El párroco de Colmenarejo, tras la muerte de su padre por coronavirus: «Está situación nos tiene que hacer pensar»

El padre de Ángel Amigo, párroco de Colmenarejo, falleció el pasado viernes 13 de marzo en el Hospital de Puerta de Hierro de Majadahonda, en el que había ingresado días atrás por coronavirus, motivo por el que el sacerdote llevaba ya tiempo en cuarentena, al igual que su madre. 

El semanario de información religiosa “Alfa y Omega” relata su historia, explicando cómo poco antes de que falleciera su padre, Ángel Amigo pudo entrar a la UCI “con mucho gel, mascarilla y todos los cuidados posibles”, para dar el sacramento de unción de los enfermos a su progenitor. Las siguientes horas, señalaba, fueron “muy duras”, ya que no pudieron ver el féretro. “”Le dejamos en el hospital y de repente te tienes que poner a arreglar papeles. Está siendo muy duro”, manifestaba. 

Ahora todavía tienen por delante una semana de cuarentena. “Estamos rodeados de todas las cosas de mi madre, viendo su programa favorito. Mi madre está muy triste. Está siendo muy difícil y casi cruel”, relataba. Tras remitir los síntomas, el padre Ángel continúa oficiando en casa misa diaria por su pueblo, por los enfermos por el coronavirus, “por todos los profesionales sanitarios que se están volcando en el tema y por todos los casos cercanos de los que nos vamos enterando”.

El párroco de Colmenarejo, celebrando la eucaristía en su domicilio, donde permanece en cuarentena

“Es un dolor muy grande el no poder ir a las casas, y para la gente es un dolor muy grande también el que no pueda ir. Precisamente porque les quiero no puedo ir. Es una mezcla de rabia y de impotencia”, señalaba en relación a la petición de algunos fieles para que se acerque a sus domicilios.

¿Cuánto hace que no hablamos?

El párroco afirma en esta información de “Alfa y Omega” que estamos ante “una cuaresma diferente”, con una durísima penitencia. Sin embargo, y con todo el dolor que tengo en el corazón, pienso que esta situación es una bendición. Parece contradictorio, pero es lo que pienso. Por ejemplo, hace mucho que no tenía tiempo para sentarme a hablar con mi madre. Pienso en cómo estará la gente ahora y me digo: ‘¿Cuánto hace que no tenemos tiempo para estar con nuestras familias, para hablar?’ Nos tenemos que dar cuenta de esto. Ahora habrá muchos padres agobiados por el cierre de los colegios, pero ¿cuánto tiempo hace que no te sientas a hablar con tu hijo, o con tu padre? ¿Cuánto hace que no hablamos? Habla con tu madre, con tu hijo, con tus abuelos. Llama por teléfono a esa persona que hace tiempo que no ves. Es un tiempo de bendición. Reza en familia, rezad el rosario en familia. ¿Cuánto hace que no rezamos el rosario juntos? ¿Cuándo fue la última vez que vimos la Misa en la tele? Es tiempo de estar juntos”, manifestaba.

Del mismo modo, hacía referencia al hecho de que, como consecuencia de las semanas en las que China ha estado paralizada, “han bajado los niveles de contaminación”. “Esta situación nos tiene que hacer pensar: ¿qué estoy haciendo todos los días con mi vida que me estoy cargando el mundo, que me estoy cargando mi familia, que me estoy cargando el amor? Yo, por ejemplo, he decidido cuando salga de la cuarentena que mi vida va a ser mucho más pausada. No se puede atender a todo el mundo con prisa. Nos tenemos que plantear cosas… […] Estamos todos agobiados y cansados. Yo creo que Dios nos ha parado para que nos demos cuenta de que somos una familia y nos tenemos que querer mucho”, finalizaba el párroco.

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