El último Consejo de Ministros antes de las elecciones aprueba destinar 1,35 millones de euros a la reparación urgente de las cubiertas del Monasterio

El Consejo de Ministros celebrado este viernes, último de la legislatura antes de las elecciones generales del domingo, ha incluido en el orden del día la aprobación de un acuerdo para la declaración de emergencia de las actuaciones necesarias en las cubiertas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Las obras supondrán una inversión de 1,35 millones de euros.

Este proyecto ya había recibido el visto bueno de Patrimonio Nacional, aunque se había quedado en punto muerto al no haberse aprobado los Presupuestos Generales del Estado para este año. Ahora, mediante esta declaración de emergencia, se podrá seguir adelante con esta actuación.

Fuentes sindicales han explicado a este medio que los problemas en las cubiertas se centran principalmente en la zona de la Basílica, con numerosas humedades e incluso goteras, por lo que llevaban tiempo reclamando la ejecución de estos trabajos, alertando de los problemas que suponían tanto para las visitas turísticas como para el desarrollo de los oficios religiosos. En este sentido, denunciaban la falta de inversión para mantenimiento.

Cabe recordar que en octubre del pasado año un «Cristo Crucificado» de Tiziano situado en la sacristía se cayó al suelo, sufriendo un desgarro horizontal, algo que Patrimonio Nacional atribuyó a la degradación del revestimiento del yeso del muro al que estaba anclada la pintura, mientras que otras voces apuntaban precisamente a la existencia de humedades en este y otros espacios del Monasterio.

Estos trabajos se sumarán a los realizados en los últimos meses en los patios del Real Colegio Alfonso XII del propio Monasterio. La empresa adjudicataria en este caso fue Geocisa. En estas labores se emplearon pizarras procedentes de la villa segoviana de Bernardos, que fue también la utilizada originalmente en este monumento Patrimonio de la Humanidad, ya que su explotación se inició en el siglo XVI por orden de Felipe II. Una obra compleja no sólo por la importancia de no causar daños en el edificio, sino por la necesidad de no que no interfiriese en el día al día del centro. En concreto, para la restauración de los 1.400 metros cuadrados de cubierta de los patios del Alfonso XII se utilizaron más de 43.000 tejas.

 

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