Luis Blasco: “El premio de Londres fue un éxito para España; ahora vamos a exponer ‘Ajedrez y TDAH’ en Armenia”

Dos proyectos de ajedrez gestados en Collado Villalba han trascendido a nivel internacional gracias a la iniciativa del Club 64 Villalba y su capacidad asociativa con diversas organizaciones, varias de ellas radicadas en la Sierra. Uno, Ajedrez y TDAH, basado en la utilización del juego para corregir los síntomas del TDAH (Trastorno por Déficit de Atención y Hiperactividad), fue reconocido este mismo año con el primer premio en el mayor congreso a nivel europeo sobre aplicaciones sociales y educativas del ajedrez, la London Chess Conference; el otro, Castle Project, cuenta con fondos de Erasmus Plus para tratar de extender la enseñanza del ajedrez en los colegios, a base de formar al profesorado y de utilizar herramientas lúdicas de aprendizaje con los niños. Apenas una semana después del éxito de Londres, Castle Project, del que actualmente se benefician cuatro colegios de la Sierra del Guadarrama, fue expuesto ante el Parlamento de Bruselas, donde el presidente del club, el árbitro olímpico Luis Blasco de la Cruz, tuvo ocasión de darlo a conocer a europarlamentarios españoles de todo signo político, obteniendo apoyos importantes como los del socialista Ramón Jáuregui o la europarlamentaria socialdemócrata rumana, Claudia Tapardel.

La secuencia no hace sino remarcar la transversalidad del ajedrez, cuyas aplicaciones van mucho más allá de la mera competición. El Club 64 Villalba se decidió a dar ese paso en 2012, cuando en un Consejo Local de Infancia y Juventud “surgieron sinergias e iniciativas de un montón de asociaciones. Una de ellas fue una propuesta para intentar utilizar el ajedrez en personas que no lo necesitan en competición. Se empezó a trabajar con mayores con Alzhéimer, con niños y adultos con TDAH, gracias a la colaboración del Centro de Salud de Collado Villalba y a una asociación de Cercedilla que en ese momento se llamaba APDE Sierra. A partir de ahí, se produjo una formación de nuestros profesores y un aumento del interés de la gente por ver si esto funciona”, explica Luis Blasco, quien en su entrevista con Aquí en la Sierra, avanza en primicia que a finales de septiembre viajará a Armenia a exponer Ajedrez y TDAH en el Congreso de la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez).

¿Hasta qué punto funciona el ajedrez como terapia del TDAH?

Hay muchos artículos que hablan de que el ajedrez es mágico, que te apuntas a un curso y curas tu alzhéimer, apruebas matemáticas, te quitan la medicación del TDAH… Eso es mentira. Hay que trabajar. Nosotros hemos propuesto que el ajedrez como herramienta terapéutica funciona con un trabajo en casa, con una familia a la que hay que formar. A partir de ahí, todos fuimos mejorando y surgieron los proyectos, el de TDAH y el Castle Project, que desgraciadamente en España no ha tenido la repercusión que hubiésemos querido, debido a la competencia y a la mala información de algunos periodistas. Eso se demuestra con el ejemplo del club italiano que trabaja con nosotros (Alfiere Bianco), que ha recibido muchísimo dinero de Microsoft para llevar el proyecto a cabo a nivel nacional como algo único para todo el país. En cambio, aquí en España la mentalidad es distinta: cada pueblo tiene el suyo, prefieren trabajar lo suyo porque parece que si se asocian con alguien pueden perder cosas. Es una mentalidad de equipo pequeño. En España no funciona el trabajo colaborativo.

¿Qué papel juega el Club 64 a nivel nacional, está en vanguardia, se puede hablar de que es pionero?

En España, creo que sólo hay dos clubes que destaquen: el Magic Extremadura y el Club 64 Villalba. El resto tienen proyectos muy locales. Puede que tengan mucho éxito, pero si no los muestran no tienen ninguna repercusión. El Magic Extremadura dedica mucho trabajo al ajedrez social, y nosotros trabajamos más el ajedrez educativo. Somos el único club español con un proyecto reafirmado por la Unión Europea.

¿Qué grado de estabilidad tienen los proyectos?

