Un grupo de biólogos descubre 15 nuevas especies de invertebrados en la Sierra de Guadarrama

Un equipo de científicos ha descubierto más de 75.000 colémbolos de 59 especies distintas en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. De ellas, 15 son nuevas para la ciencia, ya que no habían sido descritas en ningún otro lugar del planeta. Los colémbolos son pequeños invertebrados que poseen ciclos reproductivos muy cortos — de cerca de 10 días — y respiran a través de la piel. Por este último motivo, son muy sensibles a cualquier cambio en el medio que les rodea y, según los expertos, podrían utilizarse como un bioindicador de la situación ambiental en entornos como los parques naturales, según ha publicado El País. Estos animales, que surgieron hace 400 millones de años, son los antecesores de los insectos, son hexápodos y miden menos de cinco milímetros.

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Un equipo de científicos ha descubierto más de 75.000 colémbolos de 59 especies distintas en el Parque Nacional de la Sierra de Guadarrama. De ellas, 15 son nuevas para la ciencia, ya que no habían sido descritas en ningún otro lugar del planeta. Los colémbolos son pequeños invertebrados que poseen ciclos reproductivos muy cortos — de cerca de 10 días — y respiran a través de la piel. Por este último motivo, son muy sensibles a cualquier cambio en el medio que les rodea y, según los expertos, podrían utilizarse como un bioindicador de la situación ambiental en entornos como los parques naturales, según ha publicado El País.

Estos animales, que surgieron hace 400 millones de años, son los antecesores de los insectos, son hexápodos y miden menos de cinco milímetros. Los colémbolos son pequeños invertebrados (artrópodos) que poseen ciclos reproductivos muy cortos y su forma de respiración es a través de la piel, “de ahí que sean muy sensibles a cualquier cambio en el medio que les rodea. A través de su estudio podemos saber, con relativa rapidez, cómo afectan las alteraciones provocadas por el cambio climático, el aumento de las temperaturas o la reducción de las precipitaciones”, subraya Baquero, director del Máster en Biodiversidad, Paisajes y Gestión Sostenible del centro académico en la publicación Navarrainformacion.es

Para realizar esta investigación, cuyos datos sobre colémbolos se han publicado en la revista científica PLOS ONE, se instalaron en este paraje -en concreto, en los canchales o acumulaciones de rocas en laderas de montaña- 33 estaciones de muestreo subterráneo a un metro de profundidad, con el objetivo de recoger en ellas a los invertebrados que habitan en los huecos que quedan entre las rocas. En total, en los dos años que duró el estudio se recolectaron 157 000 ejemplares, de los cuales el 48% eran colémbolos y el resto pertenecían a otros grupos de artrópodos, como arácnidos, miriápodos (milpiés, ciempiés), crustáceos (cochinillas de humedad) e insectos (moscas, escarabajos, hormigas, grillos, etc.).

 

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