«Andreia» (columna de opinión de Félix Alonso)

En el libro del filósofo catalán Víctor Gómez Pin se sitúa la “andreia”, que en griego querría decir más o menos “hombría”, como el centro de la tauromaquia, hasta el punto de ser ésta una exigencia ética. He conocido a través de las redes sociales la convocatoria de una manifestación en contra de la corrida de San Lorenzo, poniendo como excusa el gasto de dinero público que llevaría consigo la posible celebración de dicho acto cultural. Sí, bien digo: una simbología llena de grandes verdades, que Faulkner nombraba en su discurso de recepción del Premio Nobel como la preocupación primordial del arte: el valor, el sacrificio, la honradez, el éxito y el fracaso individuales. Los toros, a pesar de su universalidad y su calado, creo que son ya (como decía el autor de la “Geometría y el ensueño”) y serán en el futuro, un espectáculo minoritario, como lo son la ópera, el teatro y la danza, por más que esa minoría sea enorme.

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A los convocantes a la concentración en la plaza de la Constitución el día 19  les falta «andreia» para pedir directamente la prohibición del festejo taurino. No quieren prohibir los que se autodenominan herederos del “prohibido prohibir”, por lo que utilizan la falacia del dinero público: ¡Con mis impuestos no! Pues bien, a los convocantes que no han sabido responder a la pregunta de «¿cuánto dinero se gasta?», les debo dar una lección de pedagogía de la mano del economista Juan Medina, militante de Greenpeace, ajeno al entramado taurino, que recoge todo su trabajo en Tauronomics, la respuesta de 134 páginas a la falacia, sostenida por el ruidoso movimiento antitaurino, de que los toros son un espectáculo decadente y subvencionado. Los toros, dice Medina, es la actividad cultural que más aporta a la Administración: 56 millones sólo en cotizaciones sociales e IVA, y recibe la mitad, algo inaudito. «La Tauromaquia subvenciona al Estado y el argumento que ha calado en la sociedad es el contrario». Utilizando métodos keynesianos, ha logrado reunir los datos suficientes para que, a través del «método multiplicador», se pueda hallar de qué manera influye una corrida de toros en la economía local. «No he inventado nada. Averiguar el impacto es algo que se ha hecho desde siempre en otras disciplinas», dice el economista. En definitiva, es la tauromaquia la que subvenciona al estado y no al revés. En Madrid, la Comunidad recibe más o menos 2 millones de euros en concepto de canon.

Joaquín Moeckel dijo en Barcelona que la ley que prohibía los toros en Cataluña era contraria a la Constitución porque el Parlament tiene competencias para legislar en materia taurina, pero nunca abolir. Ahora, por una sentencia del TSJ, la Generalidad tiene que abonar un millón de euros al empresario Balañá; eso sí que es subvencionar por la incompetencia de algunos políticos que no se han leído nada sobre reglamentaciones y sólo fueron a lo fácil.

Termino ésta breve reseña recomendando a los amigos del PSOE la lectura del libro sobre los toros que tiene editado el marxista profesor Tierno Galván.

Félix Alonso, San Lorenzo de El Escorial

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