El Hospital General de Villalba trata las secuelas del coronavirus en su Unidad de Rehabilitación Post-Covid

Las secuelas no son habituales en enfermedades virales. Sin embargo, ya al inicio de la pandemia se detectó que los pacientes que recibían el alta tras la Covid-19 sufrían complicaciones variadas y de distinto tipo de gravedad. Por ello, el Hospital Universitario General de Villalba, perteneciente a la red sanitaria pública de la Comunidad de Madrid, decidió crear una Unidad de Rehabilitación Post-Covid formada fundamentalmente por especialistas de los servicios de Neumología y Medicina Interna. Los primeros realizan el seguimiento a pacientes que han tenido una enfermedad respiratoria grave, mientras que los segundos siguen a pacientes que han estado menos graves o que han tenido otro tipo de complicaciones.

Tal y como indica el Dr. Antonio Núñez, coordinador de la unidad y también jefe del Servicio de Medicina Interna del centro, “el procedimiento tras el alta consiste, de inicio, en un cribado telefónico a los pacientes, tras el cual se valoran las posibles secuelas y se decide si necesitan un seguimiento por parte de Atención Primaria o de los servicios de Medicina Interna, Neumología o Rehabilitación”.

Un virus que provoca secuelas

Estas complicaciones se presentan en pacientes sintomáticos con ingreso y son más acusadas en aquellas personas que han estado hospitalizadas en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). “Los pacientes con neumonía se recuperan en pocas semanas y la mayor parte de ellos sin secuelas a largo plazo. Sin embargo, no es raro que presenten problemas de concentración, cansancio o dificultad respiratoria, que pueden durar semanas, o incluso meses”, explica el especialista.

Uno de los problemas más comunes en estos pacientes es la dificultad para encontrar palabras adecuadas para referirse a un objeto: “Son olvidos frecuentes que no les ocurrían antes de la infección”, apunta el Dr. Núñez, señalando que, “por fortuna, no tienen una traducción importante en las pruebas de imagen y desaparecen con el tiempo, normalmente sin necesidad de tratamiento”.

Por su parte, aquellos pacientes que han tenido complicaciones respiratorias graves, a los que ha habido que intubar por neumonías bilaterales muy serias o han necesitado ventilación mecánica no invasiva, son los más frecuentes en esta Unidad de Rehabilitación Post-Covid, ya que son quienes sufren las secuelas más graves e incapacitantes, además de otras psicológicas.

Según explica el coordinador de este servicio, “algunos necesitan rehabilitación respiratoria porque han acumulado muchas secreciones bronquiales y, al alta hospitalaria, persisten con unas radiografías alteradas, inflamación en ambos pulmones y alteración de las pruebas de función respiratoria”. “Muchos necesitan durante meses oxígeno en casa para poder tener unas saturaciones aceptables”, añade.

Estos pacientes, además, precisan en ocasiones de un tratamiento rehabilitador desde el punto de vista motor ya que la estancia prolongada en UCI lleva asociada la miopatía del paciente crítico, una atrofia muscular importante en relación con el desuso e inmovilidad de brazos y piernas. “Cuando son trasladados a Hospitalización en planta, no pueden levantarse ni deambular -incide el internista-; por eso, es vital que realicen un proceso rehabilitador lo más pronto posible”.

No bajar la guardia

Desde que comenzó la pandemia, numerosos pacientes han pasado por esta unidad del Hospital Universitario General de Villalba. Con esta experiencia, el Dr. Núñez señala que, “ya sea por el tratamiento que les aportamos o por la evolución natural de la enfermedad, las secuelas a largo plazo, al cabo de 6, 8 ó 10 meses, desaparecen en la mayoría de los pacientes”.

Para evitar estas secuelas, y debido a la alta incidencia que continúa teniendo la Covid-19 en nuestro país, este experto insiste en la importancia de que la sociedad no relaje las medidas de seguridad a pesar de la llegada de la vacuna. “Hasta que un porcentaje importante de la población esté vacunada, debemos mantener todas las medidas de prevención, que son las más importantes y eficaces para evitar la enfermedad”, concluye.

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