Centenares de personas acuden al Valle de los Caídos en el que podría ser el último 20-N con los restos de Franco en la Basílica

Decenas de vehículos formaban cola desde primera hora de la mañana en la M-600 para entrar al Valle de los Caídos, en el que, si se cumplen los planes del Gobierno de Pedro Sánchez, será el último 20-N con los restos del dictador Francisco Franco en la Basílica, al tiempo que pretende evitar que su cadáver se inhume en la cripta de la madrileña catedral de La Almudena, donde la familia dispone de dos tumbas libres, pagadas hace años por su hija. El acceso al Valle a través de la carretera M-600 se estaba produciendo sin incidentes, salvo la intervención puntual de la Guardia Civil ante la exhibición de banderas preconstitucionales.  

Entre quienes asistieron a la misa de 11 estaba el bisnieto de Franco, Luis Alfonso de Borbón, que horas antes había publicado un tuit en el que decía: «Estás más presente que nunca. Tus enemigos y unos traidores a la Patria no te olvidan, ni cesan de mencionarte». La Fundación Nacional Francisco Franco había organizado oficialmente una misa a las 13:00 horas en la iglesia de Santiago (Plaza de Ramales) y otra en la iglesia de San Francisco de Borja, en Madrid.

La ministra de Educación y portavoz del Gobierno, Isabel Celaá, anunció la pasada semana el inicio de la segunda y definitiva fase para la exhumación de Francisco Franco del Valle de los Caídos. Una vez finalizado el plazo de alegaciones que el Ejecutivo central abrió tras anunciar sus intenciones, el Gobierno aprobó continuar con el procedimiento administrativo que pilotará el Ministerio de Justicia ante el Ayuntamiento de San Lorenzo del Escorial y la Comunidad de Madrid, competente en materia de sanidad mortuoria.

Entre tanto, el Gobierno mantiene su intención de ilegalizar asociaciones y fundaciones que realicen apología del franquismo, como la que lleva el nombre del dictador Francisco Franco, pero lo fía a una reforma «integral» de la Ley de Memoria Histórica donde se incluyan las «modificaciones legales oportunas» para ello. Así lo ha reafirmado el Ejecutivo en la respuesta que ha enviado al portavoz adjunto de En Comú en el Congreso, Josep Vendrell, quien se interesó por esta cuestión el pasado mes de julio. Además, añade que en la misma se incorporará igualmente la modificación del artículo 510 del Código Penal para incluir la apología del franquismo como delito.

Y en otra respuesta parlamentaria, en este caso dirigida al diputado de Compromís Enric Bataller, el Gobierno recuerda que ya está siendo objeto de revisión en las Cortes «la actual redacción de los delitos de odio, para incluir especificidades de nuestra memoria colectiva durante la dictadura franquista, ponderando en todo caso la salvaguarda de libertades y protegiendo a colectivos contra los que se dirigen mensajes discriminatorios o que inciten a la violencia».

Por su parte, Unidos Podemos va a enmendar la reforma de la Ley de Memoria Histórica que se tramita el Congreso para intentar cerrar la puerta a que los restos de Francisco Franco acaben en cualquier espacio público, al igual que los del fundador de La Falange, José Antonio Primo de Rivera, que reposan también en el altar mayor de la Basílica del Valle de los Caídos y que el grupo confederal solicita que sean asimismo sacados de allí.

Unidos Podemos plantea también que se atiendan todas las reclamaciones y peticiones de exhumación de los familiares de las víctimas cuyos restos mortales se encuentran en la cripta de la Basílica. Una comisión científico técnica deberá estudiar el estado de los restos que hay y decidir qué forma se le da al futuro emplazamiento de los mismos respetando la aconfesionalidad del Estado.

Para el proceso de resignificación del Valle de los Caídos, Unidos Podemos propone la apertura de un concurso público internacional que cuente con la participación de víctimas y asociaciones. Insiste en que hay que eliminar “toda expresión y connotación franquista”, desmantelar o demoler la gran cruz que lo preside y prohibir los actos de homenaje a quienes promovieron el golpe de Estado del 18 de julio de 1936 y apoyaron el franquismo.