“Con la ‘Mini’ hemos conseguido incorporar a bastante participación femenina, algo impensable en la Tragamillas”

José Luis Sanz es uno de los atletas populares que puede decir que ha corrido todas las ediciones de la Tragamillas, desde el debut de 2007, cuando apenas habían pasado unos meses desde que decidiera orientar su vida a la práctica regular del deporte. Desde entonces, este villalbino de 45 años, convertido en  runner más allá de la treintena, es uno de los ejemplos de la influencia que ha tenido la genuina carrera villalbina en los hábitos de vida de muchos serranos. También, un interlocutor de categoría para analizar la evolución de la Tragamillas y el boom del atletismo popular, desde su privilegiada visión como miembro de la organización del CD El Castillo. 

José Luis, tú si puedes decir que has corrido todas las Tragamillas…

Sí, y si Dios quiere, ésta será la número 12, todas las que se han hecho.

¿Desde cuándo llevas con el gusanillo del atletismo popular? ¿Nació con la Tragamillas, o antes?

Me entró un año antes. Era el típico que me había apuntado al gimnasio, por aquello de deporte-salud y entretenimiento. Empecé a entrenar con un poco más de intensidad y sólo me faltaba ese puntito de ir a una carrera. Me decían de ir a una, pero yo no me decidía y les decía que adónde voy a ir, que voy a quedar el último, que con mi nivel iba a hacer el ridículo. Un día se me cruzaron los cables y me apunté en un mismo día a dos medias maratones, saliendo a entrenar sobre 10 ó 12 kilómetros.

Tú no eres profesional de esto, ¿cómo se lleva eso de salir a entrenar antes o después de trabajar ocho horas fuera de Villalba? ¿Eso se consigue por uno mismo, o tira alguien de uno?

Va todo por épocas. Cuando hace mal tiempo, la pereza llama a la puerta continuamente y cuesta más. Como no te plantees un objetivo, hacer tal carrera, no te pica el gusanillo tanto. Pero hay otra gente que corre por quitarse estrés, por el sobrepeso… Cada uno tiene sus motivaciones. Lo importante es conseguir tener siempre una motivación, sea superarse a sí mismo o lo que sea, tener un objetivo que sea más o menos realizable.

No es tu caso, pero ¿has visto a gente que, teniendo malos hábitos, con vidas totalmente ajenas al Deporte, han pegado un giro para bien a su vida gracias a la Tragamillas?

No sé si en la Tragamillas, pero a nivel de atletismo popular en general, sí. Conozco casos de gente que empezaba a tener serios problemas de salud, y encontraron la tecla que les activó, empezaron a correr poco a poco y, ahora, han perdido 15 ó 20 kilos y van a más. Cada uno tiene su motivación. El tema es encontrarla, y cuando lo haces te das cuenta de que no sólo tienes los beneficios que hemos mencionado, sino muchos más.

Hablemos de la Tragamillas. Este año debuta la ‘Mini’ para acompañar a la media maratón. Llama la atención que la historia de la prueba empezara por la distancia más larga. Mirando en perspectiva, ¿no hubiera sido mejor empezar por la distancia corta para hacer los que ahora se pretende, captar más atletas y participación femenina?

Curiosamente, y por lo que tengo entendido, la Tragamillas iba a ser un duatlón en sus inicios. En el momento en que surgió, la media maratón era la distancia de moda. Ahora, como no representa tanto reto para algunos, aunque para otros todavía sí, y hay otras cosas como las carreras de trail, quizá la media maratón ya no es la distancia estrella. Entonces, teníamos las Tres Leguas y más carreras alrededor en torno a la distancia de diez kilómetros o algo más, pero medias maratones había muy pocas en Madrid, y concentradas antes de la Maratón de Madrid.

¿Cómo está viviendo la organización del CD El Castillo la gran competencia de carreras que ha provocado el descenso de la participación y en qué medidas trabaja para frenarlo, aparte de la creación de la ‘Mini’?

Es una dinámica que se lleva viendo desde hace años y que no sólo afecta a la Tragamillas. Carreras muy asentadas lo llevan tiempo notando. Creo que en el caso de la Tragamillas confluyen varias cosas. En un primer momento, atraía porque se corría en un ambiente de naturaleza. En el momento en que salieron no menos de 20 carreras de montaña en la comarca, evidentemente el corredor se sintió atraído por ellas. Teníamos mucha participación de ese tipo de atleta. Y por otro lado, había muchos corredores que venían de Madrid, que ahora tienen muchas carreras y más cerca, y la crisis también les afecta. La Tragamillas no ha subido los precios, pero como otras carreras que suponen un atractivo para el atleta sí lo hacen, si uno tiene un presupuesto hecho para ellas, se tienen que quitar de otras. Por ejemplo, el otro día vi que la Media Maratón de Granollers había bajado un 50% en cuatro años, una carrera con más de 10.000 corredores. Y ya se nota hasta en los maratones.

En este contexto, ¿estáis contentos de cómo siguen respondiendo los clubes serranos, que históricamente se han volcado?

Sí, ahí seguimos defendiéndonos, más o menos, aunque por ejemplo este año, clubes importantes, como el de Guadarrama, tienen atletas que se han fijado objetivos en campeonatos europeos o nacionales de veteranos; o el Running Sierra, de aquí de Villalba, que como club de trail va a hacer carreras de montaña. Pero no es la parte que más nos afecta.

¿Qué se palpa en el ambiente sobre cómo ha calado la Minitragamillas?

Estamos bastante satisfechos, en el sentido de que hemos conseguido incorporar a bastante participación femenina, rozamos el 40%, cosa que en la Tragamillas es bastante impensable. Esto va a provocar un efecto dominó. Estoy yendo a los entrenamientos que organiza la tienda Twinner Run and Run, y veo que se suman más chicas y de más nivel, que además se motivan entre ellas. A algunas les da mucho miedo, pero lo cierto es que la que va y prueba, vuelve. Y con la Tragamillas creo que pasará lo mismo.

Y  este año, ¿vas engancharte a la novedosa ‘Mini’, o vas a por tu 12ª Tragamillas?

De momento, sigo fiel a los 21 kilómetros. La he hecho todos los años y, mientras el cuerpo aguante, mi intención es seguir con la Media. Si el día de mañana hay bajar de distancia, pues bajaré.

Jaime Fresno