El Hospital de Villalba participa en “C-Salud”, un ambicioso proyecto de aplicación del Big Data para crear salud

El Hospital Universitario General de Villalba participa en «C-Salud», un ambicioso proyecto de aplicación del Big Data para la creación de Salud poblacional coordinado por la Unidad de Innovación Clínica y Organizativa (UICO) de este centro -y de la que también forman parte los hospitales universitarios Fundación Jiménez Díaz (Madrid), Rey Juan Carlos (Móstoles) e Infanta Elena (Valdemoro)-, con la colaboración del Instituto de Investigación Sanitaria de la Fundación Jiménez Díaz.

«C-Salud» es la mayor iniciativa de estas características en nuestro país, tanto cuantitativamente, ya que implica el trabajo en red de cuatro centros, con sus correspondientes profesionales e información y experiencia de pacientes -acercándose con la suma de sus áreas de referencia al millón de habitantes-; como cualitativamente, al involucrar en el análisis de datos para la mejora de procesos asistenciales e iniciativas en todos los ámbitos asistenciales clave con una triple dimensión: prevención, detección precoz y tratamiento personalizado.

Además, destaca el grado de implementación del proyecto, ya que «no es una propuesta de futuro, sino toda una realidad, el apoyo corporativo con el que cuenta, su liderazgo clínico y su componente estratégico, al impactar positivamente en tres ejes principales del hospital: trabajar en la prevención en salud, mejorar la experiencia del paciente y gestionar responsable y eficientemente los recursos», afirma el Dr. Javier Arcos, coordinador de la UICO.

El proyecto es resultado de dos décadas de evolución en datos e información clínica en esta red asistencial, ya que desde que comenzó el siglo XXI estos hospitales no han dejado de alcanzar hitos en su ya consolidada etapa digital. Entre ellos destacó la puesta en marcha de la historia clínica electrónica (HCE); el lanzamiento de Casiopea, la e-consulta, el Portal del Paciente (aplicación de desarrollo propio), los Servicios No Presenciales y la digitalización de la totalidad de su Departamento de Anatomía Patológica en la pasada década; y la creación, al final de la misma, de la UICO, incubadora de numerosos proyectos como el Nuevo modelo asistencial en Aparato Locomotor (APLO), E-Res Salud (Programa de Evaluación de Resultados en Salud y en experiencia de paciente, PROMs y PREMs), la Smart Room o Casiopea Mobility, todos ellos apoyados en las diferentes líneas de «Salud Digital».

Una trayectoria que culminó hace dos años con la creación de la Unidad de Big Data e Inteligencia Artificial para agilizar la búsqueda, extracción y manejo de datos desde diferentes fuentes y optimizar la detección de patrones de comportamiento con el fin de ayudar en la toma de decisiones clínicas. Coordinada por Antonio Herrero, responsable de Big Data del hospital villalbino y los otros tres citados centros, la unidad desarrolla proyectos en tres líneas de trabajo: procesamiento del lenguaje natural (codificación automática en Urgencias, protocolización de e-consultas, optimización de agendas…), de deep learning (procesamiento de imágenes de mamografías, Oftalmología, Dermatología y radiografías de tórax, entre otras) y de machine learning (predicción de fracaso renal agudo, de Urgencias, Hospitalización, etc).

Razones y momentos para mejorar las trayectorias en salud

En este contexto, el avance en esta dirección que supone «C-Salud» responde a una triple razón: la clara y urgente necesidad de nuevos modelos de atención más proactivos motivados por el envejecimiento de la población, que implica más enfermedades crónicas; la creciente evidencia del impacto del Big Data y la Inteligencia Artificial en la mejora de la salud individual y de los sistemas sanitarios; y la capacidad de esta red asistencial, producto de su madurez digital y el histórico de información clínica en la HCE. A estas motivaciones se suma, además, la razón ética; ya que, si es necesario mejorar la salud de las personas, hay evidencias de que la aplicación de la información puede ayudar a conseguirlo y tenemos la capacidad de hacerlo, no es ético no dar un paso adelante y llevarlo a cabo.

Así, las iniciativas para mejorar las trayectorias en salud ya en desarrollo en el hospital villalbino y los otros tres citados centros abarcan los tres momentos de la asistencia sanitaria: el antes, que arranca con «C-Salud», el durante y el después de la atención sanitaria. Y es que a las mejoras aplicadas durante el proceso asistencial (la información de actividad en tiempo real, los cuadros de mando, las métricas e indicadores clínicos básicos necesarios para la mejora continua y el Benchmarking, entre otros instrumentos; las mejoras en el registro de la información clínica electrónica; la reducción de la variabilidad y estandarización de la práctica clínica habitual mediante herramientas de apoyo, vías clínicas, automatismos o sistemas de alerta; o la puesta en marcha de nuevos modelos asistenciales no presenciales a través del Portal del Paciente), que permiten estandarizar la práctica médica, pasando de una Medicina de actos a una de procesos, y de un tipo de actividad evaluada mediante métricas de volumen a una evaluación basada en métricas de valor real para los pacientes; se han sumado propuestas post-asistenciales, como el programa de Evaluación de Resultados en Salud con PROMs y PREMs y, lo que es aún más novedoso, previas a la asistencia sanitaria, como el proyecto «C-Salud».

De esta forma, uno de los valores más diferenciales del proyecto es que da un nuevo paso y amplía el foco de esta mejora de las trayectorias en salud al «adelantarse» a la asistencia sanitaria. «Tenemos muchísima información de cerca de un millón de pacientes en la que basarnos para mejorar la práctica clínica, lo que resume el objetivo del proyecto: anticiparnos y crear salud utilizando esa información, pasando de un concepto más reactivo a uno mucho más proactivo, tanto en la prevención como en la detección precoz y en la personalización de los tratamientos, cambiando el foco de la asistencia aguda a la salud poblacional, la prevención y la predicción», señalan Arcos y Herrero, e insisten: «Se trata de ir por delante de la enfermedad, y teniendo en cuenta el reto al que se enfrenta nuestro sistema sanitario relacionado con la longevidad y la cronicidad, cuanto antes mejor».

Ocho líneas asistenciales lideradas por 30 profesionales clínicos, y creciendo…

Para ello, el programa se lanzó contemplando ocho líneas asistenciales básicas dirigidas por cerca de 30 profesionales clínicos que «lideran» la mejora de los procesos: Área cardiovascular y nefrología; Neurología y salud mental; Enfermedades crónicas respiratorias; Patología asociada a la edad; Oncología y Hematología; Salud Pública y enfermedades infecciosas; Patología osteoarticular; y Complicaciones quirúrgicas y cuidados críticos. A estas se han sumado nuevas propuestas que serán evaluadas por la UICO y la Unidad de Big Data y priorizadas en función de diferentes criterios como su impacto clínico, la prevalencia o el tiempo real de ejecución para que llegue a la práctica clínica.

Se trata, por tanto, de un proyecto estratégico con un marcado liderazgo clínico dirigido a mejorar los procesos asistenciales para optimizar la eficiencia e impactar en dos objetivos clave, la prevención y la curación de las enfermedades, a fin de mejorar la salud y calidad de vida de la población

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