CUC Villalba: un golpe de timón para pasar de la gran debacle a un liderato de récord

El pasado 2 de junio el CUC Villalba perdía 3-1 con el Periso y consumaba su primer descenso a Primera Regional en 28 temporadas, en una mañana aciaga en el García de la Mata. La derrota ante el equipo frente al que precisamente había sellado su salvación el curso anterior no sólo fue una de las mayores debacles deportivas del club, sino que se combinó con el sonrojo a nivel institucional de ver cómo ese mismo fin de semana el Comité de Árbitros de Madrid se negaba a enviar colegiados a los partidos que los diferentes equipos del Villalba debían jugar como locales, a causa de una deuda acumulada de alrededor de 3.000 euros en concepto de arbitrajes que venía engordando desde el mes de marzo.

La suma de ambos mazazos hizo que el club deportivo con más solera de Collado Villalba tocara fondo, pero para su suerte institucional, y al menos en lo deportivo, aquel fin de semana negro supuso un punto de inflexión, puesto que marcó un nuevo rumbo que ha desembocado en una histórica racha de resultados en Primera Regional, donde el equipo ha sumado 31 puntos de 33 posibles y se maneja con un colchón para el ascenso de diez puntos, que es la ventaja que le lleva al tercer clasificado, la Fundación. Si el CUC Villalba puntúa este domingo ante el Unión Aravaca (Ciudad Deportiva, 12:15 horas) batirá el récord de puntos en las 12 primeras jornadas que estableció el Tres Cantos en la temporada 2012/2013 y seguirá en la senda que debe de conducirle de vuelta a Preferente. 

Cascada de salidas

Pese a que es necesario relativizar el posible récord de puntos y el sólido liderato, por cuanto el CUC Villalba está compitiendo en la categoría más baja en la que ha militado en los últimos 30 años, sí es de ley señalar que la buena marcha del equipo dirigido por Pepón López Cortijo sólo es explicable desde el acierto que supuso el golpe de timón de la directiva para tratar de rehacer el organigrama técnico que se había venido desmontando en los meses precedentes, como resultado de una sucesión de decisiones controvertidas que atentaron directamente contra la paz social del club, sobre todo en lo relativo a la colocación de David García en el puesto de primer entrenador, algo muy discutido y criticado por el entorno por su pasado como colaborador de la empresa Futsmile, en el conflicto que a punto estuvo de hacer desaparecer el club.

Antes y después de esa controvertida designación, el CUC Villalba se convirtió en una máquina trituradora capaz de generar una abultadísima lista de salidas de técnicos, entre renuncias y despidos. De ella no se libraron ni siquiera dos nombres históricos de la entidad amarilla: el secretario técnico, Pepe Díaz, primer entrenador de la historia del club en Tercera División (1996/1997), socio benefactor y artífice de la recomposición deportiva posterior al conflicto con la empresa Futsmile; y Nacho Benito, el ayudante de David Gordo, actual seleccionador español sub-17, en la mejor campaña de la historia del club, la del subcampeonato de Tercera División, y el hombre que junto a Miguel Ángel Cidoncha evitó la desaparición del CUC Villalba en 2006, después de la salida de la directiva presidida por el matrimonio Florentino Martínez – Marisa Comenge, además de completar su palmarés con el último ascenso a Tercera División del equipo, formando tándem con Marcelo Román. 

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De izquierda a derecha: Antonio Fernández-Blanco, Pepón López Cortijo, Fernando Pérez (vicepresidente), Nacho Tintó y Borja Fernández-Blanco, en la presentación oficial del entrenador / Web CUC Villalba

Díaz y Benito fueron la punta de lanza en una diáspora que afectó además a tres técnicos del primer equipo, sin importar su hoja de servicios: Óscar Redondo no fue renovado tras lograr la permanencia en Preferente; Santiago Herrador, hoy en el Real Madrid, tuvo que salir pese a formar con Borja Fernández-Blanco y Carlos Arteaga el trío técnico que recompuso el primer equipo tras el caso Futsmile, entre otras labores; y Víctor Vallejo, también técnico de la Fundación Real Madrid y exjugador profesional de la Unión Deportiva Salamanca, fue destituido en el primer equipo tras la novena jornada de Preferente de la pasada campaña tras firmar la cuarta posición con el juvenil de Autonómica, la mejor clasificación en la historia del club, y cuando intentaba armar un equipo de circunstancias que había perdido piezas importantes y que aún no había incorporado los fichajes que llegaron después, una vez que David García se hizo cargo del banquillo. Tras ellos, salieron entrenadores de la base como Juan Diego (Juvenil B), Luiso (Juvenil A de Autonómica), Mendi (sénior B de Tercera Regional), Miguel (Infantil A), Nano (Alevín A y coordinación de una parte de las categorías inferiores), Raúl (Metodología), Antonio (cadete A), e incluso Juan Carlos Martín, el entrenador que formó tándem con David García en el primer equipo. 

