José Pablo González: «Pedí que se hiciera todo lo necesario, costara lo que costara, para garantizar que en Honorio Lozano no hubiera ni un solo muerto»

Alcalde de Collado Villalba entre 1999 y 2011, José Pablo González consiguió tres victorias consecutivas -dos de ellas con mayoría absoluta- y también una estrepitosa derrota en medio del escándalo de las fotos de Andorra, abandonando la política local para trabajar primero en el Ministerio de Presidencia y meses después regresar a su puesto de maestro. “Doy asignaturas de contabilidad, gestión financiera y derecho, fundamentalmente constitucional y administrativo. Lo peor son los kilómetros que hago todos los días hasta Parla”, explicaba en el inicio de esta entrevista.

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¿Sigue viviendo en Villalba?

Sí, he oído muchísimas cosas, pero yo nunca me he ido. Me he encontrado con muchísimas historias, pero una de las más curiosas es que cuando bajaba al Ministerio de Presidencia, en Argüelles se acerca una mujer y me pregunta: ¿Usted es el alcalde de Villalba, verdad? Bueno, le contesto: el anterior alcalde. Y me responde: lo sabía, se lo venía diciendo a mi compañera en el autobús, pero ella insistía que no: ‘Qué va, si ése está en el Caribe, en una isla’. Pero no, sigo viviendo aquí.

¿Cómo ha vivido estos seis años?

Ha habido de todo. Momentos bastante duros, porque todo lo que pasó en mi último tramo en el Ayuntamiento hizo que mi salida fuera muy dura desde el punto de vista personal. Se metió muchísima mierda contra mí. En lo personal eso ha sido lo más doloroso, mientras que en lo profesional afortunadamente yo tenía mi puesto de trabajo y volví a la enseñanza.

¿Considera que esa derrota en 2011 se debió exclusivamente a la gestión municipal, o en parte también a la situación política a nivel nacional?

Creo que hay una mezcla de todo. Evidentemente había unos componentes de política nacional importantes, con un cabreo monumental hacia el presidente del Gobierno, y de hecho el PSOE solo mantiene Parla y Fuenlabrada, mientras que los demás municipios de la región cambian de signo. Ese dato es incuestionable, y en segundo lugar hubo toda una campaña contra mi persona que estuvo presente en el voto de los ciudadanos. Yo sabía que eso iba a pasar, era inevitable.

¿Y aún así decidió encabezar la candidatura del PSOE?

Es que cuando se publicaron por primera vez las fotos de Andorra yo puse mi cargo a disposición y quise renunciar, pero los responsables de mi partido me pidieron que continuara. Les dije que me iba a abrasar y me respondieron que era muy posible, pero también que no podía renunciar, porque no había ningún hecho punible, como el tiempo ha demostrado. Fui a la campaña electoral sabiendo lo que se me venía encima, y con todo saqué más de 1.000 votos más respecto a los que se obtuvieron en las últimas municipales.

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¿Hay algo que le gustaría cambiar de su etapa como alcalde?

La gestión está ahí. En los primeros años tras mi salida parecía que yo era el culpable de todo, pero durante esos 12 años yo acometí la segunda transformación de Collado Villalba. La primera la hizo el primer alcalde socialista, Carlos Julio López. Comencé con un Centro de Salud y me fui con tres y un hospital en construcción, la Escuela de Música, la Ciudad Deportiva, el Recinto Ferial, la rehabilitación del P-29, la Biblioteca, el propio aparcamiento, la urbanización de Romacalderas y San Antonio… Quedó por hacer un segundo pabellón deportivo cubierto y quizá un teatro polivalente. Las cosas en su conjunto las haría igual.

Pero como contrapartida, el actual Ejecutivo afirma que quedó una deuda de más de 100 millones de euros…

Eso es rotundamente falso. Durante estos seis años llevo escuchando permanentemente la cantinela de la deuda y la herencia recibida, pero si hay alguien campeón en deuda y en herencia, ese es el Partido Popular, y ahí está la situación en la Comunidad Valenciana o en Madrid capital. Además, todo lo que se dice a la prensa o durante los plenos, luego no se materializa en documentos. Me he leído los tres planes de saneamiento que ha presentado el Ayuntamiento, y en ninguno de ellos se decía que la situación fuese excepcionalmente mala con respecto a otros municipios. Hay localidades de Madrid que necesitaron un rescate y que con 4 millones de presupuesto debían 50, pero esa no es la situación de Collado Villalba. En el enlace del Ministerio de Hacienda, que son las cifras oficiales, no aparecía nunca una deuda de 100 millones, sino 40 ó 50, nunca más. También voy a hacer mías las declaraciones del señor Gallardón y del concejal Juan Bravo cuando dejaron a Madrid con una deuda de 8.000 millones de euros: si la deuda es por gasto corriente, es que ha habido una mala gestión, pero si hay deuda por haber hecho estas infraestructuras y servicios, es que es una inversión, que lógicamente hay que ir pagando todos los años. A veces hay que decirles a los ciudadanos que las obras cuestan dinero y que luego hay que pagarlas, como cuando te compras una casa. Además, los mismos hablan de la deuda son los que me criticaban porque en 10 de los 12 años de gobierno yo liquidé los presupuestos con superávit. Luego sí hubo una caída de ingresos en 2007 y 2008, y quizá en aquel momento no tomé alguna decisión de ajuste que debería haber adoptado.

