La remodelación del Quique Blas de Collado Villalba finalizará el próximo verano, nueve meses después de lo previsto

Las obras de remodelación del pabellón Quique Blas de Collado Villalba finalizarán el próximo verano, nueve meses después del plazo inicial previsto, que era el pasado 24 de septiembre. Este retraso se debe a varios factores, entre ellos, la falta de materiales. «Paralizada la obra no está», ha aseverado el concejal de Urbanismo, Iván Pizarro. «Está ralentizada por una serie de problemas. En la pandemia se ha paralizado toda la actividad y cuando ahora se está reactivando todo, el mundo entero, no solo Collado Villalba o Madrid, sino Estados Unidos, China o Rusia, se están poniendo a fabricar y construir y hay problemas de materia prima por todos lados; es una realidad mundial que nos afecta».

A este retraso en la entrega de materiales, que se ha visto incrementado por la parálisis tras la borrasca Filomena (enero de 2021) y el bloqueo en el Canal de Suez (marzo 2021), el edil suma «las especificaciones que estamos viendo con la Comunidad de Madrid«. Al tratarse de una obra a cargo del Plan de Inversiones Regional, el Gobierno autonómico aporta el 80 por ciento del coste (3.643.396 euros de los 4,2 totales) y «nos piden cuestiones relacionadas con los modificados, con lo que también se ralentiza, ya que hay que intercambiar información con la Comunidad de Madrid. Si se hubiera hecho con remanente de Tesorería no se ralentizaría tanto. Todo lo estamos solucionando, pero a cambio del tiempo», lamenta Pizarro.

«Si no hubiera pasado nada se habría terminado el 24 de septiembre, pero han pasado mil cosas. Ahora, viendo el calendario de obra y los problemas que hay, probablemente estemos hablando de 8 o 9 meses más», augura Iván Pizarro. «Cada problema requiere una solución jurídico-técnica-económica que no es como en una empresa; aquí hay que tener informes jurídicos, técnicos, de Hacienda, de la Comunidad de Madrid como parte implicada…».

Evitar todas las molestias posibles

Ante este retraso y para evitar todas las molestias posibles a los usuarios del pabellón, el responsable del área de Urbanismo explica que «se ha modificado la programación de la obra para que afecte lo menos posible y no se entre en el edificio antiguo todavía«.

Para ello, se han instalado paneles de pladur «para evitar que no entre polvo por la conexión con el nuevo edificio y que el antiguo se pueda seguir utilizando».

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