La cascada de salidas fue más allá del organigrama técnico y se extendió por todos los compartimentos del club, sin excepción: desde la directiva, con la marcha de otro histórico como Reyes del Amo –aunque meses después regresó al club-, pasando por los departamentos de Prensa –Borja Caballero y Patricia Lambán- y Psicología –Cristina Vega-, y terminando con la marcha de hasta 14 jugadores. Todo ello abrió una enorme herida en clave social en el club y en su entorno que aún no ha cicatrizado, si bien la directiva que preside Jesús Mena reaccionó a la debacle del 2 de junio con el mínimo exigible: un giro en la parcela deportiva que puede traducirse como una vuelta a los orígenes, y que puso los cimientos del buen rendimiento del equipo.  

Golpe de timón

Apenas 48 horas después del descenso, la directiva del CUC Villalba decidió reactivar la opción de fichar al entonces todavía entrenador del Hoyo de Manzanares, Pepón López Cortijo, a quien ya se había pretendido incorporar sin éxito con la temporada en curso, ante el riesgo evidente de descenso y el creciente malestar en la masa social. Si entonces el técnico de Becerril esgrimió su compromiso moral con el proyecto del Hoyo para dar el salto –“no podía dejarlos tirados”-, a la segunda, y ya con la temporada acabada,  decidió atender la llamada del CUC Villalba, que utilizó como intermediarios a Nacho Tintó y a Borja Fernández-Blanco, estrechos colaboradores de Pepón en el Hoyo de Manzanares, pero también con fuertes vínculos con la entidad amarilla, en especial el entrenador asturiano. Las dos partes cerraron un rápido acuerdo esa misma semana que, aparte del relevo de David García como entrenador del primer equipo para reubicarlo en tareas con el fútbol base, llevó aparejada una petición innegociable por parte del nuevo equipo técnico: poder trabajar un nuevo proyecto deportivo sin injerencias de la directiva, y dotado de total autonomía para poder confeccionar un equipo con sello propio. 

La contratación de Pepón y su equipo no sólo ha supuesto un golpe de timón presidencial que ha reconducido para bien la parcela deportiva, sino la admisión implícita de un grave error: el desmontaje de todo el organigrama técnico anterior. En ese sentido, baste con señalar la ascendencia del principal sacrificado de la etapa anterior sobre los tres responsables del nuevo equipo: Pepe Díaz dirigió a Pepón en su etapa de jugador en Torrelodones y después lo recomendó como entrenador del Hoyo para dirigir la plantilla que él mismo había esbozado con el anterior técnico, Pablo Saldaña; también estuvo detrás en los primeros pasos como entrenador en el Torrelodones de Borja Fernández-Blanco, al que llevó después al propio CUC Villalba nada más estallar el caso Futsmile; y tuvo como jugador a Nacho Tintó también en el Torrelodones, si bien Díaz también conocía al centrocampista de compartir vínculos con el Aravaca, club donde el veterano entrenador ha cubierto exitosos ciclos junto a Óscar Martos.

Que Pepón, Borja y Tintó hayan sido finalmente los elegidos para abrir la nueva etapa deportiva tiene, primero, un importante componente simbólico, por lo que tiene de indulto hacia el otrora demonizado trabajo de Pepe Díaz; y en segundo lugar, supone una clara apuesta por lo estrictamente futbolístico. La confección de la actual plantilla que lidera con gran ventaja el Grupo 1 de Primera Regional se ha basado en un conocimiento detallado de la categoría a la hora de incorporar a varios de los futbolistas que más destacaron en ella la pasada temporada, sin necesidad de apelar a grandes dispendios económicos. A ese factor, el nuevo cuerpo técnico ha logrado sumar a la causa el regreso de Boby y la continuidad de otros dos futbolistas de nivel superior, como el guardameta Martín Ferriz y el delantero Iván Cortijo, del que Pepón alaba que “cuando no juega, dirige los calentamientos”.

