El PSOE se hace con la Alcaldía de Galapagar tras el acuerdo con Ciudadanos y el apoyo de Unidas y Más Madrid

El socialista Alberto Gómez es ya el nuevo alcalde de Galapagar, después de que este mediodía se hiciese bueno el pacto de gobierno cerrado en la tarde de ayer con Ciudadanos, y a su vez el acuerdo de investidura que el PSOE alcanzó también con Unidas por Galapagar (la confluencia de Podemos, Izquierda Unida y Cambiemos) y Más Madrid, cuyos votos eran imprescindibles para que su candidatura saliese adelante en el pleno de constitución de la nueva Corporación municipal. El nuevo regidor ha recibido de este modo 12 de los 11 apoyos necesarios para conseguir la mayoría absoluta. En las últimas elecciones, el PP obtuvo 6 concejales; el PSOE, 5, Ciudadanos, 4; Vox, 3; Unidas por Galapagar, 2 y Más Madrid Galapagar, 1.

«Es un acuerdo muy positivo, porque va a ser un gobierno de cambio y regeneración democrática, después de casi 11 años de gobiernos del Partido Popular», destacó Alberto Gómez tras la investidura, agradeciendo también el apoyo de las concejalas de Unidas por Galapagar y también del representante de Más Madrid Galapagar, si bien indicó que «no van a entrar en el equipo de Gobierno». «Aunque este Ejecutivo no tiene mayoría absoluta, ya que está formado por nueve concejales, hay muchas cosas que creemos que podremos sacar con 11 ó 12 concejales», indicó. En este sentido, previamente el número uno de Ciudadanos, Felipe García, había asegurado en su intervención durante la sesión plenaria que únicamente se sentía «vinculado» con el acuerdo alcanzado con el PSOE, algo que el regidor no cree que pueda suponer roces en la acción de gobierno. «A lo mejor son líneas rojas que tiene cada partido, pero nosotros queríamos firmar un acuerdo de investidura con el resto de fuerzas políticas, porque si recibimos sus votos, como en el caso de las dos concejalas de Unidas por Galapagar y también de Más Madrid Galapagar, hay muchas propuestas que también recoge el acuerdo entre PSOE y Ciudadanos, y muchas medidas que hemos apoyado los tres grupos en la legislatura anterior», explicaba Alberto Gómez, que en su primera intervención como primer edil quiso recordar especialmente a Anastasio Moreno, alcalde socialista de Galapagar que fue fusilado tras la Guerra Civil, en febrero de 1940.

En cualquier caso, enfatizaba, «va a ser un gobierno bipartito, no tripartito ni cuatripartito, aunque lógicamente nuestros socios preferentes en la gobernabilidad creemos que pueden ser Unidas por Galapagar y Más Madrid Galapagar, aunque para ciertos temas fundamentales para el municipio intentaremos hablar tanto con el PP como con Vox, nos vamos a sentar con todos los grupos». Respecto al reparto de concejalías y la estructura del Ejecutivo, es algo que aún se está «perfilando», con la intención de que pueda concretarse a lo largo de la próxima semana.

Renovación

El segundo gran protagonista de la sesión plenaria fue Felipe García, que será el primer teniente de alcalde en este gobierno de coalición, después de que durante las últimas semanas tanto PSOE como PP se estuviesen disputando el apoyo de Ciudadanos. «Durante estos 15 días hemos estado barajando qué opción nos parecía mejor para Galapagar, y el pacto con el PSOE nos ha parecido que era una opción de renovación, que podía hacer cambiar aquellas cosas que no nos gustaban y que podría llevarnos a aprobar muchos temas pendientes que son absolutamente necesarios para el Galapagar del futuro», manifestó. En cuanto al PP, indicó que su grupo tiene «una cierta desconfianza hacia ese PP antiguo que hemos visto durante los últimos cuatro años», si bien aseguraba estar «sorprendido gratamente» por la actitud de los populares en estos últimos días, esperando que se mantenga a lo largo de esta legislatura. Pese a ese «cambio», concluía, «lo que sí sabemos a ciencia cierta es que el Partido Popular de la última legislatura no nos gusta».