¿Como un Expediente de Regulación de Empleo, tal como se hizo en la siguiente legislatura?

No, ni mucho menos. Entiendo que había margen para reducir tomando otras medidas. Además, ese ERE, una vez que se produjeron los despidos, se ha transformado en la contratación de numerosas personas por otras vías.

¿Cómo ha recibido la última noticia que publicó ‘El País’ sobre el túnel de Honorio Lozano y las diferentes interpretaciones que se han hecho?

La noticia que veo en la prensa es que el Tribunal de Cuentas fiscaliza la gestión y conservación de la concesión. He hecho lo que quizá no ha hecho la alcaldesa, que es pinchar en el enlace y leerme ese informe, que no habla para nada de la construcción y la licitación de la obra, entre otras cosas porque eso ya está fiscalizado. Lo que hace es poner de manifiesto una serie de deficiencias en cuanto a la conservación y gestión de la concesión, cuestiones técnicas que tampoco son gran cosa. Pero se refieren a la gestión del aparcamiento, de la Ciudad Deportiva y a un tema del cementerio municipal, y habla del ejercicio 2013. Esto no es interpretable, es leer el informe.

¿Se ha arrepentido en este tiempo de haber puesto en marcha la obra del túnel?

En primer lugar, esa obra iba en el programa electoral del PSOE, tanto en 2003 como en 2007. De hecho, ese año se celebran elecciones municipales, y con la obra sin terminar y la zanja abierta, el Partido Socialista vuelve a ganar, e incluso subimos en número de votos. Además, parece que muchos se han olvidado de la demanda de aparcamiento que existía. Yo tengo todavía guardadas las cartas de la Asociación de Comerciantes y Empresarios diciendo que la gente se iba fuera o a los centros comerciales porque no tenía donde aparcar. Es curioso que algunos de los que más han criticado el proyecto, a la hora de invertir lo hayan hecho en una zona peatonal que no existía antes de hacer la obra. Ahora, si me preguntan: ¿Si usted hubiese la sabido lo que iba a costar, hubiera hecho la obra? La respuesta es no, lo tengo claro. El problema surge cuando, estando la calle abierta en canal, aparecen los desprendimientos y las grietas en las aceras y las fachadas. Me pasan los informes de los servicios técnicos y adopté como alcalde la decisión que tenía que adoptar, que era pedir a la dirección facultativa que hiciera todo lo necesario para garantizar que no hubiera ni un solo muerto y que no se cayera ningún edificio, porque el riesgo era real y muy importante. Eso es lo que se hizo, costara lo que costara. Estamos hablando de dinero, pero no de que hubiera habido 50 muertos a mis espaldas. Ahora se cumple el aniversario del informe del Consejo de Estado sobre el Yak-42, y me imagino cuántas veces habrá pensado el entonces ministro de Defensa si eso se podría haber evitado si se hubieran extremado las medidas de seguridad en aquel avión. Cuando a mí ese verano me presentan las fotos de las grietas y me dicen que existe un riesgo serio de desprendimiento de algún edificio, no me podía quedar de brazos cruzados o decirles que se apañaran, pero gastando poco. Dicho de otra manera, si no adopto esas medidas y se cae un edificio, yo estaría imputado por un delito de imprudencia temeraria con resultado de muerte. Y ese riesgo está en los informes y era real, las grietas en las aceras y los edificios eran muy importantes.

¿Y no se hubiese podido conocer esa situación previamente con un estudio geotécnico más exhaustivo?

El geotécnico es difícil que prevea todas las situaciones. Recuerdo además que algún medio de comunicación lo que decía no era que fuese a aparecer roca fija, sino gas radón, y allí lo que nos encontramos fue una falla que era difícil de prever. Pero aunque el informe hubiese podido ser mejor, llegados a ese punto, ¿qué hago como alcalde? También se han olvidado los medios y la oposición que cuando recibimos el informe para el Consejo de Estado y nos piden que averigüemos las circunstancias en que se hizo el geotécnico, se encargó a la Universidad Politécnica de Madrid un dictamen, que se aportó al juzgado con todas las investigaciones, y fue rotundo: con las técnicas previstas, es imposible prever la situación, porque eso solo se puede ver con la calle abierta. Y por otra parte, en cuanto al coste de la obra, se repite constantemente que ha sido de 40 millones, más uno y pico que hay que pagar cada año hasta 2046. La realidad es que se pagaron 4 millones al principio y luego hay que afrontar el canon anual durante 40 años, que incluye  el mantenimiento de la instalación y la contratación del personal, entre otras cosas. Es un principio de reequilibrio económico-financiero, como cuando te compras una vivienda y el banco te da el dinero; tú vas pagando ese préstamo con la correspondiente carga de intereses.

