Alfonso Valencia, el científico villalbino que busca fármacos contra el coronavirus mediante la supercomputación

El científico villalbino Alfonso Valencia, responsable durante años del programa de Biología Estructural y Biocomputación en el Centro Nacional de Investigaciones Biológicas (CNIO), dirige actualmente el departamento de Ciencias de la Vida, en el Barcelona Supercomputing Centre. Un grupo que, a través del superordenador Mare Nostrum -el más potente de España-, lleva semanas ensayando la eficacia potencial de distintos compuestos contra el coronavirus.

«Ensayaremos millones de compuestos, incorporando a los modelos los resultados experimentales que se van produciendo constantemente”, señalaba en una entrevista publicada en eldiario.es, mientras que en El Periódico apuntaba que, «como grupo computacional, no vamos a curar ninguna enfermedad. Pero podemos aportar valiosa información a los investigadores experimentales para que vayan directos a las opciones terapéuticas que tengan más opciones de prosperar».

Alfonso Valencia, director del departamento de Ciencias de la Vida del Barcelona Supercomputing Centre (BSC)

Se trata del proyecto Exscalate4CoV (E4C), financiado con urgencia por la Comisión Europea para “generar modelos utilizando la información genómica y las estructuras de proteínas del SARS-CoV-2”. “Estos modelos ayudarán a diseñar tanto fármacos como anticuerpos específicos y potencialmente, vacunas”, explicaba. 

Predecir y prevenir futuros brotes

Dentro de esta entrevista, incidía en la importancia de analizar las secuencias genéticas de este nuevo coronavirus y de conocer cómo se ha adaptado a los humanos. “Entender qué hace que este virus pueda proliferar en huéspedes humanos es importante por al menos cuatro razones: comprender el origen de la epidemia; predecir y prevenir brotes futuros; seleccionar los mejores modelos animales; y analizar las secuencias y las estructuras de proteínas para el diseño racional de los medicamentos”, indicaba. “Entender el funcionamiento de las proteínas de este virus en concreto puede ayudarnos a entender cómo inhibirlas. Si sabemos cómo es la diana a la que tenemos que apuntar, será más fácil desarrollar anticuerpos, fármacos o vacunas que puedan ser realmente efectivos”, manifestaba en otra entrevista en El Periódico.

En cualquier caso, y ante la posibilidad de que pueda haber resultados en el corto plazo, matizaba que hay partes del proceso que se pueden “acelerar”, pero otras “tienen inevitablemente sus tiempos”. “Nuestros modelos computacionales son parte de un proceso que incluye la validación experimental. Y aspectos como el crecimiento de un cultivo celular o la respuesta de un animal a un ensayo tienen un tiempo biológico que no se puede cambiar. Además, los resultados deben ser sólidos y requieren demostración y validación. Trabajamos lo más rápido que podemos, pero para ciertos pasos no hay atajos”, manifestaba el director del Instituto Nacional de Bioinformática.

«No podemos pedir milagros a la ciencia»

“Hay diferentes proyectos en curso y esperemos que empiecen a dar buenos resultados. Pero no es fácil. No podemos pedir milagros a la ciencia […] Si hubiéramos invertido más en conocer las epidemias anteriores, la estructura de los virus, las proteínas, los receptores y los demás mecanismos moleculares, ahora estaríamos en mejores condiciones para enfrentarnos a esta crisis sanitaria. La ciencia es un salvavidas. Solo nos damos cuenta que no la hemos cuidado suficiente en momentos como ahora, cuando estamos en una situación límite y le pedimos una solución rápida”, concluía en la entrevista publicada en El Periódico.

Imagen del superordenador MareNostrum / Barcelona Supercomputing Centre – Centro Nacional de Supercomputación
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