Varios artistas contemporáneos toman las calles y plazas de San Lorenzo de El Escorial el próximo fin de semana

Con motivo de su vigésimo tercer aniversario, la galería madrileña Max Estrella en colaboración con el Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial ha invitado a reconocidos artistas contemporáneos a intervenir en plazas, jardines y patios con obras específicamente creadas para la ocasión durante los días 1, 2 y 3 de julio, en la muestra titulada “San Lorenzo de El Escorial para los artistas”.

Todos ellos han visitado San Lorenzo para elegir emblemáticos lugares en los que intervenir y, con la colaboración del Ayuntamiento, instalar sus obras contemporáneas en un entorno tradicionalmente conocido por sus iconos del arte más clásico.

Con esta iniciativa, Max Estrella abre una línea de actuaciones al margen de la sala de la galería madrileña, para las que es fundamental el apoyo de las instituciones.

Eugenio Ampudia

Los artistas de Max Estrella elegidos para esta cita ya se han enfrentado en otras ocasiones a proyectos de esta envergadura. A lo largo de los últimos años, unos y otros han sido invitados a intervenir en icónicos monumentos, reconocidas plazas y espacios públicos de ciudades de todo el mundo. Eugenio Ampudia contó con la participación ciudadana para «Evacuad Madrid», una obra que se llevó a cabo durante una noche en la Puerta de Alcalá. La obra de Almudena Lobera «Un espectáculo para la vista» en la playa de Benicassim formó parte del festival de música y posteriormente estuvo en Miami Beach. Marlon de Azambuja ha destacado el potencial escultórico del mobiliario urbano de muchas ciudades del mundo y Bernardí Roig iluminó recientemente la sala capitular de la Catedral de Canterbury.

ARTISTAS Y LUGAR DE SUS INTERVENCIONES

EUGENIO AMPUDIA (Melgar, Valladolid, 1958) 

“Yo sé que os habéis posado sobre el juguete encantado, sobre el librote cerrado, sobre la carta de amor, sobre los párpados yertos de los muertos”. Antonio Machado se dirigía así a las moscas en un poema que sirvió como inspiración a Eugenio Ampudia para su obra, Plaga. Con un amplio recorrido expositivo que incluye presentaciones frecuentes en el ámbito internacional, el trabajo de Ampudia se ha dedicado a cuestionar las relaciones históricas existentes entre arte y poder. Indaga, con sus obras, el control que se ejerce sobre el espacio público y franquea los límites establecidos. Acciones como Quemar los libros de las bibliotecas del Museo Reina Sofía en Madrid (2004), la National Library en Singapur (2006) y el NC Arte de Bogotá (2016) o pernoctar en las salas del Museo del Prado o en el Pabellón en el que se celebra ARCO (2013) mientras se encuentra vacío son algunos de sus proyectos más recientes.

Para esta ocasión, centenares de moscas invaden la fachada del Real Coliseo Carlos III. “Vosotras, las familiares, inevitables golosas, vosotras, moscas vulgares, me evocáis todas las cosas”. Vulgares moscas elaboradas con antiguas tarjetas de invitación a exposiciones son las encargadas de tomar el espacio público, contaminándolo con símbolos de la historia del arte y la cultura. Sumándose a un icono cultural como lo es el teatro, las moscas evocan al arte contenido en las invitaciones con las que están creadas, resignificando y sacralizando el lugar sobre el que se posan.

San Lorenzo de El Escorial para los artistas plano y obras

Eugenio Ampudia ha presentado su obra, entre otros, en el Museo de Arte Carrillo Gil, Méjico D.F (2016); Matadero, Madrid (2015); el MAC de A Coruña (2015); MACRO, Museo de Arte Contemporáneo de Rosario, Argentina (2008); o el Centro-Museo Vasco de Arte Contemporáneo, ARTIUM, Vitoria-Gasteiz (2006). Además ha participado en importantes muestras internacionales como la Bienal de la Habana (2009) y la Bienal de Singapur (2006).

MARLON DE AZAMBUJA (Sto Antônio da Patrulha,Brasil, 1978) 

La obra de Marlon de Azambuja gravita en torno a las concepciones y relaciones que establecemos con la ciudad, la arquitectura y el mundo del arte. Una amplia franja de recursos como la fotografía, el vídeo, la escultura y el dibujo y por otra parte materiales cotidianos como la cinta adhesiva, velas, hilo de lana, cartón o porexpan, nos previenen sobre los modos de vida y comportamiento que se nos imponen desde los estudios de arquitectura, los ayuntamientos y los planes urbanísticos que gestionan los espacios públicos. Ante este ejercicio de poder, Azambuja utiliza la ciudad y sus espacios como inspiración y punto de partida realizando acciones y gestos sobre ella.

