Más patos y menos perros…

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«De los ocho que tenía solo le quedan cuatro», se podría cantar como en la canción infantil de los pollitos, que la gallina iba perdiendo uno a uno hasta quedarse sin ninguno. Pues bien, esto es lo que está ocurriendo esta primavera, como en las anteriores, en el Parque de la Laguna en Collado Villalba, donde los patos -ánades reales- no pueden sacar adelante a su camada porque no tienen lugares donde ocultarla y pasar la noche. Los dos islotes que hay en la laguna pequeña han dejado de serlo al no estar aislados como consecuencia de la vegetación que los une al terreno del parque. Y en la laguna grande hace unos años se retiraron las dos casetas que había flotando sobre el agua. Quizá por no sentirse protegidos ha disminuido considerablemente el número de ánades reales que cada atardecer llegaban a ambas lagunas para pasar la noche y a quedarse parte de de la mañana. He llegado a contar hasta más de un centenar, frente a una docena escasa en la actualidad. Como inquilinos permanentes solo hay 10 patos blancos (los acabo de contar esta mañana) que no pueden remontar el vuelo. Hace unas semanas eran 13 y tres han desaparecido misteriosamente.

Los patos son la principal atracción para los niños que acuden con sus padres al parque. Sin ellos dejarán de venir. Los padres ya no les podrán decir: «Vamos al parque a ver los patos». Lo que sobran son perros, que ensucian con sus orines y excrementos (aunque se recoja siempre queda la huella) en la hierba donde se sientan y se recuestan bastantes jóvenes con la llegada del buen tiempo. Hay un gran espacio acotado dentro del parque para los perros. ¿Por qué lo usan solo unos pocos del centenar que cada día acude al parque?

C.P.A. (Collado Villalba)
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