La iglesia de San Bernabé, en El Escorial, recupera su esplendor tras concluir la quinta fase de los trabajos de restauración

Cinco fases de trabajos a lo largo de dos décadas, con una inversión total de casi 2,3 millones de euros, han sido necesarias para devolver a la iglesia de San Bernabé, obra de Francisco de Mora -uno de los principales discípulos de Juan de Herrera-, su esplendor original, tal como comprobó este viernes el consejero de Cultura de la Comunidad de Madrid, Jaime de los Santos, acompañado en su visita por la directora general de Patrimonio, Paloma Sobrini, y el alcalde de El Escorial, Antonio Vicente, así como por varios ediles del equipo de Gobierno, el párroco y representantes de las hermandades de San Bernabé y la Virgen de la Herrería.

De los Santos destacó la importancia de contribuir desde la Administración regional “a su puesta en valor, conservación y también a acercar la riqueza patrimonial de la región, que no deja de ser la capital cultural del sur de Europa”. “Hace apenas unos días terminaron las obras de consolidación de las dos torres”, señaló, completándose los trabajos realizados desde 1999 en “una iglesia que es un ejemplo casi único, importantísimo, de arquitectura herreriana, que viene a completar lo que representa el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial en la riqueza patrimonial de la Comunidad de Madrid”. 

El consejero hizo referencia a la pureza de líneas, constituyendo una de las mejores muestras del Renacimiento artístico en España. En su visita, De los Santos se detuvo especialmente en el “extraordinario retablo” obra de Juan Gómez, la capilla de la Virgen de la Herrería o las escaleras de acceso al coro y al campanario, también acondicionadas en esta última fase de las obras, con un coste de 330.000 euros. El párroco, Florentino de Andrés, y el historiador local y cronista de la Villa, Gregorio Sánchez-Meco, explicaron detalladamente algunas de las características principales de este templo, declarado Bien de Interés Cultural en 1983, así como las dificultades con que se ha encontrado la obra a lo largo de este tiempo. Finalmente, el titular regional de Cultura indicó que, “más allá del uso religioso para los vecinos, es también un motivo para que los turistas no dejen de venir a El Escorial”.

Finalmente, el alcalde, Antonio Vicente, mostró su satisfacción por el resultado de los trabajos, concluyendo así la restauración que se inició en 1999. Esta última fase se ha centrado en las dos torres, explicó el regidor, puesto que una se encontraba especialmente deteriorada como consecuencia de las humedades procedentes del suelo del campanario.