Sus series, muchas en constante progreso, son el resultado de elaborados métodos de producción en los que a menudo parte de objetos o formas ya existentes para intervenir sobre ellas. Para esta ocasión, con su obra, Potencial escultórico -que también dio título a una instalación específica en Matadero (2012)-, el mobiliario urbano de San Lorenzo de El Escorial se envuelve con cinta adhesiva de colores inutilizándolo, pero destacando sus volúmenes y contornos. 

ALMUDENA LOBERA (Madrid, 1984) 

En años recientes, Almudena Lobera se ha dedicado a mostrar modelos alternativos para la configuración de lo visible, profundizando en la noción de que la imagen no es siempre visible o accesible en la naturaleza. Explora la naturaleza de la imagen, sus variadas capas, la percepción de lo (no) representado, el cuestionamiento de la ‘obra de arte’ como dispositivo y la relación del trabajo con el espacio y con el espectador. Su obra busca conectar con el legado del pasado y la influencia de autores clásicos y renacentistas con un presente instantáneo y continuo que explora las cualidades efímera y virtual de nuestra era.

«Un espectáculo para la vista (2ª parte)» es la intervención de la artista en el auditorio de la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial. La instalación acota, enmarca y convierte en “acontecimiento” una realidad cotidiana del verano en la costa, planteando una reflexión sobre nuestro ser y estar (“basta que otro me mire para que yo sea lo que soy”), sobre los modos de mirar, sobre la interrelación de nuestros cuerpos en el espacio y de la exposición veraniega de éstos, no sólo al sol sino también a la vista de “los otros”.

Almudena Lobera es graduada en Bellas Artes y tiene un Máster en Arte, Creación e Investigación de la Universidad Complutense de Madrid. Estudió en Udk Berlin. Ha realizado residencias artísticas en UCL Slade, Londres (2010); FAAP São Paulo (2011); Casa de Velázquez-Academy of France in Madrid (2013); Foundation B.a.d. Roterdam (2013); Real Academia de España en Roma (2014-2015); Les Récollets, Paris (2015) y HISK, High Institute for Fine Arts en Gantes (2015-16).

Su obra se ha mostrado en el CCI Fabrika de Moscú (2015); Bronx Museum of the Arts, Nueva York (2014); Fabra i Coats, Barcelona (2012); Mole Vanvitelliana, Ancona, Italia (2012); Tabacalera, Madrid (2011); Museo ABC – ARCO Madrid (2013); entre otros.

NICO MUNUERA (Lorca, 1974) 

Nico Munuera propone un trabajo que se construye desde una mirada lenta y una mirada fluida. Lejos de ser una afirmación caprichosa, y aún reconociendo su apariencia contradictoria, esta paradoja se justifica si asumimos que en su pintura la imagen nunca parece mostrarse al completo. Como si únicamente accediésemos a una parte de su proceso de revelado, ante sus pinturas sentimos una suerte de seducción abismal, una atracción indefinida.

Es, precisamente, en la dificultad de concreción de la imagen donde brota su poética, algo de lo que dan muestra las obras presentadas en esta ocasión –que son un avance de su exposición individual en el IVAM de Valencia este otoño. Por un lado, los soportales del Santuario de Nuestra Señora de Gracia cobijan distintas pinturas pertenecientes a la serie Boneless, (“representaciones sin hueso” es decir, sin los contornos delimitados). Estos lienzos permiten explorar las características propias de la fisicidad de la pintura, invitándonos a descubrir el color como naturaleza misma. En este caso, intuimos un mar de fondo, el agua, como la pintura de Nico Munuera, es una presencia misteriosa que no nos permite adivinar qué miramos, nos hace dudar. Como quien busca la experiencia del espectador en sí misma, sensación que en estas pinturas se impone a la propia imagen.

Además, en la sala de exposiciones de la Casa de Cultura se podrán admirar las pinturas de la serie «Ross Island», que se inspira de las primeras expediciones al Polo Sur y todavía hoy centro neurálgico para las investigaciones en la Antártida. Estos lienzos nos muestran otras maneras de relacionarse con la imagen en la pintura de Munuera. El uso del color nos habla de su necesidad de buscar nuevos caminos, apareciendo desde abajo, como agrietando el hielo y empujando la nieve para escapar de la opresión de su pesada masa. Se mantiene sin embargo la visión abstracta de una pintura en la que subyace la idea del paisaje y, por encima de todo, la propia pintura y su disfrute, su misma aventura.

La obra de Nico Munuera forma parte de prestigiosas colecciones como las del Ministerio de Cultura, Comunidad de Madrid, Comunidad de Murcia, Fundación La Caixa, Caja de Ahorros del Mediterráneo, Fundación Coca Cola, Cajamadrid, AENA, Cajasol, Banco Sabadell, Banco de España, Fundación Cajamurcia, Fundación Barrié de la Maza, Fundación Chirivella Soriano, Helga de Alvear, Patio Herreriano, la Colección Foster-Ochoa o la Colección DKV, entre otras.

