Carlos Verona: “La posibilidad de que vaya al Tour de Francia es alta, pero hay que esperar hasta después de Murcia”

“La idea es hacer el Campeonato de España y esperar a ver qué pasa con el Tour. Todavía no está claro al 100%, pero hay bastantes papeletas. Estamos nueve corredores para ocho plazas, con lo que la posibilidad es alta, pero hay que esperar. Hasta después de los Campeonatos de España no harán la selección”. Las palabras de Carlos Verona en vísperas de su reaparición, y a menos de dos semanas de que el Tour de Francia arranque en Bruselas el 6 de julio, dejan ver que el esperado debut del sanlorentino en la Grande Boucle puede estar más cerca que nunca en su novena temporada como profesional, la primera vistiendo con el azul del Movistar.

Cuando Verona fichó el año pasado por la escuadra de Eusebio Unzúe, el equipo-Tour por excelencia en España, casi todos los analistas coincidieron en que el momento llegaría, dada la tradición francesa de la escuadra navarra y las propias condiciones del corredor serrano, ideales para el gran fondo. Camino de cumplir 27 años, Carlos Verona presenta una experiencia acreditada en cinco grandes vueltas, con tres participaciones en la Vuelta Ciclista a España (2014, 2015 y 2017) y dos en el Giro de Italia (2016 y 2017), en las que ha trabajado al lado de líderes de renombre como los hermanos Simon y Adam Yates, el luxemburgués Bob Jungels, el francés Julien Alaphillipe, o los colombianos Rigoberto Urán y Esteban Chaves. Ahora puede que le toque continuar con otro escarabajo, Nairo Quintana, al que ya escoltó en el reciente Critérium Dauphiné, tradicional puesta a punto de los favoritos al Tour. Allí se vio a un Carlos Verona muy activo en la pelea por las escapadas y, sobre todo, a la hora de marcar ritmos exigentes en los puertos. Un ejemplo fue el día del ataque lejano de Quintana en la subida Pipay, cuando el sanlorentino fue el penúltimo relevo del Movistar dentro del tren lanzador del colombiano, tomando el testigo de Rubén Fernández y cediéndoselo al argentino Eduardo Sepúlveda. 

Nairo Quintana compartirá en principio la jefatura de filas en el Tour de Francia con Mikel Landa, dentro de un Movistar en el que también entrará Alejandro Valverde, y que mantendrá hasta la semana que viene la incógnita de Richard Carapaz, el campeón del Giro de Italia. Muchos jefes que cierran aún más el abanico de posibilidades para completar el equipo de ocho corredores que tome la salida en Bruselas, más aún viendo el nivel de una segunda unidad en la que sobresalen nombres como el de Marc Soler, o el de coequipiers todoterreno ya históricos en la escuadra telefónica, como José Joaquín Rojas o Imanol Erviti, casi imprescindibles por su experiencia. A favor de Carlos Verona no sólo jugará su buena hoja de servicios en lo que va de temporada, sino también un detalle que no es baladí: no corre una grande desde la Vuelta a España de 2017, tras pasarse el año pasado en blanco, y ser desviado esta temporada del Giro de Italia hacia una programación claramente orientada al Tour. Verona está fresco y motivado: “Hay muchas papeletas, pero hay que esperar”, insiste. Lo hace con la cautela propia de quien se ha visto fuera de las cuatro últimas grandes vueltas celebradas.

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