Los trabajadores de Alsa en San Lorenzo convocan cuatro jornadas de huelga a partir del 3 de mayo

Fuentes sindicales han confirmado que los trabajadores de Alsa Metropolitana e Irubus irán a la huelga el próximo 3 de mayo, en la primera de las cuatro jornadas convocadas para reivindicar el cumplimiento del convenio colectivo. Además, la Federación de Servicios para la Movilidad y el Consumo de UGT ha señalado, a través de un comunicado, que a estas jornadas seguirán otras cinco de paros parciales. El sindicato explicaba que el miércoles se celebró un encuentro para evitar esta convocatoria de huelga, tanto en el centro de trabajo que Alsa tiene en Moncloa como en San Lorenzo de El Escorial, si bien no se llegó a ningún acuerdo en este intento de mediación.

UGT afirma que estos paros son consecuencia de “los incumplimientos por parte de la empresa de diversas materias del convenio colectivo, entre las que se encuentran los descansos y la valoración de turnos por los que se calculan las jornadas de los trabajadores”.

autobuses

Alsa hizo efectiva a finales del pasado año la compra de la empresa sanlorentina Autobuses Herranz -la operación habría ascendido a unos 30 millones de euros-, prestando servicio en más de una veintena de municipios de la Sierra, como San Lorenzo de El Escorial, El Escorial, Valdemorillo, Galapagar, Villanueva de la Cañada, Zarzalejo o Valdemorillo. Igualmente, explota la línea que comunica San Lorenzo con el Hospital Puerta de Hierro de Majadahonda y llega también a varias localidades de Ávila, como Hoyo de Pinares, Las Navas del Marqués o Cebreros.

“La empresa no respeta lo pactado en el convenio e incumple sus obligaciones, no abonándonos lo que nos corresponde por nuestro tiempo de trabajo”, explicaba el Comité de Huelga, asegurando que, a pesar de los intentos por evitar el paro, “las empresas no han mostrado ninguna voluntad de negociar”.

La huelga tendrá lugar los días 3, 4, 5 y 6 de mayo, así como -de forma parcial- los días 9, 10, 11, 12 y 13 del próximo mes (de 6.00 a 9.00, de 14.30 a 16.30 y de 18.00 a 21.00 horas).

Estos problemas se unen al reciente despido, a finales de febrero, de dos trabajadores (una recepcionista de taller y un técnico de servicio), alegando la empresa que se trataba de una reestructuración de la plantilla, lo que provocó malestar e intranquilidad entre el resto de empleados.

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