Demolido el club Alpino Guadarrama en el puerto de Navacerrada

El club Alpino Guadarrama, construido en 1966 en la ladera de Guarramillas del puerto Navacerrada y abandonado a su suerte desde hace casi 20 años, ya es historia tras haber concluido este mes su demolición y no quedar piedra sobre piedra.

Los trabajos se iniciaron a principios de julio con un plazo de ejecución de tres meses, pero han sido acometidos en apenas 30 días por la empresa Tragsa, contratada por la Comunidad de Madrid, que ha invertido 369.604 euros.

La demolición del inmueble, que como el resto de edificios del puerto de Navacerrada está en un monte de utilidad pública, ha sido posible tras caducar la concesión administrativa, por lo que ha quedado a disposición de la Comunidad de Madrid.

 

 

El Gobierno regional anunció en 2009 un plan para el «restablecimiento del antiguo esplendor» del puerto «dándole un carácter nuevo», con una inversión prevista de 10 millones hasta 2012 y que incluía el derribo del club Alpino, pero en el último momento la entonces presidenta de la Comunidad de Madrid decidió cambiar de planes.

En mayo de 2010, durante una visita al puerto de Navacerrada y con las excavadoras a pie de obra, Aguirre preguntó, ante la perplejidad de su propia comitiva y de todos los presentes, por qué se quería demoler.

Al final, el edificio no se tocó y más tarde se adjudicó a la empresa Inergia S.L., que pretendía construir un hotel de cuatro estrellas, pero el antiguo edificio ha permanecido en pie a duras penas durante estos años.

La portavoz de Ecologistas en Acción, Ángeles Nieto, se ha mostrado satisfecha y «sorprendida» por el derribo del edificio con un gobierno del PP en funciones; y considera que se deberían demoler otros que también están abandonados en el puerto, cuyos terrenos forman parte de los municipios de Cercedilla y Navacerrada, que también reclamaron el derribo del club Alpino.

Los ecologistas sostienen que la gestión del puerto de Navacerrada no puede hacerse con acciones «descoordinadas y sin un objetivo de conjunto», que además solo favorecen a la estación de esquí cuando cada vez nieva menos y las temperaturas son más altas.

 

 

«Esperemos que se restaure el terreno y que no sea el primero, sino que sigan adelante demoliciones de otros edificios totalmente obsoletos, abandonados, ruinosos, que dan al puerto un aspecto realmente lamentable», añade Nieto.

«Desde el Gobierno regional hemos considerado conveniente proceder a su demolición tanto por motivos de seguridad, ya que el edificio se encuentra en estado ruinoso y su rehabilitación es inviable, como por el impacto paisajístico que tiene sobre la ladera del alto de Guarramillas», señaló el 4 de julio el consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio en funciones, Carlos Izquierdo.

La demolición se ha desarrollado sobre una superficie de 1.885 metros cuadrados y se han retirado más de 6.000 metros cúbicos de materiales que se pretenden reutilizar en la medida de lo posible.

La demolición dará paso ahora a la recuperación ambiental del terreno para que pueda volver a su estado originario, mediante plantaciones de especies autóctonas.

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