El cambio ha sido tan radical que el entrenador tiene entre sus principales tareas rebajar la euforia y desmentir la inmediatez de un regreso a Preferente que algunos pretenden anticipar al mes de marzo. Caer en ese tipo de excesos era algo impensable hace seis meses, cuando el CUC Villalba lloraba sobre el césped del García de la Mata y además no era capaz de frenar el escarnio de verse como moroso en la mismísima página web de la Real Federación de Fútbol de Madrid a causa de la deuda arbitral, algo que no pudo evitar ni teniendo su oficina a escasos metros de la Delegación federativa de Collado Villalba. A día de hoy, y medio año después de ser ejecutado, aquel golpe de timón parece acertado, a falta de que la directiva exponga en una Asamblea de Socios la situación global del club después de tanto terremoto.  

Pepón López Cortijo: “No hay que pensar en más cosas que en sumar 70 puntos”     

El CUC Villalba recibe este domingo al Unión Aravaca –Ciudad Deportiva, 12:15 horas- con la posibilidad de superar al Tres Cantos de la temporada 2012/2013 como equipo que más puntos ha sumado en las 12 primeras jornadas de Primera Regional, al menos en la última década. Para ello le basta simplemente con puntuar, toda vez que los tricantinos, que también sumaron 31 puntos en los primeros 11 partidos, cayeron precisamente en la jornada 12 con el Boadilla (2-3). “Los récords son bonitos, sobre todo para el club, pero el entrenador lo que quiere es subir”, dice Pepón, empeñado en rebajar la euforia. El entrenador revela que “siempre les digo a los jugadores que tienen que celebrar cada victoria como si fuera la última, porque hay que ser humildes. Nos tenemos que preocupar de hacer 70 puntos, que conseguiremos si sumamos 13 victorias más. No tenemos que pensar en más”. 

El técnico muestra su satisfacción por el golpe a la clasificación que el Villalba fue capaz de dar en la última jornada, cuando combinó su victoria ante el Zona Norte (0-2) con la derrota de sus dos perseguidores más cercanos, la Fundación y el Colmenar. El equipo llegó por la tarde al Municipal de La Cabrera sabiendo de la derrota franjirroja en el derbi de Colmenar ante el Siete Picos (1-0), y la de la Fundación en Ganapanes ante el Adarve B (2-0). Tras ello, los goles de Navarro y Álvaro sirvieron para ampliar el colchón del ascenso a diez puntos, que es la ventaja actual sobre la tercera posición de la Fundación, y para tomarle ocho al Colmenar. Pepón señala que “fue un día redondo, teníamos la esperanza de que alguno se dejara algún punto, pero no pensamos que iban a perder los dos. Nos dio mucha tranquilidad para encarar el partido, pero les dije a los jugadores que había que salir a ganar igual”. El entrenador sigue teniendo claro quién es el gran rival: “Veo al Colmenar muy candidato. El Torrelodones también va a estar arriba, pero no sé si tanto como para coger al Colmenar, al que veo muy fuerte”. 

El CUC Villalba jugará un partido especial con el Unión Aravaca, dada la relación de amistad del técnico visitante, Álvaro Pescador, con los entrenadores villalbinos, con los que jugó en su etapa en el Torrelodones. Precisamente, el equipo blanquiazul derrotó al Unión Aravaca por 1-2 en la última jornada, tras pasar varias fases de mucho agobio. Pepón López Cortijo, que ha tomado nota de las posibles dificultades, apunta que “será clave quitarles el balón, porque les gusta combinar, y si lo conseguimos les haremos sufrir, más en un campo grande como es el nuestro”. El entrenador seguirá sin poder contar con Mario Hernando, cuya reaparición se espera para la primera jornada de 2020 ante el Torrelodones, y seguirá de cerca la evolución del portero Martín Ferriz, que sufrió un golpe en la mano en La Cabrera que obligó a entablillarle un dedo. El Villalba mirará de reojo lo que suceda en el Alberto Ruiz, donde el Colmenar recibirá al Celtic Castilla, y al duelo entre la Fundación y el Villanueva del Pardillo B.

Jaime Fresno

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