Casi 100 personas ocupan un edificio de 86 viviendas de la Sareb en la calle Real de Collado Villalba
Movimientos sociales y la Asamblea de Vivienda han celebrado que se ha convertido “en el hogar de familias con hijos, juventud precaria, personas mayores con escasos recursos y gente que se hallaba en situación de calle”.
Alrededor de 100 personas están ocupado desde el 20 de diciembre dos edificios propiedad de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (Sareb), situados en la calle Real números 13 y 15 (cerca de la estación de ferrocarril), en Collado Villalba, que llevaban abandonados desde su construcción en 2008, según han informado la organización Asamblea de Vivienda.
Esta mañana han acudido varios agentes de la Policía Local y Guardia Civil para inspeccionar el inmueble. La Asamblea de Vivienda ha relatado que este sábado acudió la Policía Local al edificio a vigilar y controlar el estado del mismo.
Edificio abandonado
Movimientos sociales y la Asamblea de Vivienda de Collado Villalba han incentivado esta ocupación de dos edificios que forman un mismo bloque urbanístico de 86 viviendas que se encuentra en la calle Real del municipio y, según apuntan en un comunicado desde estas asociaciones, este edificio se hallaba en claras condiciones de abandono, con humedades, grafitis, basura, heces de palomas y restos de fiestas.
Estos movimientos sociales han celebrado que actualmente se ha convertido “en el hogar de familias con hijos e hijas, juventud precaria y combativa, personas mayores con escasos recursos y gente que se hallaba en situación de calle”. Al parecer hay un total de 12 niños, seis personas que estaban en situación de calle y unas nueve que vivían en infraviviendas.
Estas plataformas han señalado que esta nueva “comunidad de vecinos” está formada por personas de multitud de nacionalidades, orígenes y experiencias con el objetivo común de “tener un techo bajo el cual vivir”.
Según han explicado desde la Asamblea de Vivienda, la mayoría de las viviendas ya están ocupadas y desde el momento en el que se dio a conocer que estaban siendo ocupadas, colgando una pancarta en el edificio, los vecinos y comerciantes de la zona salieron a aplaudir a modo de recibimiento.
Desde el Ayuntamiento aseguran que han avisado a la propiedad y que el edificio está “en perfectas condiciones”, por lo que no hay ningún riesgo para las familias que han ocupado estas viviendas y explican que han avisado a la propiedad de dicha ocupación.
Apoyo de Ecologistas en Acción Sierras
Por su parte, Ecologistas en Acción Sierras ha emitido un comunicado de apoyo a la Asamblea de Vivienda de Collado Villalba «en su reciente recuperación de un bloque de 86 viviendas. La muerte por hipotermia de un vecino de la localidad villalbina nos ha demostrado nuevamente que las administraciones no están haciendo lo suficiente por garantizar un derecho tan básico como es el derecho a la vivienda. Cuando hay bloques de vivienda vacíos en manos de grandes propietarios que reciben dinero de fondos públicos, como es el caso de este bloque de la Sociedad de Gestión de Activos procedentes de la Reestructuración Bancaria (SAREB), más conocido como “el Banco malo”, nos parece una cuestión de justicia social la recuperación de unas viviendas que las administraciones tuvieron que haber puesto hace muchos años en alquiler social», dice el colectivo.
«Queremos denunciar el sinsentido urbanístico que supone la promesa de la Comunidad de Madrid de dotar al municipio de Collado Villalba con 38 viviendas de nueva construcción para alquiler social mientras se permite el abandono de un bloque de 86 viviendas que no ha sido habitado desde su construcción en 2008″, continua Ecologistas en Acción Sierras.
«No podemos seguir dilapidando dinero público y recursos naturales para construir nuevos edificios dejando que otros queden vacíos. Es necesario un estudio exhaustivo de la vivienda vacía para poder desarrollar planes de alquiler social más sostenibles y económicos. La solución a al problema de la vivienda no debe pasar por un modelo de crecimiento urbanístico basado en la búsqueda de beneficios de las constructoras a costa de nuestros impuestos», concluye el escrito.
