Expertos del Hospital de Villalba recuerdan la importancia de mantener relaciones sexuales protegidas para evitar infecciones como el VPH

El virus del papiloma humano es la infección de transmisión sexual más frecuente y la principal causa de cáncer de cérvix, aunque en pocos casos desarrollará enfermedad

El virus del papiloma humano (VPH) es la enfermedad de transmisión sexual más frecuente que existe y se calcula que entre un 80 y un 85 por ciento de las personas que mantienen relaciones sexuales, en algún momento de su vida, van a infectarse de VPH, aunque son muy pocos los casos en los que se va a desarrollar enfermedad.

Así lo explica la Dra. Raquel Moreno Vidal, especialista del Servicio de Ginecología y Obstetricia del Hospital Universitario General de Villalba, integrado en la red pública madrileña, con motivo del Día Mundial del VPH, celebrado el pasado 4 de marzo, añadiendo que, “por lo general, el portador de este virus es asintomático, lo que dificulta aún más su detección”.

El cribado poblacional de cáncer de cérvix dirigido a mujeres entre 25 a 65 años, contempla la determinación de VPH de alto riesgo (VPH-AR) entre los 35-65 años. Si el resultado es negativo la prueba ser repetirá a los 5 años.

El VPH es responsable de casi la totalidad de los cánceres de cuello de útero en la mujer, pero también de otras lesiones en la vulva o la vagina, lo que lleva a los especialistas a recomendar a la mujer su participación en el programa de cribado de cérvix. La citología cada tres años se recomienda a partir de  los 25 años, y próximamente, la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid iniciará en un área sanitaria la determinación de VPH de alto riesgo a partir de los 35 años. “Estos cribados están diseñados de forma que, dependiendo de los resultados, se oriente el seguimiento del paciente con consultas de patología cervical dirigidas a ello”, añade la especialista.

Dicho esto, cuando se localiza una lesión, puede extirparse mediante cirugía por vía vaginal, si existe riesgo de que genere un problema mayor o pueda derivar en cáncer de cuello de útero. En este sentido, la Dra. Moreno recuerda que actualmente se están desarrollando vacunas terapéuticas frente a esas lesiones, pero matiza que “aún están en fase de investigación”.

La vacunación, la mejor fórmula para reducir la incidencia

Por ello, la mejor fórmula en la actualidad para reducir la incidencia de la infección por VPH y sus complicaciones es la vacunación, ya recomendada para niñas a partir de los 12 años, y que ha sido ampliada a los niños de la misma edad. “Además de las mencionadas lesiones en las niñas -explica la ginecóloga-, se ha observado que el VPH puede producir también lesiones en pene, ano y orofaringe, que años más tarde pueden generar un cáncer en esas localizaciones, por lo que su recomendación en varones es muy importante”. Y es que, insiste: “la vacuna frente a VPH puede reducir la incidencia de cáncer de cuello de útero o de otras localizaciones más de un 90 por ciento”.

La influencia del VPH en la aparición de otros tumores en varones ha llevado a recomendar la vacunación también en niños

Más allá de la incorporación a los calendarios vacunales de la inmunización para los más pequeños, los especialistas subrayan la importancia de la vacunación frente a VPH a toda la población. “La única diferencia con respecto a los niños -indica la Dra. Moreno– es que la generación de anticuerpos posiblemente es menor a la de un niño o niña de 12 años; aún así, se va a seguir previniendo lesiones en la zona del cuello del útero, vagina o ano, y va a proteger a su pareja y también a su futuro hijo, si se quiere quedar embarazada”.

Es importante, en todo caso, incidir en la importancia de la promoción de la salud y de la prevención de la enfermedad, que es lo que pretenden los días mundiales, como el que se ha conmemorado recientemente, y a cuya celebración se ha sumado el hospital villalbino. “Muchas mujeres aún desconocen los motivos por los cuales se realizan las citologías, y este día da pie a que se conozcan, explicar en qué consisten e, incluso, que se pierda el miedo a su realización y deje de ser un tema tabú”, concluye la especialista.

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