Valdemorillo se prepara para una nueva edición de «Folkarria», que se celebrará del 13 al 15 de abril

Valdemorillo vuelve a prepararse para dar paso a la tradición que pone en danza el mejor bal-folk y anuncia ya la cercanía de Folkarria, el festival destinado a elevar en sus múltiples ecos, con distintos acentos, entre melodías y ritmos surgidos de diversos rincones europeos, esa música que es baile, expresión de la tierra, esencia de cultura en su más clara dimensión como intercambio, como hilo integrador, como esencia de la tradición que precisamente viene a reivindicarse con este «Eco Festi-Bal». Una apuesta a la que, por tercer año consecutivo,  se suma el Ayuntamiento, a través de su Concejalía de Desarrollo Local, invitando a todos a acudir a este festival que cobra sentido, precisamente, con los bailes interpretados por el público, con la asistencia y la participación en el amplio programa que forman conciertos, talleres, veladas culminando en clave de jam sesion y las actuaciones de unos grupos finalistas, Aerokhorda y los dúos Rodríguez Franceschini y Monsieur Fruits, decididos a seguir la estela del último de los premiados, Zagala.

Y es que el quinteto español, de gran fuerza vocal y con el mestizaje instrumental por enseña entre ecos de jota, ajechao, seguidilla, fandanguillo y charro…, es una de las cinco bandas que saldrán a escena entre el 13 y el 15 de abril, interpretando lo mejor de un repertorio que tiene su origen en países tan diversos, tan unidos por el folk más bailable, como Bélgica, Francia, Holanda y España. De hecho, los encargados de abrir cartel seránB-Road Bastards, tres jóvenes amigos que llevan a las tablas una atractiva mezcla de músicas del mundo y jazz. Les seguirán Elanor, otros cinco músicos que invitan a no parar de bailar entre el toque de acordeón, la sólida zanfona, gaitas virtuosas y flautas. Y completando la relación de protagonistas, Bald O’Gadjo y Pan Capazo.

En breve, por tanto, todo un fin de semana de casi “imparable” actividad, que junto al apartado musical y la curiosidad que despertarán los peculiares talleres donde poner en práctica la afición, da cabida también al espacio creativo para niños, una sesión de vermut y demás propuestas. Y es que comienza así la cuenta atrás para disfrutar de Folkarria, al alcanzar ahora una octava edición que espera reanudar la sorpresa y el entusiasmo en grandes momentos de encuentro, baile, mucho baile, y diversión. “Una cita que nadie debe perderse”, y a la que se abren en calurosa bienvenida tanto las distintas instalaciones donde se sucederán los actos programados como los hogares de los vecinos que colaboran desinteresadamente con la organización, acogiendo a muchos de los seguidores del bal-folk llegados de todos los puntos a esta Villa para vivir de pleno el festival.