Servicios Sociales de Galapagar estrena su nueva sede, con unas instalaciones más cómodas, modernas y accesibles

Desde este lunes, 15 de enero, Servicios Sociales atenderá a los vecinos de Galapagar en unas nuevas dependencias, ubicadas en la calle Guadarrama, número 129 (antigua sede de la Escuela Municipal de Idiomas), tras concluir los trabajos de remodelación que se iniciaron en septiembre, con una inversión de 48.000 euros, cantidad a la que hay que añadir otros 15.000 para la renovación de los equipos informáticos.

Esta nueva nueva sede cuenta con 170 metros cuadrados, en un espacio diáfano, pero que también dispone de cuatro salas para atender individualmente y de forma confidencial a los usuarios, además de un despacho para la coordinadora del área, una sala de reuniones y la zona de espera. Se ha prestado especial atención a la distribución de las zonas de trabajo, así como a la luminosidad y ventilación de los espacios, indican desde el Ayuntamiento.

Las nuevas instalaciones, señalan fuentes municipales, han sido completamente remodeladas, dando prioridad no solo a la accesibilidad de los usuarios, sino también a la modernización de los suministros, como en el caso del cableado, para lograr una mayor agilidad en el servicio que se presta.

El alcalde, Daniel Pérez Muñoz, que inauguró esta sede acompañado por varios concejales del equipo de Gobierno, recordó que se decidió trasladar las dependencias de Servicios Sociales (hasta ahora situadas en la segunda planta de un antiguo edificio de la plaza del Caño) para “ofrecer un mejor servicio a los vecinos y mejorar la situación de los propios trabajadores”.

“Ahora contamos con unas dependencias completamente diáfanas y accesibles, sin barreras arquitectónicas. Son unas instalaciones más modernas, cómodas, mejores desde el punto de vista de las comunicaciones y a las que también es más fácil acudir porque hay una gran zona de aparcamiento”, subrayó el regidor.

Los Servicios Sociales de Galapagar atienden mensualmente a unas 200 familias de media, ofreciendo atención a las personas con falta de autonomía, además de otorgar ayudas económicas de emergencia social y desarrollar labores de formación, búsqueda de empleo y asesoramiento a familias con dificultades de integración social. “Creo que se está haciendo una buena labor, y ojalá se utilizase cada vez menos, porque eso significaría que la gente tiene trabajo y no presenta problemas que ahora es necesario atender”, concluyó Pérez Muñoz.