La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos envía a Felipe VI, el Gobierno de España y 500 personalidades un libro sobre los presos que trabajaron en la obra

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La Asociación para la Defensa del Valle de los Caídos (ADVC) ha puesto en marcha una campaña de información «para dar a conocer la realidad histórica, arquitectónica y monumental del Valle de los Caídos». Para ello, ha distribuido un ejemplar del libro “Los presos del Valle de los Caídos”, del catedrático en historia moderna Alberto Bárcena (Ed. San Román) a cerca de 500 personalidades «cuya actividad profesional les puede conllevar la necesidad de tener información fiable, documentada y precisa sobre este monumento».

El libro del catedrático Bárcena, asegura esta asociación, «es probablemente la obra más documentada y sólida de las que existen sobre el Valle de los Caídos, y en ella se abordan cuestiones como los presos que trabajaron en la obra, el número de fallecidos, la finalidad del monumento y numerosos temas más que se están tratando estos días en los medios de comunicación».

El libro se ha hecho llegar al Rey Felipe VI y al Gobierno de España, así como a distintos medios de comunicación nacionales y extranjeros, así como a embajadas de países de la Unión Europea, el nuncio del Papa en España, la Secretaría General de la ONU, la Conferencia Episcopal Española, los Juzgados de San Lorenzo de El Escorial, magistrados de la Audiencia Nacional, jueces del Tribunal Supremo, miembros del Consejo General del Poder Judicial, pleno del Ayuntamiento de San Lorenzo, Comisión Permanente de la Asamblea de Madrid, Comisión Permanente del Senado y la Comisión Permanente del Congreso.

En la carta que acompaña al envío de estos libros, la ADVC afirma que la Ley de Memoria Histórica tiene como objetivo «destruir el Valle de los Caídos y su cruz, verdadero monumento a la reconciliación entre españoles». Esta obra, añade la asociación, «desmonta todas las mentiras, medias verdades y falsificaciones de lo que es y  significa dicho monumento, difundidas durante décadas por los enemigos de la verdad». «A partir de ahora el receptor de este libro ya no podrá decir que la desconoce y, caso de mantener alguna afirmación en contra de la misma, o apoyar de cualquier manera a los que la propaguen, deberá acreditarse con información y documentación que pueda refutar la que alimenta este libro», afirman.

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