Lo más importante es el trabajo que estamos haciendo con las asociaciones de TDAH,  APDE Sierra, Cade, AFANDAH Alcorcón y la Fundación Activa, el contar con la colaboración de la Universidad Europea de Madrid y el Hospital de Collado Villalba. Como club hemos mantenido la misma idea de difundir el proyecto, y tenemos una estabilidad importante a nivel Comunidad de Madrid. Pero realmente, hace falta un empujón. Estamos trabajando en un proyecto Erasmus Plus, en el que van a colaborar asociaciones de Castellón, Valencia y Jaén, donde estuvimos reunidos hace pocos días, y algunos sitios más. La idea es trabajar y realizar los test en todos los sitios de la misma forma, pero sin promesas de que el ajedrez retira medicaciones contra el TDAH, sino buscando la mejora con trabajo, como en cualquier proyecto multidisciplinar. Cuando los padres vienen y ven que no jugamos con reloj y con planillas, que no llevamos a los niños a campeonatos, se quedan extrañados, pero es nuestra forma de trabajar, no utilizamos el ajedrez para competir, sino para enseñarles a pensar.

¿Puedes poner un ejemplo práctico de cómo es una clase?

La clase dura una hora y se dan cuatro a la semana en el club, más el trabajo en casa. Los niños deben estar acompañados por un familiar al menos en una clase, de manera que esa frase que tienen los niños de que nadie juega o sabe jugar con ellos en casa, la quitemos de en medio. Si cada mes pasa un familiar distinto, se logra en pocos meses que toda la familia pueda ayudar al niño en ese tiempo extra que solicitamos. Y en clase realizan un trabajo de toma de decisiones, de pensar, de no precipitarse, de mejorar el cálculo, pues eso influye en la nota de matemáticas. Evitamos competiciones para que no generen frustración en los niños en caso de perder. Trabajamos la resolución de problemas.

¿Cómo es el seguimiento que hacen los profesionales de la Psicología y Psiquiatría y cómo se combina con el de los profesores de ajedrez? 

Ahora colabora con nosotros la psicóloga Pilar Gil Díaz, de la asociación de TDAH de Alcorcón. Analiza los test a los niños al principio y al final del curso, para poder evaluar a nivel psicológico si se mejora o no. Desde el principio dijimos que nosotros no entramos en temas médicos, pero las mejoras no hace falta que sean evaluadas por un profesional: si al empezar el curso hay un niño que no es capaz de sentarse y al acabarlo, sí; si al empezar está suspendiendo matemáticas y acaba aprobándolas, etcétera, la mejora está muy clara. Nosotros nos encargamos de preguntar a los padres por las actividades que hacen sus hijos, para ver si esa mejora es por mérito nuestro. En ese sentido, la gente suele terminar muy contenta.

¿Qué supuso para el club el premio de Londres? ¿Estáis contentos con el apoyo, fue reconocido a nivel local y de la Sierra?

Fue muy importante para el club en cuanto a nuestra idea de difundir. Ya nos presentamos el año pasado como invitados y nos pareció muy interesante. El premio fue un éxito para España –participaron 120 proyectos y más de 30 países-. Siempre presumimos sobre que somos pioneros en todo, pero nunca salimos afuera a darlo a conocer. Tuvimos la valentía de ir a presentarlo, de hacerlo en inglés, mi compañero Nicolo Napoli y yo. Había proyectos de todo tipo, portales de internet, proyectos informáticos súper desarrollados, con fuertes inversiones y apoyo de países…Aquí no ocurre eso. Nunca hemos recibido un correo de la Comunidad de Madrid, ni para felicitarnos ni para difundir el proyecto. Estamos muy decepcionados porque no es un tema de dinero, sino de difusión. Nos hubiera gustado tenerlo, porque el proyecto ha sido incluso la base de una tesis doctoral de fin de carrera del psicólogo Ramón García, que está publicada y fue premiada por la Universidad Politécnica de Valencia. Eso nos ha dado mucho apoyo. Y lo último es que vamos a ir a Armenia el 28 de septiembre a un Congreso de la FIDE para exponer el proyecto y, probablemente, a formar instructores para que también se pueda realizar allí.

¿Cuántos alumnos tiene Ajedrez y TDAH en la Sierra?     

Tenemos un problema de continuidad, porque hay gente que piensa que los resultados son inmediatos. Puedes empezar el curso con 90 personas y acabarlo con 50 ó 60. Falta fe en que esto pueda funcionar. Si el niño viene motivado todo es más fácil.

Hablemos de Castle Project y del ajedrez en las escuelas. ¿Cómo se logró el apoyo de Erasmus Plus?  

