Esculpir el tiempo a martillazos

Luis Bagué, miembro de la academia Rosebud para la visión y revisión del Séptimo Arte, define el tiempo, en un librito de poemas dedicados a nuestro icono Tarkovski, como la materia con la que se esculpe la experiencia. Pues bien, en el pleno casi monográfico dedicado al Cine Variedades, por una moción de Esteban Tettamanti (Sí Se Puede), todos los políticos locales han esculpido un tiempo a martillazos, sin cincel.

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A los pocos días de cerrarse el cine, el poeta Antonio Herranz escribía un artículo titulado “La esquina de los sueños”, que terminaba así: “¿Desaparecerá esta quimera? ¿Se esfumará este lugar donde tantos se dejaron seducir por imágenes fantásticas de aventuras, de pasiones, de amor, de encuentros…? ¿Dónde se albergarán ahora las ilusiones? Cuando un cine se cierra se rompe un vínculo vital: un primer beso, un sollozo, una risa sincera, el miedo y la ternura, cerrándose además una puerta a lo desconocido. Aprender, soñar, deslumbrarse en una sala oscura; conjurar la realidad y el deseo por un instante que acaba siendo eterno. Tiempo inconmensurable, acumuladamente íntimo y colectivo. La memoria, para muchos, de una educación sentimental… Un caos de sentimientos, una narración de experiencias que convoca a los vivos y a los muertos. Un mundo de oscuridad más allá de la oscuridad, un foco de espíritus rebeldes que jamás dejarán de existir. Un mundo donde los humanos ya no podrán entrar. En la esquina de dos calles: Pozas y Calvario, está el “Variedades”, ya sólo frecuentado por sus mayores enemigos: el tiempo y la especulación. En diagonal a él, la iglesia del pueblo. Un cruce de caminos donde a un lado espera dios y a otro el diablo. Recuerda, hipócrita cinéfilo, mi semejante, mi hermano, hay un tiempo para la destrucción y otro para la recuperación. Un tiempo donde confluyen lo antiguo y lo nuevo, que está ahí, a la vuelta de la esquina”.

Son ya muchos años para terminar todos bailando al son de una moción. No os puedo premiar la vagancia de no mover ni un dedo para recuperar la esquina de los sueños. Casi al mismo tiempo que se cerraba el cine hubo una modificación de Normas Subsidiarias para adecuar la finca de las carmelitas a la construcción de viviendas. Hubo muchas manifestaciones, acciones de protesta, por parte de Entorno Escorial, Ecologistas en Acción, Abantos sin Hormigón, Colectivo-Rousseau, alegaciones en un pleno… Ahora veo un gran cartelón para hacer una promoción. Tiro de archivo y veo una carta de un antiguo alumno que publicó entonces en un medio comarcal: “¿Qué se esconde entonces detrás de todo esto? ¿Tienen algo que ver los más de 3 millones que el Ayuntamiento piensa recaudar, vía IBI, como consecuencia de las recalificaciones?”. Hoy se da por finalizado el proyecto del PP. Lo dicho, esculpir el tiempo a martillazos.

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