El ganadero galapagueño Victorino Martín, galardonado con el Premio Nacional de Tauromaquia

El ganadero de Galapagar Victorino Martín ha sido galardonado con el Premio Nacional de Tauromaquia, que concede el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, por la «excepcional temporada desarrollada y por su incomparable trayectoria» a lo largo de más de medio siglo dedicado a la cría y selección del toro bravo. Este reconocimiento se suma a la Medalla de las Bellas Artes, que el conocido en sus inicios como «El Paleto de Galapagar» recibió en 2014.
 
El jurado, presidido por José Canal, subsecretario de Educación, Cultura y Deporte, destacó que la concesión de este galardón representa en definitiva un premio al conjunto de ganaderos de reses bravas de España.

El Premio Nacional de Tauromaquia, concedido por el Ministerio de Educación, Cultura y Deporte y dotado con 30.000 euros, está destinado a reconocer la labor meritoria de una persona, entidad o institución durante la temporada española de 2016 en el ejercicio de las diferentes actividades y manifestaciones de la Tauromaquia.

El nombre de Victorino Martín Andrés (Galapagar, 1929), cuyas reses han protagonizado una gran temporada, con tres de sus toros indultados en Sevilla, Calasparra (Murcia) e Illescas (Toledo) -además de otros cinco ejemplares premiados con la vuelta al ruedo-, está unido a valores como «la emoción, la bravura o la protección del valiosísimo patrimonio ecológico que encierra la Tauromaquia», según recoge la nota del jurado.

 

«Éste es también un galardón al toro y a todos los ganaderos de reses bravas que, con su trabajo, están logrando la conservación de un animal único y genéticamente maravilloso», indicó Victorino Martín hijo en referencia a este premio, que llega ahora, en 2016, justo cuando se han cumplido 50 años de la primera corrida lidiada a nombre de Victorino Martín: el 29 de septiembre de 1966 en Calasparra (Murcia). Desde entonces, los toros de la A coronada han ido consagrándose año tras año hasta consolidarse en uno de los referentes más importantes de la cabaña de bravo actual, convirtiéndose en un referente «torista» admirado de manera extraordinaria por la exigente afición de la plaza de toros de Las Ventas, donde debutó como ganadero en 1969.

De hecho, en el coso venteño ha logrado hitos históricos como su salida a hombros por la Puerta Grande junto a la terna -Ruiz Miguel, Luis Francisco Esplá y José Luis Palomar- en la conocida como «corrida del siglo» del 1 de junio de 1982 o el indulto de «Belador», el 19 de julio de ese mismo año, el único toro al que se le ha perdonado la vida hasta hoy en Las Ventas.

En anteriores ediciones, este prestigioso premio, instituido en 2011 por la que fuera ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, recayó en el matador de toros Paco Ojeda (2013), el fotógrafo Francisco Cano ‘Canito’, fallecido el pasado mes de julio, y en la Escuela de Tauromaquia Marcial Lalanda de Madrid.

Una trayectoria única

 

Victorino Martín Andrés nació el 6 de marzo de 1929 en la casa paterna, el antiguo estanco de Galapagar, en la denominada como Plaza de la Maja y que desde hace unos años lleva el nombre del propio ganadero.  Su infancia transcurrió en el municipio atendiendo el estanco-bar y la lechería de la familia y, tras la Guerra Civil Española y con su padre fallecido, se hizo cargo de la casa con tan sólo 10 años de edad. En 1945, con 16 años se hizo cargo de la carnicería de su tío Mateo en Torrelodones y poco después abrió junto con sus hermanos dos carnicerías más en el mismo pueblo. Con parte del ganado morucho que compraron comenzaron a dar espectáculos, primero en Moralzarzal y después por los pueblos de las provincias de Madrid y las dos Castillas.  Los hermanos Martín se convirtieron en verdaderos especialistas en la organización de festejos populares, sustituyeron las vacas moruchas por vacas bravas de todo tipo de procedencias.

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Obligada era entonces su activa participación durante las fiestas patronales de Galapagar, en especial en lo relacionado con los espectáculos taurinos, de lo que queda constancia no sólo en documentos gráficos, sino en la memoria de numerosos vecinos.

En 1968 Victorino cuenta que se presentó en Madrid en el mes de agosto. La corrida encantó y D. Livinio -creador de la Feria de San Isidro- le compró las otras dos corridas que tenía. Pero Victorino puso la condición que las diese en días que no coincidiese con las fiestas de su pueblo. Será a finales de 1976 cuando los toros de la ganadería serían trasladados desde Galapagar, donde habían comenzado su andadura, a la finca Monteviejo, en Cáceres.

El Ayuntamiento se suma a las felicitaciones

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El Ayuntamiento de Galapagar, en nombre de toda la localidad, se ha sumado a este reconocimiento y a las felicitaciones a su hijo predilecto. “Es para Galapagar un gran orgullo contar con un vecino tan ilustre, que lleva a lo más alto el nombre de su pueblo y, además, supone siempre un firme apoyo y promoción de la cultura y el arte de España”. Para el regidor galapagueño, Daniel Pérez Muñoz,Victorino es un mito ganadero dentro del panorama taurino español y, no sólo se le conoce en España, sino también fuera de nuestras fronteras. Gracias a su dedicación y entrega al mundo del toro, hoy en día hablar de Victorino Martín es hablar de Galapagar, y no podemos más que estar enormemente agradecidos por ello”.

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