La Asamblea Contra las Casas de Apuestas en Collado Villalba: “Una madre nos dijo que su hijo le había robado 15.000 euros”

Collado Villalba es la capital de… las apuestas, prueba de ello son las once casas que se dedican a este negocio y que se han dispersado por varios puntos del término, una cifra muy abultada si la comparamos con otros municipios de la Sierra. Así, Las Rozas, que casi duplica la población villalbina, tiene tres veces menos este tipo de establecimientos (los cuatro están ubicados en la plaza Mayor), o Galapagar, que con la mitad de empadronados, solo dispone de un local en el centro del pueblo. Mientras que en El Escorial o Guadarrama encontramos dos, en San Lorenzo, Alpedrete o Collado Mediano ha abierto sus puertas solo una casa de apuestas. Atípico es el caso de Moralzarzal, que en la actualidad no cuenta con ningún negocio de estas características (hace poco cerró el único existente).

Desde la Asamblea contra las Casas de Apuestas de Collado Villalba se estima que “por estadística, hay 700 ludópatas registrados en el municipio (a esa cifra se llega extrapolando los datos aportados por el VIII Informe de la percepción social sobre el juego de Azar en España de 2017, de la Universidad Carlos III y la Fundación Codere). “El problema es que esas cifras en unos años serán muy distintas porque los psicólogos alertan de que antes se tardaba un año en que una persona se hiciera ludópata; ahora, con las propuestas on line y el aumento y cercanía de estos negocios en la calle, el periodo en hacerse adicto es más corto”: hay apuestas muy inmediatas, se puede apostar sobre casi cualquier cosa y algunas tienen grandes promesas de beneficios, lo que genera en el cerebro otro tipo de adicción. A lo que hay que añadir el aumento de la publicidad.

Cerca de un colegio
Denuncian que hace unos meses, tras el cierre de una casa de apuestas en la calle Real que estaba a menos de 15 metros de otra, abrió otra en El Gorronal, a menos de 300 metros del colegio Rosa Chacel, “en una zona donde conocemos familias con menores con problemas de juego que han llegado a robar en su casa”. Este fue el detonante de que apareciera esta Asamblea. “El otro día vino una madre a una de las reuniones de la Asamblea contra las Casas de Apuestas de Collado Villalba y reconoció que su hijo la había robado 15.000 euros”.

“Cuando estábamos montando el Ateneo Popular (lugar donde se reúnen y programan sus actividades, en la calle Pardo Santallana, 1, en El Gorronal) vino un comercial de tragaperras preguntándonos si estábamos montando un bar para vendernos los parabienes de estas máquinas. Nos ofreció unas cifras de beneficio que nos sorprendieron mucho y nos dijo que cuanto más pobre era un barrio, mejor funcionaban estas cosas”, recuerda Darío Unai Cristóbal, miembro de esta agrupación.

“Sabemos que entran menores (la ley no permite el acceso a los clientes con edades inferiores a los 18 años). Además, según los vecinos, en la casa de apuestas del Polígono P-29, igual que hace unos años los menores pedían a los adultos que les comprasen tabaco o cervezas, ahora, les piden que les echen apuestas”.

La Federación Regional de Asociaciones de Vecinos asegura que hay menores de 15 años que ya han tenido problemas con el juego. Según el citado informe de la Carlos III, la incidencia de la ludopatía severa en población de 18 a 24 años es el doble de la media, mientras que en el rango de edades de 25 a 34 años la incidencia llega a ser hasta 5 veces mayor.
Los datos también recogen que este problema afecta más a los hombres (un 80 por ciento) que a las mujeres. “Hay un análisis de género que hacer, por qué ocurre esto y cómo enfocar la prevención según el sexo porque no juegan igual ni a lo mismo”.

El número de hospitalizados en la red pública por esta patología se ha incrementado un 45 por ciento en dos años. “Ha habido un aumento muy grande bajando la edad y con un perfil claro de barrios con poca renta, que es donde más están creciendo estas casas de apuestas. Nos comentaban que en Collado Villalba hay un puesto desde donde poder apostar por cada ludópata”.

Control y formación
Entre sus próximos proyectos, van a hacer una recogida de firmas para pedir al Ayuntamiento, que cumpla la moción presentada por Cambiemos Villalba y aprobada por todos los partidos el pasado verano en la que se pedían una serie de medidas de control. Estos establecimientos deben contar con mostrador en el acceso al local donde pidan el DNI a cada cliente -en los últimos cuatro años, ha aumentado un 320 por ciento la gente que se autoprohíbe la entrada, pero algunos locales no ejercen este “filtro”-. En cuanto a la seguridad, la mayoría de los locales cuenta con cámaras de videovigilancia y “convierten en Bunkers sus locales. No hay ventanas o tienen las lunas tintadas y no puedes ver a la gente que hay dentro pero ellos a ti sí; estas calles se perciben como menos seguras”. “Hay quejas vecinales en muchos de estos espacios porque lo que atraen fundamentalmente son personas que a media mañana no tienen nada que hacer, que están en paro, de clases bajas, descendientes de otras nacionalidades… lo que genera cierta intranquilidad”.

También solicitan al Consistorio una serie de medidas de prevención, como la formación en los institutos -“si se conocen los síntomas de la ludopatía, se jugará menos y los que juegan y su entorno puedan detectarlos”-, y alternativas para el ocio juvenil -“tienen ofertas muy agresivas para comer y beber contra las que no pueden competir los comercios aledaños”-.

Medidas a nivel regional y nacional

Recientemente la Asamblea de Madrid ha rechazado la publicidad de las casas de apuestas en Telemadrid (aunque no la había por decisión de la dirección de la cadena) y el Partido Popular ha elaborado un decreto sobre el control de juego. “Creemos que es muy laxo y que hay que tender al que se ha hecho en Valencia, que implica una distancia mayor (500 metros) con respecto a los centros donde se trata la ludopatía (en Madrid, 100 metros), además, de un espacio entre ellas. Son como una mancha de aceite y cambian el modelo de una zona, como ocurre en barrios de Madrid como Tetuán o Vallecas. Ahora es más restrictivo poner un bar que una casa de apuestas, ya que este modelo de negocio no tiene un epígrafe concreto en la ley”.

El colectivo villalbino también ha sugerido que se destine un porcentaje mayor de los beneficios de estas casas a la atención de los ludópatas (en la Comunidad de Madrid no llega al 1 por ciento). A nivel estatal, sus reivindicaciones pasan por la prohibición de la publicidad y “que se acabe con unas medidas fiscales muy beneficiosas para estas empresas”.

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