El Hospital General de Villalba llegó al 150% de su capacidad habitual en los momentos más complicados de la crisis sanitaria
El Hospital Universitario General de Villalba ya está preparado para la desescalada y reanuda progresivamente su actividad, después de haber llegado casi a un 150 por ciento de su capacidad en los momentos más complicados de la crisis sanitaria por el coronavirus. El subdirector médico de hospital, el doctor Javier Arcos, considera que es turno ahora para la «necesaria desescalada, ya que no debe demorarse más la atención a todos los pacientes no covid que la necesiten”.
El hospital lleva varias semanas preparando nuevas medidas, protocolos y procedimientos para un proceso de retorno que plantea un nuevo reto: la obligada convivencia en el sistema sanitario de pacientes con y sin coronavirus, y la situación de alerta permanente ante un posible nuevo brote. Este proceso de preparación que ha llevado a cabo el hospital para la desescalada ha incluido la desinfección, recuperación y seguridad de los espacios, la progresiva reanudación de la actividad asistencial, la intensificación de las estrategias de telemedicina y la realización de test a todos los empleados del hospital.
Nuevas medidas
Entre las nuevas medidas de seguridad figuran la instalación de cámaras de medición térmica, la ampliación de salas de espera con petición de respeto de uso de un asiento de cada dos, que los pacientes acudan al hospital sin acompañante en la medida de lo posible, que todos lleven mascarilla quirúrgica y que se ajuste en lo posible la llegada al hospital al horario de cita para minimizar el tiempo y tránsito.
“Hemos sido capaces de atender a todos los que han acudido al hospital y hemos podido asumir a los pacientes de nuestra población y asistir a 70 pacientes de otros centros médicos con hospitalización convencional y a nueve pacientes en la UCI de los hospitales de la Comunidad de Madrid”, destaca Arcos. Personal del hospital ha trabajado en residencias fuera de su área, y el 50% del personal del hotel medicalizado de Príncipe Pío ha sido dirigido desde este centro médico.
“El hospital tiene una distribución arquitectónica que nos ha permitido flexibilizar las zonas de hospitalización, las UCI y las Urgencias sin tener que habilitar ninguna zona para tratar a pacientes de la Covid-19, por lo que no hemos tenido que utilizar otras zonas ni otros circuitos, de modo que esta planificación ha hecho más fácil volver a la normalidad”, ha indicado.
El centro tiene normalmente 178 camas de hospitalización y la planificación que se realizó desde el centro alcanzaba la capacidad de llegar hasta 333, aunque no hizo falta que se utilizaran todas, con un máximo de 255. «El éxito ha sido no improvisar ningún área y poder duplicar los boxes de urgencias, por lo que el ingreso ha sido rápido, y nunca hemos tenido atasco”, ha destacado Arcos.
«Además, al no haber tenido que usar los circuitos de oncología y de otros servicios, han podido atender a pacientes oncológicos de otros hospitales más antiguos que no podían, lo que supone un factor más para que la vuelta a la normalidad sea más sencilla», ha añadido.
