Iván Cortijo: “Me tomo la Primera Regional con la misma exigencia que jugar un playoff en Tercera División”

Camino de los 38 años que cumplirá en noviembre, Iván Cortijo es uno de los clásicos del fútbol madrileño. Canterano del Pozuelo desde los siete años, cuando el club verde aún utilizaba el mítico campo del Carlos Ruiz, ha venido siendo uno de los atacantes más relevantes del Grupo VII de Tercera División en las dos últimas décadas, hasta 2010 con la camiseta del Parla, y, desde entonces, en una segunda etapa en el Pozuelo, en la que el club tocó uno de sus techos jugando aquel playoff de ascenso a Segunda B en el que terminó cayendo ante La Roda en segunda ronda.

Tras dejar atrás su casa deportiva, Cortijo fue llamado a filas por Lolo Escobar para dar el primer paso de ascender a Tercera División, dentro del ambicioso proyecto que hoy tiene a Las Rozas en Segunda B, y después, el pasado verano, pasó a militar en el potente plantel de otro equipo ascensor, el Móstoles Balompié del que fuera entrenador del CUC Villalba, Javier de Lucas. Allí, Cortijo no terminó de encontrar su sitio y en diciembre decidió aceptar al fin la oferta del Villalba, con el que había tenido dos contactos previos que no llegaron a buen puerto por razones muy diferentes: en el primero, con Borja Fernández-Blanco como intermediario, pesó más el proyecto de Lolo Escobar en Las Rozas; y en el segundo, Pepe Díaz, se quedó sin armas para negociar con el delantero, después de que el presidente, Jesús Mena, decidiese restringir el gasto en fichajes hasta la salida del histórico director deportivo de la entidad amarilla.

Iván Cortijo, en el partido de pretemporada disputado el pasado domingo / Fotografía: Rafa Herrero

Una vez vestido de amarillo, y a las órdenes de David García, Cortijo pudo jugar 16 partidos, con un único gol anotado al Galapagar, y dos lesiones musculares que le afectaron al principio y al final, cuando forzó para intentar salvar al equipo en la aciaga mañana del García de la Mata ante el Periso. Un partido muy duro que quiere olvidar con un ascenso a Preferente.     

¿Cómo está yendo la pretemporada?   

La verdad es que se está haciendo dura por las temperaturas, pero los partidos que estamos teniendo nos sirven para coger el tono físico y para conocernos entre nosotros, y aunque los resultados no son del todo favorables, las sensaciones sí están siendo positivas y es con lo que nos tenemos que quedar, de cara a ir a por los tres puntos a Cerceda dentro de dos semanas.    

¿Se puede decir que hasta ahora tenéis el juego pero no el gol?   

Sí es cierto que con balón estamos bien, estamos cómodos y a gusto, y estamos creando ocasiones, generando mucho y llegando al área rival. Lo que pasa es que luego nos falta materializar y acabar las jugadas, y en estas categorías de regional, en cualquier rechace o cualquier balón al área te hacen un gol y luego se te hace muy cuesta arriba ganar los partidos, que es lo que nos está pasando.

En noviembre cumplirás 38 años. A esa edad, poder hacer una pretemporada, el no llegar al equipo a mitad de curso como hiciste el año pasado, ¿es muy importante para ver la mejor versión de Cortijo?   

Está claro. Poder empezar una pretemporada, poder ir de menos a más, es fundamental. Cuando vamos cumpliendo años es importante ir  progresivamente, no es lo mismo que con 20 años, que juegas un partido y al día siguiente ya estás para otro. Te tienes que cuidar mucho e ir de forma progresiva, para llegar bien al primer partido

¿Eso estuvo detrás de tu par de lesiones musculares del año pasado?   

Sí, es posible. Venía de Móstoles, de una pretemporada en la que las cargas a lo mejor no se hicieron como se deberían hacer… También, la falta de continuidad allí a lo mejor no te deja coger esa condición física que te hace falta para aguantar los 90 minutos. Luego, vienes aquí, intentas rendir al mejor nivel, y claro, los músculos no están preparados como cuando empiezas una pretemporada y haces un trabajo preventivo.

El objetivo claro del CUC Villalba es recuperar la Preferente, tras un descenso muy duro. ¿Cómo está el grupo anímicamente, ha digerido el mazazo?   

Por supuesto. Hemos empezado otra temporada, tenemos mucha gente nueva, hemos cambiado casi el 80% del grupo y los que nos hemos quedado hemos cambiado el chip. La premisa es intentar subir sí o sí, el exigirnos que hay que ir a todos los campos a ganar y que hay que quedar entre los dos primeros. Es lo que nos han exigido desde el primer día, tanto la directiva como el cuerpo técnico.

Cortijo ha sido muchos años un jugador desequilibrante en Tercera División, en el Parla, en el Pozuelo con Chema Ramos… ¿Cómo te tomas esto de jugar en Primera Regional, una categoría que igual hasta ni has conocido en el inicio de tu carrera?   

Pues sí, eso es cierto, pero yo me la tomo como si fuera Tercera División igual. El compromiso va a ser absoluto, y la exigencia por parte del club es como si fuera a jugar un playoff a Segunda B. Esa exigencia la voy a intentar transmitir al grupo y con ella vamos a salir cada domingo para ganar los partidos. 

Hablemos del nuevo cuerpo técnico, con Pepón y el apoyo de gente como Borja Fernández-Blanco o Nacho Tintó. ¿Hasta qué punto han cambiado las cosas, en cuanto a dibujo, la forma de trabajar, cómo moverse en el campo…?   

Ha cambiado todo: la metodología, la idea de juego, la preparación física… Todo. Son gente muy curtida en el fútbol que nos va a ayudar a superar cada batalla y son gente muy preparada para ayudarnos a competir cada domingo y sacar lo mejor de nosotros.

¿Qué es lo que te ha pedido Pepón que hagas en el campo? ¿Que seas delantero, enganche…? ¿Cuál será tu misión?   

Lo que hemos hablado es que intente ayudar al equipo en todo lo que pueda, que intente finalizar y, sobre todo, que enlace con la gente de medio campo y dé juego a mis compañeros para que podamos pisar el área contraria el máximo tiempo posible. Tenemos un campo grande aquí en Villalba y es complicado, por eso lo que quiere de mí es que esté cerca del área y facilitar a mis compañeros las jugadas de peligro.

Jaime Fresno

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