Alumnos del IES El Escorial diseñan su propio satélite para participar en el Desafío CanSat

Imaginar, construir, lanzar. Con estas tres palabras se puede resumir el trabajo que alumnos de 3º de Educación Secundaria Obligatoria del IES El Escorial, coordinados por otros dos de 1º de Bachillerato, llevan realizando desde hace semanas para diseñar un satélite para participar por primera vez en el Desafío CanSat, una iniciativa de la Agencia Especial Europea, a través de ESERO (Oficina Europea de Recursos para la Educación Espacial), que reta a estudiantes de toda Europa a crear un mini satélite del tamaño de una lata de refresco, con un presupuesto límite de 500 euros.

Para ello, los alumnos deben adaptar todos los subsistemas principales que se encontrarían en cualquier satélite, como la energía, los sensores y un sistema de comunicación, además de un pequeño paracaídas (en El Escorial han optado por uno en forma de cruz, al que en estos días realizan los últimos ajustes) para asegurar su aterrizaje.

Una vez listo el CanSat, se introduce en un cohete que lo lanzará hasta una altitud aproximada de un kilómetro. A partir de ahí, comienza la misión: por un lado, un experimento científico común a todos los proyectos, recogiendo (y transmitiendo) datos durante la caída sobre presión atmosférica, temperatura y humedad; y por otro, una misión secundaria, que en el caso del satélite construido por los alumnos del IES El Escorial se centrará en el análisis de la masa arbórea circundante para detectar posibles ejemplares enfermos. Para ello, explican los coordinadores del proyecto, Carlos Casas y Daniel Ventura, su CanSat llevará incorporada una pequeña cámara para grabar en grandes áreas; y luego, mediante post-procesado, analizarán los resultados con la ayuda de los estudiantes del ciclo de Gestión Forestal y del Medio Natural que también se imparte en este instituto.

Superar dificultades

A falta de unos días para entregar el informe previo sobre su proyecto, los responsables del mismo explican que han tenido que superar distintas dificultades en todo el proceso, como el propio diseño de la carcasa del satélite con una impresora 3D, el lenguaje de programación utilizado (en su caso han optado por Python), la alimentación de energía de la placa Arduino (bases de hardware libre a las que sus creadores pueden dar múltiples usos) o el paracaídas, que prueban en el aula en una especie de túnel de viento que diseñaron durante la pandemia. En definitiva, se trata de avanzar mediante la filosofía “learning by doing” o, como comenta el profesor de TIC José Ignacio Matías, el clásico método de prueba y error.

Cacharrear hasta dar con el resultado óptimo, algo en lo que el IES El Escorial se encuentra en estos momentos para, entre otras cosas, colocar unos pequeños paneles solares en la tapa que aseguren que el satélite pueda seguir mandando datos y sea más fácil de localizar en caso de que cayese en una zona de bosque.

“Ahora que tenemos la idea más definida, ya podemos avanzar más rápido”, aseguran, mostrándose optimistas tras las pruebas realizadas para el envío y recepción de datos. Además, los alumnos de 3º de ESO se encargan también del diseño de logos y flyers, que se votarán entre la comunicada educativa, para potenciar el aspecto colaborativo del proyecto.

Todo lo deberán comunicar primero en un vídeo que grabarán en inglés, aprovechando que el IES El Escorial es un centro bilingüe, con el objetivo de superar la fase previa y llegar a la de lanzamiento. Si fuesen seleccionados, el Desafío CanSat incluye luego una final nacional y, ya en verano, una fase europea que este año tendrá lugar en Noruega. Los alumnos lo tienen claro: van a poner a El Escorial en órbita.

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