Antes de que Alberto Gómez fuera proclamado como alcalde, los candidatos de las distintas formaciones realizaron una primera intervención para estrenar este nuevo mandato, empezando por Álvaro Hernández Altozano, de Más Madrid Galapagar, que apeló a la necesidad de situar en el primer plano de la acción política municipal cuestiones como la reivindicación de los espacios públicos, la regeneración, la garantización de la asistencia social a personas en situación de vulnerabilidad, la mayor participación ciudadana o la transparencia, además de la aprobación de un Plan General de Ordenación Urbana que permita «adecuar el modelo territorial de Galapagar al siglo XXI».

Raquel Almendros, de Unidas por Galapagar, puso el énfasis en la importancia de «hacer un municipio más ecologista, feminista y social», al tiempo que se hace frente a la «corrupción». «Hemos hecho un ejercicio de generosidad para sacar a Galapagar de una época oscura», manifestó en referencia a su apoyo a Alberto Gómez, recordando que el acuerdo alcanzado por el PSOE para la investidura incluye «la incorporación al programa de Gobierno» de distintas propuestas, desde la ampliación de los recursos para Servicios Sociales a la construcción de una piscina de verano, pasando por un convenio específico para la Policía Local, la cesión de un espacio público para La Oreja Verde o la elaboración de presupuestos participativos.

Más breve fue la cabeza de lista de Vox, Amparo Fernández Carrasco, que tras los momentos de tensión que se habían vivido previamente cuando Celia Martell (Unidas por Galapagar) prometió el cargo, dijo que su formación no había venido «a pelear, sino a pedir el cumplimiento de la ley», terminando con un «viva España y viva Galapagar».

Carla Greciano (PP): «Ha podido más el rencor»

Finalmente, Carla Greciano (PP), recordó, al igual que hicieron varios de sus compañeros en el momento de jurar el cargo, que la lista de los populares fue la más votada en las elecciones del pasado 26 de mayo. Sin embargo, dijo, «ha podido más el rencor que el interés de los vecinos», augurando que este relevo en el gobierno traerá «una etapa oscura y de incertidumbre». Reiteró también que aunque se haya presentado como un gobierno de coalición entre PSOE y Ciudadanos, en la práctica «es un cuatripartito», que se encontrará ahora «con un ayuntamiento saneado y unas infraestructuras y equipamientos modélicos». «El trabajo duro no siempre tiene su recompensa», añadió, «pero seguimos fuertes, porque tendremos la tarea de levantar este Ayuntamiento; ya lo hicimos una vez, y lo volveremos a hacer», para terminar prometiendo una oposición firme e intensa desde el primer día: «Vamos a pelear hasta el final», finalizó Greciano.

Tensión y polémica en el salón de plenos

La tensión en el salón de plenos del Ayuntamiento de Galapagar era más que evidente desde minutos antes de que empezara la sesión, aunque la mecha se prendió definitivamente con la fórmula empleada por Celia Martell, concejala de Unidas por Galapagar (la pasada legislatura ya fue edil por Izquierda Unida), para prometer el cargo. Del «prometo por mi conciencia y honor cumplir fielmente las obligaciones del cargo…» pasó a revindicar la República, las políticas feministas, la igualdad, la justicia social o el ecologismo, hasta desembocar en la lealtad, “por imperativo legal, a la jefatura del Estado”, lo que encendió los ánimos de una parte del público asistente. Los abucheos de unos fueron respondidos con los «vivas a la República» de otros, y a su vez estos se encontraron con la réplica de «viva España y viva el Rey».  La algarada derivó en enfrentamientos verbales, lo que provocó la entrada de la Policía Local en el salón de plenos, aunque la sesión pudo continuar con normalidad después de que los miembros de la mesa de edad llamasen al orden. Después, el pleno se interrumpió nuevamente por un fallo en el sonido, hasta que de nuevo se reanudó, dando paso a la votación que convirtió a Alberto Gómez en el nuevo alcalde de Galapagar, cuya intervención fue seguida de espaldas por dos vecinas que de este modo quisieron mostrar su reproche al acuerdo que había supuesto el desalojo del PP tras 11 años de gobierno. Un gesto que precipitó un nuevo amago de altercado, atajado finalmente sin que pasara a mayores, dentro de una sesión que de alguna forma anticipó lo que probablemente esté por venir a lo largo de los próximos meses.