«Por imperativo legal».- Artículo de opinión de Félix Alonso

En la constitución del Ayuntamiento de San Lorenzo (me limito a escribir sobre mi pueblo), el concejal electo de Podemos-Equo utilizó la fórmula del “imperativo Legal”, que desde que se empleó por Batasuna, y luego refrendada por el Tribunal Constitucional para prometer un cargo, ha pasado de ser algo simbólico a una moda con la que distinguirse. Mi amigo de Facebook, el socialista Perelló, nos decía el otro día que “por imperativo legal” he parado en un semáforo, he pagado el billete del tren, he pagado al taxista, he renovado mi pasaporte, he hecho la declaración de la Renta, circulo con mi coche por la derecha, etc. Mi vida es un imperativo legal, desde el día en que mis padres, por ese mismo motivo, registraron mi nombre y nacimiento en el Registro Civil. Y nunca se me ocurrió cada vez que hago una de esas cosas recordar en voz alta que el motivo es el imperativo legal, derivado del Imperio de la Ley que rige los Estados Democráticos. Se lamentaba del desazón que provoca en quienes no hayan descubierto hasta este momento cómo afecta el imperativo legal a sus vidas. Se ha llegado al esperpento de prometer en un pueblo de Cataluña “por el año 1714 y la llegada de los Fueros”. A mi juicio, con la fórmula habitual, estar a favor de una sociedad mejor, más justa y más igualitaria no es incompatible.

Luego está el “imperativo ciudadanos”. Necesitamos saber algunas cosas más, además de lo publicado en un comunicado de Vecinos. Sería muy interesante conocer en qué momento se rompió el pacto que tenían prácticamente cerrado, si intervino la dirección de Ciudadanos, y si la insistencia del PSOE de entrar en el gobierno tuvo algún efecto determinante. La alcaldesa saliente tuvo ocasión de hacer un discurso de despedida y no lo hizo, por lo que esperaremos una rueda de prensa con preguntas en los próximos días. Vecinos nos debe una explicación. También espero con ansiedad conocer al nuevo concejal de Cultura; le pediremos de inmediato una reunión para poner en marcha nuestro proyecto “Viaje de Invierno”.

Otro imperativo, en este caso violento, ha sido el cambio de cerradura de la Sala Juan Negrín, para impedir la programación de las actividades del Colectivo-Rousseau, imperativo que tiene consecuencias más allá de las decisiones privadas que pueda tomar una organización política.

En el libro “Desprivatizar los Partidos”, de los socialistas José Antonio Gómez Yáñez y Joan Navarro, muy fácil de encontrar en la web, se dice: “Los partidos políticos son considerados por la mayoría de la ciudadanía como organizaciones de cargos públicos y aspirantes a cargos públicos, sin que sean percibidos como cauces para la participación efectiva en la vida pública”.

Nosotros, me refiero al Colectivo, pretendíamos dar cauce a la participación a través de uno de los más importantes activos culturales, ni más ni menos que el cine denominado de autor. ¿No tenemos la recuperación del Cine Variedades como propuesta de los partidos? ¿Quién mejor que los aficionados al cine para hacer sugerencias? De hecho, ya se hicieron. Las películas que fuimos poniendo fomentaron el pensamiento crítico, y eso no nos lo van a quitar. Lo haremos en otros espacios, sin perder la esperanza de volver. Decía Peter Brook, ese monstruo del teatro, que “cuando los tiempos son negativos, solo hay una corriente que va secretamente contra la marea: lo positivo”. Pues eso.

Félix Alonso

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