Carta del ex edil de Unidas por Collado Villalba, Tomás Albérich.- «Balance de tres años de política local y breve explicación de una despedida»

Como cualquier renuncia voluntaria, siempre resulta sorprendente que un concejal o un “político” renuncie a un cargo, así, sin aparentes razones de peso. Sin crisis interna de su partido, sin broncas, sin que le soliciten su dimisión ni nada… Aunque quedaron medianamente comentadas las razones de mi dimisión en las entrevistas de algunos periodistas de medios locales, a los que aprovecho para agradecer su pulcritud en el trato. Esto no ha evitado que, por suceso raro o por querer malmeter, haya quien diga que algo debe de haber, algo oculto… También porque yo aludía a “motivaciones personales y políticas” en mi comunicación de renuncia al acta de concejal.

Es por lo que querría explicar un poco más y con la tranquilidad que da la distancia -han pasado ya unos días, algunas de las razones que me llevaron a esa renuncia y aprovechar para realizar un breve balance de estos últimos años de vida municipal.

Como la mayoría sabéis, he ejercido bastante tiempo de concejal. El haber estado en la oposición pero también en el gobierno, en puestos de mayor responsabilidad, da una perspectiva global de lo que se hace y de lo que se puede hacer en un Ayuntamiento, ya que fui primer teniente de alcalde, concejal de Desarrollo Local y de Servicios Sociales de 1999 a 2003, en un gobierno PSOE-IU. Pero me voy a limitar aquí a comentar solo los tres últimos años para no alargar en exceso esta carta. Tiempo habrá para más largas reflexiones. Cuando apenas falta un año y un mes para las próximas elecciones municipales, es buen momento para hacer balance. En pocas semanas la maquinaria de los partidos se pondrá de nuevo en marcha para preparar los comicios.

Cuando me preguntaron por las motivaciones de la renuncia, he aludido a un cierto cansancio, pero no se debe interpretar solo como falta de resistencia personal o como un exceso de desapego al cargo. Las razones son políticas como explicaré a continuación y éstas influyen en las decisiones personales. Además considero que siempre es buena la renovación y la confianza en que otros compañeros de la candidatura seguro lo van a hacer mejor. También algo de descanso (creo que merecido) y un traspaso de ese pequeño poder a savia nueva.

Sí ha habido una cierta fatiga derivada del bloqueo político. La que provoca el que cualquier iniciativa o propuesta de la oposición sea rechazada por el gobierno local. Hemos visto como, Pleno tras Pleno de la Corporación, el equipo de Gobierno (EdG) votaba en contra de las propuestas de la oposición, prácticamente fuera lo que fuera. Y, más aún, cuando las propuestas son aprobadas –bien sea porque el EdG queda en minoría o porque en algunas se han abstenido: da igual, las mociones aprobadas en el Pleno no se cumplen y no pasa nada.

Algunos concejales gobernantes han tratado con total desprecio cualquier propuesta, incluso tratando de ridiculizar a los/las concejales proponentes, con todo tipo de descalificaciones, ironías, mentiras, metáforas inapropiadas y saltos en el vacío. Da igual que estemos hablando de cosas tan concretas y locales como mejorar la accesibilidad y movilidad del Polígono P29, de mejorar los pasos cebra, de que haya viviendas sociales o exista un recurso para las personas sin techo… o de temas generales como el feminismo, el cambio climático, las declaraciones de Garzón sobre las macrogranjas, la pandemia o la guerra de Ucrania. La intolerancia y la crispación han sido la norma.

Subrayo que ha sido el comportamiento de algunos, no de todos los gobernantes, aunque el resto ha votado o aplaudido lo mismo. En estas múltiples situaciones es sobresaliente que quien debe ejercer la presidencia, dentro y fuera de los Plenos, no ha sido tal. Hay que recordar que en los ayuntamientos, a diferencia de los plenos de parlamentos y otras instituciones no hay un “presidente de gobierno” y un “presidente” de la cámara. Es la misma persona, la alcaldesa, la que ejerce la presidencia del Pleno y la presidencia del gobierno local. Por lo que es necesario que esa persona sea árbitro y busque el acuerdo, sea ecuánime, no sea juez y parte.

En su toma de posesión como Alcaldesa, Mariola Vargas prometió ser “la alcaldesa de todos”, independientemente de la ideología de cada vecino y de lo que hubieran votado, sería la Alcaldesa de toda la población. Promesa bastante común en la toma de posesión de alcaldes y presidentes. En este caso ha sido tan cierto como, por ejemplo, que seguro, seguro, Casado iba a ser el próximo Presidente de Gobierno. Seguro.

La promesa de la Alcaldesa no se cumplió ni en el primer mes de mandato, cuando su equipo apoyó entusiásticamente la propuesta del Grupo Más Villalba-Corazón Villalbino para que solo ellos y Vox tuvieran en exclusiva personal administrativo a su servicio, y al PSOE y nuestro Grupo (Unidas por CV) nada ni nadie. Tuvimos que recurrir en los tribunales semejante despropósito, como otros desaguisados de los gobernantes locales.

