Alertan de podas «brutales» y «antiestéticas» en la zona de Las Suertes, en Collado Villalba

La situación de numerosos árboles en Las Suertes ha hecho que un lector nos haya remitido este escrito en el que alerta de podas «brutales» y «agresivas», lamentando la falta de profesionalidad y también de sensibilización ciudadana respecto a las zonas verdes.

«Con poco que nos fijemos al dar un paseo por la zona de Las Suertes, en Collado Villalba, observamos cómo numerosos árboles han sido podados de forma brutal, antiestética y poco profesional. El fenómeno no es nuevo, pero sí que se ha agravado en los últimos años, como consecuencia de numerosos factores que convergen en la degradación de nuestro arbolado urbano.

El primero de ellos es una ley de arbolado urbano que, con la mejor de las intenciones, no consigue proteger de manera integral los árboles de nuestras ciudades. Pensada más bien para limitar la acción de constructores poco sensibles, su aplicación a pequeños propietarios y comunidades da lugar a situaciones peculiares y contradictorias. Por ejemplo, en numerosas ocasiones, al estar tan mal diseñados los jardines, la elección de especies y su ubicación, nos encontramos con ejemplares pegados a los edificios que causan innumerables problemas y daños estructurales. En vez de aplicarse la solución más evidente, que sería eliminar el árbol sin más, la ley obliga a pagar fuertes indemnizaciones a los ayuntamientos y para evitarse esto se soluciona el problema con podas fuertes y agresivas que convierten además a árboles sanos en ejemplares peligrosos.

Igual problema se da cuando se han plantado demasiados ejemplares y al no tener sitio para crecer, en vez de eliminarse algunos, se podan en exceso grupos enteros.

Otro factor a tener en cuenta es la falta de sensibilización ciudadana con respecto a las zonas verdes. Muchas comunidades de vecinos han cambiado su percepción y valoración de los jardines comunitarios; antes se valoraban muy positivamente como un elemento que aumentaba la calidad de vida, ahora se ven como una fuente de gastos que hay que reducir.

A poco que se pregunte a cualquier empresa de jardinería, se observa cómo los recursos dedicados al mantenimiento bajan año a año. Algunas comunidades no son capaces de gastarse ni 100 euros al año en renovar la planta que muere por envejecimiento.

¿Un trabajo bien hecho?

Por otro lado, con respecto a las podas agresivas, éstas son percibidas por los vecinos como un trabajo bien hecho, los profesionales que con criterios modernos se niegan a hacer estos trabajos son despedidos o presionados a realizarlas. Una sensibilidad mal entendida hace que se permitan estas podas agresivas y que se realicen quejas cuando se talan árboles podridos o peligrosos.

El cuarto factor serían los profesionales de la jardinería. O podan de manera inadecuada aplicando técnicas obsoletas o son presionados a hacerlo por los propietarios y comunidades.

La solución no es fácil y tiene que abarcar todas estas problemáticas: realizando campañas de sensibilización ciudadana; aplicando la ley de forma inteligente y no como una vía de financiación municipal; exigiendo profesionalidad a las empresas de jardinería; y elaborando un plan especial de arbolado urbano que racionalice su mantenimiento e impida estas talas abusivas».

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