Cruz Roja inaugura su renovada sede en Galapagar, tras un año de obras para rehabilitar y ampliar el edificio

El presidente de la entidad en Madrid, Carlos Payá, sufrió un desmayo en el transcurso del acto, aunque afortunadamente se recuperó minutos después

Fotografías: Rafa Herrero

«Tras un largo y tortuoso camino», señaló el delegado de la asamblea de Cruz Roja en Galapagar, José Mínguez, la rehabilitación de la histórica sede de la entidad en este municipio ya es una realidad. Mínguez hizo referencia a la «complejidad» de las obras, que se han prolongado durante un año, respetando la fachada del edificio, que fue construido en 1929 por el Colegio de Médicos de Madrid. Años más tarde pasó a manos del médico titular en esta localidad serrana, hasta que Cruz Roja lo adquirió en 1983, convirtiéndose en sede de la asamblea local en 1984.

La inauguración de este renovado espacio llegó este martes con susto incluido, ya que el presidente de Cruz Roja Madrid, Carlos Payá, sufrió un desmayo en el momento en que intervenía la consejera de Políticas Sociales, Lola Moreno. Afortunadamente, minutos después se recuperó, tomando la palabra para señalar que se trataba de «un día muy especial». «Nací el mismo año en que se construyó este edificio, en 1929», recordó, añadiendo que durante años el inmueble le provocó «muchos dolores de cabeza» por unas filtraciones de agua con las que no había manera de acabar. Señaló también que a sus 90 años dejaba la presidencia de la organización en Madrid, «pero continuaré siendo voluntario cuando me necesiten», apostilló.

Antes, el presidente local hizo memoria para indicar que, con el tiempo, la sede se quedó pequeña tras la incorporación de los programas sociales, de formación y de Cruz Roja Juventud. Ahora, la ampliación de este espacio permitirá centralizar todas las prestaciones y actividades, señaló, además de agradecer la colaboración de los ayuntamientos de Colmenarejo, que ha cedido un espacio para el servicio de emergencias, y de Galapagar. El alcalde de esta localidad, Daniel Pérez Muñoz, se mostró «muy orgulloso» de la labor que realiza Cruz Roja, asegurando que se trata de «un proyecto maravilloso» y que la renovada sede ha quedado «magnífica». Las obras han permitido duplicar el espacio útil de atención, pasando de 166 a los 310 metros cuadrados, independizando el núcleo de comunicación vertical y consolidando la zona anexa como aulas polivalentes.

Por su parte, el presidente nacional de Cruz Roja, Javier Servent, destacó que en este edificio «no hay lujos, pero sí pragmatismo y compromiso social y con el medio ambiente». «Lo fundamental es que sea la casa de todos y todas, trabajando mano a mano con la administración y con el magnífico voluntariado que tenemos».

Finalmente, la consejera de Políticas Sociales y Familia de la Comunidad de Madrid, Lola Moreno, hizo referencia al incremento en un 15% de los convenios de colaboración en materia de Servicios Sociales y consideró «un privilegio» contar con el trabajo de una entidad centenaria como ésta, añadiendo que su permanencia a lo largo de los años «es buena muestra del compromiso de Cruz Roja con los madrileños, pero también de los madrileños con Cruz Roja a través del voluntariado».

Esta asamblea de Cruz Roja atiende a la población de Galapagar, Colmenarejo, Valdemorillo, Navagalamella, Torrelodones y Hoyo de Manzanares. En 2018, atendió a 4.648 personas desde sus distintos proyectos, entre los que se incluyen acciones de sensibilización con el entorno. Esta labor ha sido posible gracias a la colaboración de 263 voluntarios, destacaron desde la organización.

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