Los buñuelos de viento, el dulce típico de Todos los Santos

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Prácticamente no hay celebración en España que no tenga sus dulces típicos: el roscón de Reyes, los turrones, las torrijas, los huevos de Pascua… Y, cómo no, el 1 de noviembre, festividad de Todos los Santos, también tiene sus postres tradicionales, con los huesos de santo y los buñuelos de viento a la cabeza. En cuanto a los primeros, se hacen a base de mazapán y en realidad son pocos los sitios que los elaboran directamente, sino que en muchos casos simplemente se rellenan los que distribuyen las casas comerciales. Por tanto, son sin duda los buñuelos los más buscados en estas fechas, como explica David Muñoz, de la panadería-pastelería “El Rumbón”, en San Lorenzo de El Escorial (con tienda en la calle Juan de Leyva, nº 13, mientras que el histórico obrador -ya va por la cuarta generación al frente del negocio- está en Claudio Coello), por donde hemos pasado para conocer los secretos de este dulce, uno de los grandes clásicos de la repostería española.

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“El buñuelo es algo muy sencillo. Básicamente, una masa escaldada. Pones a cocer agua con sal y le metes grasa, que puede ser un aceite de girasol, aceite de oliva, manteca de cerdo, margarina vegetal o, como en nuestro caso, una buena mantequilla, que creo que es lo le da el gusto más agradable. Luego echas harina y lo escaldas, haciendo una especie de pelota de masa que va a la batidora. Después hay que ir agregando huevos hasta que la masa tiene el punto adecuado, de manera que al cogerla cae en escalera. A continuación se mete en una manga pastelera y se va dosificando para echar las bolitas en la freidora, a unos 200 grados. Una vez que los buñuelos están hechos, se sacan para que escurran, se ponen sobre un papel para que absorba el exceso de grasa y finalmente se rellenan”, explica David.

A partir de ahí, las opciones se multiplican con los rellenos, siendo los de nata y crema los más demandados, aunque “también gustan mucho los de dulce de batata, cabello de ángel y yema pastelera”, señala este repostero sanlorentino. La oferta se completa con los buñuelos de crema de café, crema de chocolate, trufa y tiramisú. También hay espacio para las novedades: si en temporadas pasadas se vendió el refrescante buñuelo de mojito, esta vez podremos encontrar en el mostrador de la pastelería los de crema con mermelada de frutas del bosque, compartiendo espacio con preparaciones especiales para Halloween, como muffins y galletas decoradas, pensadas especialmente para los niños, aunque los más pequeños disfrutan igualmente de los buñuelos, tan habituales durante años en las cocinas de nuestras abuelas.

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