Dos novilladas y concurso de recortes, este fin de semana en las fiestas de Collado Villalba

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El miércoles, festividad de Santiago Apóstol, empezó la feria taurina de Collado Villalba, que este año se compone de tres novilladas sin picar y un concurso de recortes, además de los tradicionales encierros. En este primer festejo, con una floja entrada en la plaza portátil instalada en La Malvaloca, hicieron el paseíllo Alejandro Rodríguez, (Escuela Taurina “Yiyo” de Madrid), Isaac Fonseca, (Escuela Miguel Cancela de Colmenar Viejo) y Álvaro Sánchez (Escuela Taurina de Guadalajara). Este viernes sí ha habido más público en el encierro de los erales de “Dehesa del Guadarrama”, propiedad del polifacético Felipe Garrigues, que esta tarde serán lidiados por Cristóbal Ramos “Parrita” (Fundación “El Juli” de Arganda del Rey), que reaparece después de su percance en Sevilla; Borja Ximelis (Escuela Taurina “Yiyo” de Madrid) y Álvaro Alarcón (Escuela Taurina de Toledo).

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El sábado 28 habrá un paréntesis a las novilladas para programarse un concurso de recortes, mientras que el domingo 29 se cerrará el ciclo con los erales de “El Estoque” (propiedad de Familia Quintas) para Jorge Molina (Fundación “El Juli” de Arganda del Rey); Álvaro Burdiel (Escuela “Yiyo” de Madrid) y José Pirela (Escuela “Miguel Cancela” de Colmenar Viejo). Los festejos taurinos darán comienzo a las 19:30 horas.
En cuanto a los encierros, se vuelven a celebrar por un trazado urbano hasta la plaza de toros portátil instalada en la finca “Malvaloca”, con posterior suelta de reses para los aficionados.

Memorial Rafael y Julio Atienza, memoria viva del toreo en Villalba

Hablar de espectáculos taurinos en Collado Villalba es hablar de gente del toro, de profesionales que perdieron su vida por perseguir el sueño de torear, ya fuera en el ruedo o por el fatídico “toro” del asfalto de la carretera, como ocurrió con el picador Rafael Atienza en 1994 -que formó parte de la cuadrilla de diestros como Julio Aparicio, Luis Miguel Dominguín, José Mari Manzanares o Curro Romero, entre otros-, y años más tarde con su hijo, Julio Atienza Berrocal, fallecido en junio de 2001 cuando regresaba a Madrid desde Alicante, donde había actuado a las órdenes del entonces novillero César Jiménez. De hecho, hablar de toros y de Collado Villalba es recordar a la familia Atienza. A gente buena y grande, como el también varilarguero Miguel Atienza. Por ello, durante la presentación de estas combinaciones, se concedieron los premios Rafael y Julio Atienza para salvaguardar el eterno recuerdo a dos ilustres del municipio que se fueron por su profesión. El recordado Memorial fue en esta ocasión para el novillero Álvaro Alarcón (escuela Taurina de Toledo), triunfador en la pasada edición de la feria de San Antonio de Padua.
Sirvan estas breves líneas para recordar que Villalba es un municipio con una gran tradición taurina, no sólo por su afición, sino también por figuras destacadas en el mundo de los toros.

Alfredo Fernández

 

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