Todo surge de la unión de ideas, de ir a congresos como el de Londres, que abren opciones de trabajo. Castle Project se realiza con aportaciones de Italia y Alemania. Los italianos han dotado al proyecto de la aplicación informática El Gato Víctor –los niños aprenden ajedrez con un programa, doblado a cuatro idiomas, en el que un gato enseña todas las reglas del juego y con el que se puede interactuar-, muy buena para cualquier niño de Infantil a Primaria; la parte alemana lleva todo lo relativo al trabajo en equipo, el orden, la disciplina; y nosotros llevamos la vertiente del ajedrez educativo, del TDAH, del alzhéimer, el tema de aprender a pensar. A partir de ahí, presentamos un proyecto súper extenso a la Unión Europea y nos concedieron un proyecto de tres años con una financiación de 250.000 euros. Tiene mucho mérito, pues a día de hoy es el único proyecto aprobado de ese tipo por la Unión Europea. Entre los tres países participan casi 3.000 niños, con la idea de introducir el ajedrez en las escuelas y el objetivo de mejorar la memoria y el cálculo de los niños, no el de federar jugadores o fomentar que compitan. Todo ello cuadra muy bien con nuestra idea de que los niños tengan un ocio alternativo y aprendan a pensar.

¿Cómo va el proyecto en los colegios de la Sierra, estáis satisfechos?       

El colegio cabecera es el San Miguel Arcángel de Moralzarzal. Sus niños de Primero no sabían que tenían ajedrez. Los niños estaban una hora a la semana en un tablero gigante de 5×5 metros, pero sin piezas y sin hablar de ajedrez. Se les enseñaba el movimiento espacial, horizontal y vertical, el respeto al turno, valores aplicables a otros órdenes de la vida. Se ha hecho un formidable trabajo. Ya hay nueve clases en ese colegio, los niños llevan un tablero en la mochila, y además están sacando mejores notas. Sólo puedo estar agradecido a la dirección del colegio y al Ayuntamiento de Moralzarzal.

Hay otros colegios que participan, como el Antoniorrobles de San Lorenzo de El Escorial, pero no olvidemos que el club está radicado en Collado Villalba. ¿Hay poca involucración, o es sólo una percepción?

El problema en Villalba es que el ajedrez dentro de la Educación, aunque es competencia directa del Ayuntamiento, en muchos casos es cosa de la Comunidad, del AMPA, del colegio…El problema principal es que las clases las tienen que dar los profesores del colegio, ni yo ni ninguno de nuestros monitores. Los colegios tienen que tener personal dispuesto, si no, es complicado. El Cañada Real ha mostrado interés, el Miguel de Cervantes siempre tiene muy buena disposición, pero no han encontrado la persona con el necesario interés dentro de su profesorado. Ahora mismo, lo está intentando el Antonio Machado, y hay otros que lo van a introducir como asignatura, pero sorprendentemente no han contactado con nosotros. Creo que los ayuntamientos, en general, no son conscientes de que lo tienen cerca. Por eso tenemos que conseguir difusión. No puede ser tan difícil que un Ayuntamiento lleve un proyecto de este tipo a la Comunidad de Madrid.

Uno puede pensar que el hecho de que el ajedrez toque tantos campos es una desventaja…    

Debería de ser una ventaja, pero como pasa en el ajedrez, hay que aprovechar las ventajas, si no, se pasan. Hemos intentado colaborar con todo tipo de concejalías, pero todo depende de cómo cada ayuntamiento vea el ajedrez: si lo ven como un deporte, como una herramienta multidisciplinar, si lo entienden como Cultura, o si creen que es un juego como el parchís, que eso también lo hemos escuchado. Ésa es la clave. A Linares no se la conoce por el fútbol, se la conoce por el ajedrez y Raphael. Cada municipio tiene que ser identificado por algo o alguien, como sucede en Moralzarzal con Carlos Soria. Un ayuntamiento interesado en promover la educación y la formación en valores debería de tener en cuenta el ajedrez.

 

El Club 64 se quedó a las puertas del ascenso a Primera Nacional en Linares

El Club Ajedrez 64 Villalba volvió a quedarse este mes de agosto a las puertas del ascenso a Primera División, tras quedar en quinta posición en el Campeonato de España por Equipos celebrado en Linares con 30 conjuntos. Los villalbinos acabaron con los mismo puntos que la segunda plaza, pero se vieron perjudicados en os desempates, dentro de la edición más dura disputada en los últimos años. El Club 64 partía en la séptima plaza del ranking inicial y estuvo formado por el Gran Maestro cubano, Orelvis Pérez, el esloveno Martin Nayhebaver, el campeón del Open de Villalba, Antonio Rupérez y por el peruano Javier Longa. El equipo llegó con opciones de ascenso a la última jornada, en la que necesitaba la victoria ante el Liberty Chess de Madrid, pero tras un emocionante match acabó empatando (2-2). Las partidas del Club 64 alcanzaron un notable éxito de audiencia en la transmisión por internet, con casi 2.000 seguidores conectados durante el Campeonato.

Send this to a friend