Desmantelan un grupo que timó a personas mayores en varias localidades, entre ellas Collado Villalba y Galapagar

Agentes de la Guardia Civil con destino en el Área de Investigación de Pinto, han logrado la detención de diez personas y la investigación de dos más, por su presunta implicación en 28 delitos de estafa a personas de avanzada edad en varios municipios de Toledo, Ciudad Real, Ávila, Málaga, Barcelona y Madrid.

Hasta la fecha se han esclarecido un total de 28 estafas relacionadas con el grupo desmantelado, ocurridas en Barcelona y Villafranca del Penedés (Barcelona), Marbella (Málaga), Burgohondo (Ávila), Manzanares (Ciudad Real), Ocaña, Sonseca y Yepes (Toledo), Pinto, Villaviciosa de Odón, Arganda del Rey, Perales del Río, Mejorada del Campo, Rivas Vaciamadrid, Galapagar, Madrid, Ciempozuelos, Boadilla del Monte, Navalcarnero y Collado Villalba en Madrid, imputándoles además un delito de blanqueo de capitales y otro de pertenencia a grupo criminal.

La investigación tuvo su origen, tras detectar un incremento en el número de denuncias en la zona sur de la Comunidad de Madrid, con la existencia de un nexo común, las víctimas eran siempre personas de edad avanzada, los autores eran dos o tres personas y si no lograban su objetivo con el timo, no dudaban en utilizar la violencia.

Tras analizar las denuncias existentes en el puesto de la Guardia Civil de Pinto, se realizó un estudio pormenorizado, localizando varios hechos en la Comunidad de Madrid, con la misma metodología, centrando la investigación en un clan familiar, liderado por la matriarca del mismo, que cuenta con numerosos antecedentes por hechos similares.

Los ya detenidos, tienen fijada su residencia entre las localidades de Móstoles y Casarrubios del Monte, suman más de 300 antecedentes y tienen una estructura delincuencial muy marcada.

 

Una mujer al frente

La líder del clan, una mujer de 55 años es la encargada de gestionar el dinero estafado, realizando inversiones inmobiliarias, compra de vehículos, así como, del reparto de los beneficios entre sus hijos y las parejas de los mismos.

El entramado solía actuar en grupos de tres personas, elegían zonas utilizadas generalmente por las personas mayores para realizar sus paseos matutinos, seleccionado como víctimas a hombres o mujeres que estuvieran solos para perpetrar el timo.

 

La técnica del «tocomocho» o la «estampita»

Una de las técnicas que utilizaban para engañar a los ancianos era la conocida la técnica del «tocomocho». Para llevarla a efecto se desplazaban tres o cuatro personas hasta las inmediaciones de zonas de paseo habitual de los ancianos y una de ellas abordaba a una víctima ofreciéndole la compra de un billete de lotería supuestamente premiado, a continuación se acercaba una segunda persona ejerciendo funciones de gancho y se interesaba por la compra del mismo.

Tras unos minutos de conversación llegaban al acuerdo de la adquisición a medias del décimo y se desplazaban con la víctima en su vehículo hasta su vivienda o hasta algún cajero para conseguir el dinero. Una vez que lo tenían en su poder y para deshacerse de la víctima le pedían que bajase del coche a comprar algún producto alimenticio, abandonando los autores el lugar a toda prisa.

En otros casos utilizaron el timo de la «estampita», seleccionando a personas de avanzada edad que estuvieran en calles poco transitadas y solitarias y uno de los encartados, simulando una deficiencia mental, le ofrecía a la víctima una mochila con billetes. A continuación hacía acto de presencia una segunda persona que ejercía funciones de gancho y le ofertaba a la víctima cambiarle la mochila a medias. A los pocos minutos, volvía a aparecer esta segunda persona con un sobre con el dinero referente a su parte instando al anciano a que fueran los tres hasta una entidad bancaria a sacar el dinero o a su vivienda si lo tenía en metálico. Cuando la víctima les había entregado el dinero, la persona que hacía de deficiente reclamaba chocolates para que el mayor se bajara del vehículo, abandonando inmediatamente los encartados el lugar.

Por último, este grupo, también utilizaba el timo del “parentesco”. Los ahora detenidos simulaban ser familiares lejanos de las víctimas. Tras conseguir establecer la duda, les comentan que en la actualidad regentan una joyería y que buscan joyas antiguas para realizar reproducciones. Una vez que se ganan la confianza de los ancianos y estos acceden a prestarles sus joyas para que las fotografíen, se marchan del lugar con su botín.

 

12 miembros

El grupo organizado lo formaban 12 personas con vínculos familiares, siete hombres y cinco mujeres de origen español y con edades comprendidas entre los 21 y los 57 años de edad, que tenían fijada su residencia en Móstoles, Navalcarnero, Quijorna y Casarrubios del Monte.

Del estudio realizado por los investigadores, se estima que el grupo podría haber obtenido unos beneficios superiores a los 140.000 euros. Entre los efectos intervenidos, figura un guión para perpetrar el timo del “tocomocho” de forma exitosa.

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