Para terminar, ¿se ha planteado en algún momento volver a la política municipal?

No, a la política local no. Segundas partes nunca fueron buenas. Yo ya cubrí una etapa y ahora estoy seguro de que un nuevo alcalde o alcaldesa socialista devolverá a Collado Villalba el protagonismo y la senda que tiene que tener esta ciudad.

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“En los primeros años parecía que había una competición a ver quién renegaba más de mí”

La salida de José Pablo González del Ayuntamiento se produjo después de que el Partido Socialista sufriese una contundente derrota en las elecciones municipales de 2011, pasando de 14 a 6 edil. Ante semejante retroceso, el ex alcalde ni siquiera recogió el acta de concejal, retirándose del primer plano de la política, aunque añadía que en ningún momento había dejado de militar en el PSOE. “He colaborado en aquellas cuestiones que me han pedido en Ferraz y, afortunadamente, los amigos que tenía de antes los sigo teniendo”, explicaba.

¿También dentro de la Agrupación Socialista de Collado Villalba?

Sí, también. Lo único es que en los primeros años parecía que había una competición a ver quién renegaba más de mí, igual que Pedro negó tres veces a Jesucristo, permitidme el dicho. Esa es la sensación que yo he tenido, y al final esa contradicción se acaba arrastrando en el discurso, porque cuando se ha formado parte de los equipos de gobierno en los que yo he estado, una cosa es matizar que harías cosas distintas y otra es casi querer renegar de donde has estado. Pero luego el tiempo va poniendo a cada uno en su sitio y las cosas se vuelven a normalizar. Ahora mismo tengo una relación bastante correcta y cordial con la mayoría de la gente de la Agrupación. A mí me tienen siempre para colaborar en lo que me pidan. El compañero Juanjo ganó limpia y democráticamente las elecciones a la Secretaría General frente a la compañera Rosana, y es a la Agrupación a la que le corresponde realizar un análisis de lo que quiere hacer en el futuro para que el PSOE vuelva a ser el partido líder que ha sido siempre en Collado Villalba.

¿Qué valoración haría del trabajo que se está llevando a cabo?

Creo que en los primeros años ha habido una cierta falta de orientación, que se saldó con una práctica ruptura en dos del grupo municipal, algo que fue muy doloroso. No es culpa de nadie, pero evidentemente quien dirige es el que tiene mayor responsabilidad en mantener unido a un grupo. Quizá en la primera etapa la labor de oposición del PSOE estuvo algo ausente de rumbo y de una línea clara de autoridad, de reivindicar lo hecho, como el PP acabó haciendo. Porque que en las últimas elecciones, el Partido Popular colocó un cartel diciendo que Collado Villalba tenía 1.500 plazas de aparcamiento en el centro, Seguridad Social, Ciudad Deportiva, edificio de la Policía… Yo lo miraba y decía: eso lo he hecho yo. Por ejemplo, el Hospital está aquí porque yo lo negocié con Esperanza Aguirre, yo puse la primera piedra. Lo más fácil es, una vez que se ha llegado al acuerdo, meter dinero y poner ladrillos, pero fueron tres años de negociaciones con el Gobierno regional para que se hiciera. Y luego me encontré con que el PP reivindicaba unas cosas para poner en valor que Collado Villalba era la capital de la Sierra, mientras que quien tenía que haberlo hecho durante cuatro años en la oposición no lo hizo con la misma fuerza.

¿Cree que si hubiese seguido, se hubiese producido ese mismo fraccionamiento?

Pues no lo sé. Pero no me arrepiento de la decisión que tomé, porque creo que, al no ganar las elecciones, no tenía mucho sentido quedarme como portavoz de la oposición. Tengo amigos y conocidos que me lo han recriminado, que me han dicho que me he olvidado de que me votaron más de 6.000 personas. Pero es que yo le doy la vuelta y parece que si me hubiese quedado es que no tenía otro sitio donde ir; los ciudadanos siempre piden ejemplaridad y asumir responsabilidades, y yo creo que tenía que asumir en primera persona la responsabilidad de una derrota contundente, además de facilitar una renovación en el partido. Además, influía una cosa que era importante, y es que ya había agotado mis tres mandatos como secretario general. Pero en cualquier caso, en mi opinión yo tenía que hacer ese gesto, cubrir una etapa y volver a mi puesto de trabajo.

¿Cree que le tenía que haber acompañado alguien más?

Bueno, hubo tres compañeros que no llegaron a tomar el acta de concejal. Dos inicialmente y luego un tercero. Con respecto a las personas que se quedaron y que en estos momentos dirigen la Agrupación, creo que es una valoración que les corresponde a ellos.

Texto: M. Mateos / E. Peñas

Fotografías: R. Herrero

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