El PP-Cs, apoyado por estos grupos –Corazón y/o Vox- según en qué cosas, al final siempre consiguen hacer lo que les da la gana en este municipio. Los Tribunales de Justicia nos dieron la razón en repetidas sentencias: el EdG y la Alcaldesa han incumplido la Constitución española y la legislación vigente repetidamente, especialmente en los artículos que consagran la igualdad de trato y el derecho a la participación que tenemos todos los españoles. Sentencias sobre el derecho a que todos los grupos municipales tengan proporcionalidad y equidad en sus recursos. También en el tema de la ubicación del Mercadillo, que la Alcaldesa se negaba a tratar en un Pleno específico solicitado por la oposición. Todos estos procedimientos judiciales han tenido un coste: el EdG ha presentado recursos en diferentes instancias, pagando a abogados y procuradores con el dinero de nuestros impuestos. Y los grupos de izquierda recurrentes hemos tenido que dedicar prácticamente todo el presupuesto del que disponemos a pagar nuestros abogados y procuradores. Todo para que los jueces nos den la razón en lo evidente y, como son recursos administrativos, los responsables de estos desaguisados no tengan ninguna condena. Y el consiguiente perjuicio que nos ha supuesto a la oposición al no poder dedicar ni un euro a la comunicación con nuestra ciudadanía, ni a editar bonitas revistas publicitarias y buzonearlas por todo Villalba, como sí han podido realizar otros, como los privilegiados del corazón.

Todavía quedan pendientes otras denuncias a resolver judicialmente, como el presunto doble pago que hacemos al Canal de Isabel II por el mantenimiento del alcantarillado, o la negativa a informar sobre la oficina antiocupación, verdadero espacio ocupado –eliminando un equipamiento cultural.

El enconamiento gobernante y el negarse al debate han sido sorprendentes en algunos temas. Por ejemplo en el de la ubicación del Mercadillo, trasladado y marginado en el Polígono Industrial P29, quitándolo de su ubicación tradicional central en la plaza de los Belgas. No han dado ni un solo argumento para justificar que un traslado provisional por unas obras se convierta en definitivo (obras innecesarias y sobredimensionadas, de 1,5 millones € para arreglar una plaza). Ni ha habido reuniones para debatirlo con empresarios, sindicatos y asociaciones, ni se han realizado los informes que marca la ley… solo se consiguió, obligados por sentencia judicial, que se convocara un Pleno para votar la propuesta de la oposición, y se aprovechó la falta de un concejal por enfermedad ¿casualidad?, para aprobar por la mínima lo dictado por la Alcaldesa.

Tal vez la explicación de estos comportamientos esté en aquella máxima que indica que no hay más prepotente que el ignorante, se trata de tapar la falta de argumentos con la prepotencia del ordeno y mando. Los ejemplos serían muchos más. Por citar solo algunas actuaciones penosas recordemos:

  • Durante el confinamiento la oposición trató de llegar a consensos. Marzo y abril de 2020: ante alguna queja vecinal que preguntaba –con intención- que qué se hacía en el Ayto… qué si los concejales seguían cobrando… propusimos desde Unidas y después con otros grupos, el que se realizara una declaración institucional, firmada por todos los grupos municipales, explicando que el Ayuntamiento seguía funcionando, que seguíamos trabajando todos (la Corporación y el personal municipal), que estábamos a disposición de la población y también se aprovechara para felicitar el buen comportamiento cívico de la inmensa mayoría de nuestros vecinos… Pues todavía estamos esperando la contestación del gobierno local a esta propuesta.
  • La robotización de la democracia se ha acrecentado durante la pandemia. Ejemplos. Durante más de dos años el gobierno local se ha negado a que los vecinos pudieran asistir a los Plenos, por precaución sanitaria. Se les ha negado incluso el poder realizar preguntas: solo desde hace dos meses las pueden formular por correo electrónico. Las Comisiones Informativas son el órgano donde se tratan los temas que van a ir después al Pleno. Su objetivo institucional es debatir como grupo de trabajo, cambiar lo que sea necesario de las propuestas, para pulir y llegar a consensos antes de la sesión plenaria. Pues hay gobernantes que han adquirido la táctica de no decir nada en estas reuniones para luego en el Pleno llamarnos de todo, decir que no tenemos ni idea de lo que es Villalba, ni sabemos de leyes, ni de nada (ellos sí, no sé si leen las sentencias judiciales). Se pervierte el funcionamiento institucional y la propia democracia local. Por cierto ¿alguien ha dimitido después de los varapalos judiciales que han recibido?
  • Numerosas mociones APROBADAS Y NO EJECUTADAS: contra la proliferación de Casas de Apuestas –no han cumplido el deber de informar cada seis meses; la protección patrimonial de edificios en Cantos Altos; la construcción de una pasarela peatonal y ciclista sobre el rio Guadarrama junto al puente del Herreño; la solicitud de convocatoria de los consejos de participación sectoriales; la construcción de nuevos carriles bici, etc. Incluso rechazaron que haya un recurso para transeúntes, mediante la firma de un convenio de colaboración con Cáritas, para que sea permanente su labor en el albergue actual. La contestación de la alcaldesa fue: eso no se puede hacer y además “Cáritas soy yo”.
  • Mentiras sobre otras mociones, como la de los lunes sin carne, la rehabilitación de las antiguas casas de los maestros para su uso social, etc.
  • La situación caótica en Protección Civil.
  • La “inauguración” pública con invitación a la prensa de actos tan importantes como la instalación de una señal de tráfico o de unas pegatinas en los contenedores… Mientras lo importante, como las obras del polideportivo Quique Blas, se eternizan.
  • Plenos mensuales que duran siete horas pero que casi nunca da tiempo a llegar al turno de preguntas al gobierno, por un Reglamento Orgánico que no se ha querido modificar…

La lista sería interminable. Termino. Esto es una carta de despedida, un punto y aparte, pero no un punto final. Sin agradecimientos, serían demasiados a citar. Seguiremos (yo y mis compas) en Villalba, en otros temas, sociales y culturales. No todo se realiza en la institución, por muy importante que esta sea. Nos veremos en las calles y en muchos otros sitios. Y a algunos, seguramente, les veremos en algún juzgado.

Collado Villalba, 6 de abril de 2022

Tomás Alberich (exconcejal de IU, del Grupo Unidas por Collado Villalba)

Send this to a friend