El papel de la atención temprana en el desarrollo infantil

La atención temprana interviene en la población infantil de 0 a 6 años

Son muchos los beneficios de la atención temprana en los niños y niñas. Y es que la más tierna infancia es el momento clave para la detección y la intervención.

Es decir, garantizar que un bebé o un infante esté creciendo con un desarrollo típico. O, por ejemplo, en el caso de presentar necesidades educativas especiales, poder tratarlas desde el inicio. Y que así el niño o niña tenga la posibilidad de tener una infancia lo menos difícil posible.

De esta forma, desde los años setenta, se lleva a cabo lo que conocemos como atención temprana. Pero, ¿qué es la atención temprana?

De acuerdo con el Libro Blanco de la Atención Temprana, la atención temprana es definida como “el conjunto de intervenciones dirigidas a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y al entorno que tienen como objetivo dar respuesta lo más pronto posible a las necesidades transitorias o permanentes que presentan los niños con trastornos en su desarrollo o que tienen riesgo de padecerlo”.

En otras palabras, la atención temprana se trataría de una estimulación precoz; la cual sirve para diagnosticar y abordar de forma temprana (valga la redundancia) cualquier patología y/o alteración que pueda presentar el niño o niña.

De esta forma, con la atención temprana, se llevan a cabo diversas actividades con el objeto de fomentar el desarrollo infantil en el terreno de lo físico, emocional y social.

Atención Temprana y COVID-19

La pandemia ha trastocado todo. Incluido, la atención temprana. El confinamiento, el miedo de las familias al contagio o la adaptación de los propios centros e, incluso, algunos cierres, han provocado que la atención temprana se encuentre en una situación difícil.

Y es que si para todo el mundo ya ha sido duro estar encerrado en casa, las familias con aquellos niños con necesidades especiales lo han sentido más.

De ahí que la labor de la atención temprana haya recaído prácticamente en la familia. En esos padres y madres que han trabajado la atención temprana desde casa.

Fomentar rutinas y hábitos (como la hora de levantarse), leer y jugar juntos (así se favorece la adquisición del lenguaje), dosificar el uso de tecnología, incentivar su autonomía (vestirse solo, por ejemplo) o hacer partícipe al niño en las tareas domésticas, son algunas formas de trabajar la atención temprana en casa.

En definitiva, el confinamiento ha incrementado ostensiblemente la atención temprana en la familia. Pero es que, con o sin coronavirus, las familias tienen y han tenido un peso fundamental.

El rol de las familias

La autonomía personal, la comunicación, el lenguaje, las relaciones sociales, las habilidades motoras… son muchos los porqués de propiciar la atención temprana en bebés e infantes.

De esta manera, son muchos los padres y madres que buscan adoptar medidas de esta índole entre sus hijos e hijas. Porque incentivar la cooperación, el aprendizaje o la participación es fundamental para su correcto crecimiento.

En efecto, las familias cumplen un rol muy importante en la atención temprana. Los progenitores informan a los profesionales sobre la personalidad o las aficiones de los más pequeños; así como continúan con esta labor en el hogar. De hecho, está demostrado que la atención temprana es más eficaz cuando las familias se implican en el desarrollo de las actividades.

¿Qué profesionales trabajan en atención temprana?

Maestros, pedagogos, psicólogos, fisioterapeutas, trabajadores sociales, logopedas… todos estos expertos se encargan del cuidado de los más pequeños; junto a las familias, evidentemente.

Y es que, en estos primeros años, es cuando el niño o niña empieza a tener contacto con personas ajenas al núcleo familiar y aprende a vivir en sociedad. Por eso, tanto familias como profesionales son indispensables en el desarrollo de los más pequeños.

Profesionales que, por su parte, han recibido una formación especializada en atención temprana como el Máster en Atención Temprana de Euroinnova Formación.

Una oferta formativa íntegramente en línea que ahonda sobre los sistemas y modelos de atención temprana, así como en neuroeducación.  Ahora más que nunca, estudiar desde casa y de forma segura es lo que se demanda.

Beneficios de la Atención Temprana

En los primeros años de vida es cuando se da la llamada plasticidad cerebral. Es decir, el cerebro se está formando; por tanto, se trata del periodo idóneo de intervención. De ahí que la prevención que se da en atención temprana se realice en este momento.

Una prevención que, como ya se advertía anteriormente, proporciona muchos beneficios para el bienestar del niño o niña.

Estos son los beneficios principales en atención temprana:

  • Fomentar la psicomotricidad.
  • Incentivar el lenguaje (ya no solo vocabulario o expresión oral, sino también la propia articulación del habla).
  • Desarrollar una autonomía personal y, por consiguiente, la autoestima.
  • Propiciar la creatividad, la memoria o el aprendizaje en sí.
  • Impulsar las relaciones sociales, así como el desarrollo de emociones y habilidades sociales (empatizar, compartir, convivir…).

Son muchas las ventajas de impulsar la atención temprana entre los niños y niñas. Una intervención global llevada a cabo tanto por profesionales como por las familias.

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