AITOR ORTIZ (Bilbao, 1971) 

El trabajo de Aitor Ortiz se interesa por el espacio arquitectónico, no como una representación real sino como ámbito de trabajo para la reflexión sobre el espacio y el proyecto constructivo. Se apropia de sus formas y elementos que los conforman para representar juegos ilusorios. Busca que el espectador tenga una experiencia física e intérprete a la obra desde su percepción visual.

El trabajo presentado en la sala Floridablanca de la Casa de Cultura de San Lorenzo de El Escorial forma parte del proyecto fotográfico «Muros de luz», que aborda el problema del muro y su inestabilidad visual, así como su posición fluctuante entre avance y retroceso. Una basculación cuyo origen es sólo formal, pero que tiene que ver con nuestra vivencia más íntima del espacio.

Una enorme masa de piedra es horadada para negar su impenetrabilidad y para construir un hueco habitable y luminoso: son las imágenes que corresponden a Muros de luz, cuyo material de base se está registrando en una cantera. Un corte tajante secciona la piedra para habilitar un espacio. Sobre el muro imponente de piedra se abre un espacio de intimidad, una suave luz que ilumina el interior y se proyecta sobre el exterior como invitación al refugio: un hueco iluminado. Confrontadas con el muro que las sostiene en el momento de ser expuestas, inician un segundo proceso de excavación, una ampliación del espacio y una apertura hacia la luz exterior. Muros de luz aborda la idea de desocupación para subrayar la construcción de un espacio mental, un lugar de coordenadas inexistentes, pero que toman cuerpo ante nuestros ojos. En general, el proyecto se orienta a producir realidades inmateriales, pero que la mente es capaz de construir. Se interroga sobre la posibilidad de una arquitectura inexistente, un lugar de roce entre el espacio físico y la construcción mental.

Aitor Ortiz ha realizado numerosas exposiciones fotográficas individuales y colectivas en importantes museos de Europa, América y Asia. Su reconocimiento quedó validado en 2011 a nivel internacional con la edición de una gran monografía del artista (Editorial Hatje Cantz).

PATIO ACCESO SALA INTERIOR 4 copia

BERNARDÍ ROIG (Palma de Mallorca, 1965) 

La práctica artística de Bernardí Roig se refiere a una sociedad atrapada en una era caracterizada por la falta de memoria histórica e identidad. A través de la pintura, las instalaciones, el vídeo, la apropiación fílmica o incluso la deriva ensayística (como puede apreciarse en su recopilación de «monólogos» en el libro Binissalem) se concentra en los conflictos que surgen por la ausencia de comunicación entre nosotros. En un mundo tomado por los mass-media, los individuos de Roig han perdido la habilidad para distinguir entre la verdad y la ficción y así entre lo que realmente importa y lo trivial.

La escultura de tamaño natural Último sueño, sentada en el patio central de la Casa de la Cultura, es la intervención elegida por Bernardí Roig para presentar esta ocasión en San Lorenzo de El Escorial. Este trabajo se refiere a la tesis de Wittgenstein sobre los límites del lenguaje. De esta manera Roig afirma que sólo los sueños, con su capacidad de ir más allá de los límites del mundo real, nos permiten liberarnos de lo enjaulado del pensamiento: en los sueños toda lógica falla y, junto con ello, cualquier representación lógica del mundo.

LUIS ÚRCULO (Madrid, 1978) 

La práctica de Luis Úrculo tiene como puntos de partida la antropología, la arqueología y la criminología, así como referencias de fenomenología para crear líneas de investigación sobre la idea de la reconstrucción de líneas de tiempo, materialidades dudosas, descripciones imprecisas e interpretaciones de la realidad. La ficción y la representación de diversas geografías domésticas también han sido bases para las investigaciones.

Durante tres días en la Plaza Jacinto Benavente de San Lorenzo de El Escorial, la estatua de Crispín, personaje de la obra de teatro Los intereses creados del mismo autor que da nombre a la plaza donde se sitúa, se esconderá bajo una tela impresa con la imagen distorsionada del propio Crispín. La imposibilidad de ver la estatua dará lugar a la construcción de una nueva imagen con otros significados. 

Su obra ha sido expuesta en el Metropolitan Museum of Art de Nueva York; Instituto de Arte de Chicago; MAXXI Roma; MAC Museo de Arte Contemporáneo de Santiago, Chile; Tokyo Wonder Site; Storefont for Art & Architecture, Nueva York; XI Bienal de Venecia, Pabellón de España; Trienal de Lisboa; La Casa Encendida, Madrid; Centro Pecci, Prato; Matadero, Madrid; Bienal de Montevideo; Centro Cultural Estación Mapocho, Chile, Bienal Iberoamericana de Medellín.

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