

Buena parte de la trama se desarrolla en la Sierra, donde de hecho vives desde hace tiempo… ¿Tenías claro que la acción se desarrollaría aquí?

En la novela hay dos escenarios principales. Uno es la zona de la Sierra, porque al final yo llevo aquí 30 años, es lo que conozco. Estas urbanizaciones que hay en la periferia de los pueblos, y que en muchas ocasiones están vacías porque la gente trabaja en Madrid, siempre me parecieron muy inquietantes; ese silencio, esa falta de ruido, esa soledad… Y luego todo eso está unido con otro pueblecito de Ávila, en la Sierra de Gredos. Esos dos escenarios, uno con habitantes más urbanos y otro en un entorno completamente rural, tienen puntos en común. Uno de ellos, quizá el que a mí más interesaba, es la soledad, con personajes solitarios en espacios que te invitan al aislamiento. Todo eso me daba mucho juego.

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¿Quiénes dirías que más te han marcado en el mundo de la novela negra?

Hay dos escritoras de las que he aprendido mucho y que de alguna forma me han inspirado. Una es Patricia Highsmith y la otra, Ruth Rendell. De ambas siempre me ha interesado mucho el tratamiento que hacen de la culpa y el crimen. Además, intentan trascender el género, ofrecer unos personajes con profundidad, muy trabajados, y en mi novela es algo que también he querido hacer, que tuvieran vida propia y mucha personalidad.

¿Te ha sorprendido la acogida de la novela?

Totalmente, porque yo no tengo pasado literario. Cuando presenté el manuscrito en Espasa-Calpe era una desconocida y el que ellos apostaran por “Morir no es lo que más duele” fue el gran momento histórico de mi vida. Pero una vez que tengo su apoyo, sabiendo que es una editorial muy potente y que ha hecho un lanzamiento realmente espectacular, los lectores siempre son una incógnita, así que estoy absolutamente halagada y sorprendida. El libro ya va por la tercera edición y los lectores, con los que me puedo comunicar directamente gracias a las redes sociales, están recibiendo la novela muy bien.

Ese éxito invita a pensar en una nueva entrega…

Sí, ya he empezado a escribir un segundo libro, también con el teniente Julián Tresser como protagonista, aunque será un caso completamente diferente. Tenía decidido desde el principio que seguiría con él, porque es un guardia civil muy particular, arrogante y solitario. Quiero perseguir su vida por lo menos dos novelas más. 

Enrique Peñas

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Arriba, presentación de «Morir no es lo que más duele»; abajo, el escritor Antonio Pérez Henares, hablando con Chema Gómez Hontoria y Javier Santamarta, este jueves en la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial
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