Así entró el líder de los Miguelianos en el convento de las Carmelitas de San Lorenzo de El Escorial: «Sólo lo sabían la priora y las monjas encargadas de abrir la puerta»

La que fuera priora del convento de las Carmelitas Descalzas en San Lorenzo de El Escorial, Patrocinio O.M., o madre Piedad, vinculada a la denominada Orden y Mandato de San Miguel Arcángel -calificada por sus ex adeptos como una secta-, ha declarado en el marco del juicio que se sigue en la Audiencia Provincial de Pontevedra por el caso de los Miguelianos que el líder de la orden y principal acusado, Feliciano Miguel Rosendo, es víctima de «una emboscada por la espalda muy bien preparada».

La carmelita describió al líder de los Miguelianos como «sencillo, humilde», «un hombre de Dios», añadiendo que no albergó dudas sobre él, ni siquiera después de que el sacerdote Fernando R.B. le advirtiera al respecto. «¡¿A quién voy a obedecer si el cardenal Rouco lo sabe todo y no me ha dicho nada?!», indicó en el juicio. Además, Patrocinio reconoció «donaciones» a la Orden a través de sus hermanos, Ignacio y Javier O.M., de diversas cantidades (más de 100.000 euros).

Por otra parte, una de las monjas de clausura que sigue en San Lorenzo de El Escorial, Teresa L., ha explicado que la priora introdujo a los Miguelianos en el convento, situado en el barrio de las Casillas, con los consiguientes «desórdenes» en la comunidad. «Empezaron a hablarme del demonio, se pusieron en contacto con Miguel y empezaron las cosas raras», recordó.

convento

Teresa explicó que sufre migrañas desde pequeña, señalando que trataban sus dolores de cabeza como algo del más allá. «Enseguida lo achacaban todo al demonio o a cosas extraordinarias», dijo, para añadir que la priora hablaba de ella con Rosendo. «Sé que he sufrido cosas raras pero no puedo asegurar la procedencia ni las causas», subrayó.

Esta carmelita manifestó también que Rosendo les dijo que tenía que entrar al convento de clausura «para liberarlas» a ella y a otra monja. De hecho, aseguró que vio al líder de los Miguelianos dentro de la zona reservada para las religiosas: «Esto es como un escándalo, solo lo sabían la priora y las monjas encargadas de abrir la puerta». «Dijeron que venía para liberar al convento del demonio y a Estefanía y a mí», declaró.

A Feliciano Miguel Rosendo la jueza instructora del caso le atribuye un delito de agresión sexual; 16 delitos continuados de abusos sexuales con prevalimiento, 13 cometidos de forma continuada; y nueve delitos continuados de abusos. Además, se le juzga por otros 24 presuntos delitos contra la integridad moral, asociación ilícita, blanqueo de capitales y un delito continuado contra la hacienda pública.

Al resto de procesados, 16, se les juzga por asociación ilícita por pertenecer a la orden de los Miguelianos y por delitos continuados contra la hacienda pública y blanqueo de capitales.

La orden llegó a tener unos 400 seguidores en su momento de mayor expansión, estando su centro de operaciones en la localidad pontevedresa de Santa María de Oia, hasta que en la primavera de 2014 sus integrantes fueron expulsados por las autoridades eclesiásticas del Obispado de Tui-Vigo y un grupo reducido, con Feliciano Miguel Rosendo a la cabeza, se trasladó a dos sedes en San Lorenzo de El Escorial -un chalet en el barrio de Abantos- y Collado Villalba -donde fue arrestado-, cambiando el nombre de la orden por el de La Voz del Serviam, que no llegó a tener autorización por parte del Obispado de Madrid, dirigido desde 2014 por Carlos Osoro.

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