En 2017 se recogieron 232 toneladas de papel en Alpedrete, que se sitúa entre los primeros puestos en la Comunidad de Madrid

Quinto capítulo de la campaña del Ayuntamiento de Alpedrete sobre productos de uso diario que pueden ser perjudiciales ambientalmente: el papel, un producto compuesto básicamente de celulosa.

El papel tarda en degradarse 1 año. Se trata de uno de los principales residuos urbanos. El papel y el cartón supone entre el 16 y el 25 por ciento de los residuos que se recogen. Su recuperación y reciclaje puede llegar a ser muy eficaz. De una tonelada de papel o de cartón recuperados se puede fabricar hasta 900 kilos de papel reciclado. En ese proceso se gasta un 90 por ciento menos de agua y un 50por ciento menos de electricidad que en la producción de papel a partir de pulpa de madera.

Para conseguir ese nivel de eficacia es necesario que el papel y el cartón esté en buenas condiciones. Para lograrlo, el ciudadano debe observar pautas muy sencillas como nunca dejarlo fuera del contenedor azul (si se moja no se podrá utilizar o puede acabar en el vertedero como basura, no como recurso), no debe mezclarse con otros residuos para evitar que se manche y contamine, y debe depositarse doblado para aprovechar al máximo la capacidad de los contendores.

En Alpedrete se ha incrementado el número de contenedores de 56 a 71. En los últimos años ha aumentado la cantidad recogida. En 2017 se depositaron 232,89 toneladas de papel, casi 30 toneladas más que en 2016, año en el que se recogieron 203, 57. Alpedrete, según los datos de Ecoembes, es uno de los municipios de la Comunidad de Madrid en el que más papel se recoge.

La industria papelera mundial consume cada año unos 4.000 millones de árboles, principalmente pino y eucalipto. En España se utiliza como materia prima 1,8 millones de toneladas de fibra virgen y 5,1 millones de toneladas de fibra recuperada.

La recuperación y reciclaje de papel incide directamente en la mejora ambiental. Disminuye el consumo de madera, favorece el desarrollo de las masas forestales, reduce los costes de talado, transporte y manipulación, propicia el ahorro de energía primaria y agua, y reduce el volumen de residuos en los vertederos. Por cada 700 kilos de papel recuperado se libera en el vertedero el espacio equivalente a un automóvil y se evitan las emisiones equivalentes de un automóvil que viajase 3700 kilómetros.