Jorge Greciano, presidente del CD Galapagar: “La meta desde el primer día es el ascenso a Preferente”

“El Chopo es el centro social de Galapagar”. La frase es de Jorge Greciano, el presidente del CD Galapagar, que la utiliza cada vez que se le pregunta por el incesante trasiego de deportistas por el campo de fútbol. Casi 700 jugadores, 38 equipos contando uno nuevo de fútbol sala, y dos en Primera Regional que marchan con tres puntos cada uno tras las dos primeras jornadas, en busca del objetivo final: que el equipo A vuelva a Preferente, donde hace dos años llegó a soñar con subir a Tercera División tras un duelo memorable con el CUC Villalba, y que el equipo B mantenga la categoría en el Grupo 4, donde ha tenido que ser ubicado atendiendo a la reglamentación para no coincidir con sus mayores, un caso insólito a este lado de la Sierra. El caldo de cultivo es el ideal para una entidad que prepara con salud su 50 Aniversario para 2019, que navega hacia sus bodas de oro con más de 400 socios y un Municipal de El Chopo que saludó la nueva temporada el pasado 18 de septiembre con lleno y un 5-0 al Recuerdo.

La derrota del pasado domingo ante el Academia Intersoccer, otro de los favoritos, no ha rebajado las expectativas sobre el equipo de Javier Arroyo, uno de los entrenadores que más se empaparon de la filosofía y los métodos de Paco Jémez en el Rayo Vallecano, y el hombre escogido para hacer que la maquinaria gualdinegra vuelva a máximos históricos. Jorge Greciano está convencido de que así será.
¿Cómo se ha organizado el Galapagar con dos equipos en Primera Regional?
Trabajando mucho en buscar a gente para poder completar las plantillas, y luego con mucha ilusión de la directiva en los dos equipos.
El potencial del equipo A está a la vista, pero ¿qué espera del Galapagar B en el Grupo 4?
Hemos intentado que con los jugadores que hemos recuperado de otras temporadas para el primer equipo no se debilite el segundo, de forma que puedan hacer una temporada acorde a la Primera Regional y mantener la categoría sin dificultad.

En cuanto al primer equipo, ¿el objetivo claro es el ascenso?
Por supuesto. Es una meta que nos hemos trazado desde el primer día.
¿Recuerda el ambiente y el equipo que hay al que fue campeón con David Muñoz?
Sí. El arranque fue espectacular. La ilusión y el ánimo con el que vienen a entrenar los chicos, y luego el refrendo del primer partido en casa, con la grada llena de gente y el 5-0, es un excelente punto de partida.
Hablemos de Javier Arroyo, el nuevo entrenador. ¿Cuál fue la razón de optar por él? ¿Quizá porque responde al perfil de técnico joven que siempre se ha buscado desde hace años en el Galapagar?
Desde que entramos en la directiva tuvimos claro el perfil que queríamos. Lo hemos intentado buscar y al final conseguimos a Javier, que cumple perfectamente con lo que queríamos.
¿Qué valoración hace el presidente del trabajo llevado a cabo el pasado curso por Fernando García con independencia del descenso?
Fue un trabajo fabuloso. Pero el problema fue que empezamos ya mal la pretemporada, con falta de gente, jugadores que abandonaron el club, sobre todo por tema de estudios…Nos vimos en un momento en que la plantilla se nos quedaba corta, vinieron lesiones de larga duración, como la de Vizcay o la de Juanito, que precipitaron la problemática que arrastramos durante la temporada. Luego se añadió la buena temporada del B. Preferimos no tocarlo porque estábamos convencidos de que iba a ascender. La dificultad estaba en la falta de jugadores en el A, pero no debilitamos al B, salvo en el caso de Tareq -máximo goleador del filial-.
Han regresado jugadores importantes como Nacho y Lucas, que se habían ido fuera de España, Quique Casado, que vuelve tras ascender a Tercera División con el Santa Ana…Da la sensación que, aparte de su calidad, son jugadores que conectan emocionalmente con la grada y que eso es un plus añadido…
Sí. Y aparte de ellos está pendiente de venir Rubio, que está fuera de España y creo que para octubre lo recuperamos. En el caso de Nacho, es muy importante para nosotros. Es el catalizador del juego, da mucha tranquilidad y sincroniza perfectamente con la grada y los compañeros.
¿Repetir aquella temporada codo con codo con el CUC Villalba para subir a Tercera División es un objetivo en el medio-largo plazo?
El objetivo es hacerlo a corto plazo. Me encantaría que en la Sierra volviéramos a tener dos equipos en Preferente.
Hablemos en clave institucional. ¿Este año salen más de 30 equipos federados del Galapagar?
Salimos con 34, más tres de chupetines y un equipo de fútbol sala. Al final son 38 en total.
Háblenos del nuevo director deportivo, Jorge Vázquez, y díganos si cambia algo tras la marcha de José María Escudero a la Concejalía de Deportes
Jorge es el coordinador y lleva todos estos años trabajando codo a codo con Escudero y José Andrés, que es el responsable de la Escuela. Tenían repartidas las tareas y Jorge Vázquez era un poco el comodín de los dos. Su trabajo es excelente.
El día del 5-0 al Recuerdo hubo un homenaje muy bonito a José María Escudero en El Chopo. ¿Qué ha significado su figura para el Galapagar?
Ha sido un referente en cuanto a la organización de lo que hoy es el club y la escuela. Él, José Andrés y Jorge Vázquez han cimentado lo que es hoy el Galapagar. Sin ellos la escuela no sería viable y ni existiría Han realizado un trabajo ímprobo y extraordinario.
En cuanto a la institución. ¿Qué salud tiene el Galapagar, y no me refiero sólo en clave económica, sino a nivel de arraigo en el pueblo y en masa social?
Creo que el club y las instalaciones son un referente para el pueblo de Galapagar. Si vienes un fin de semana te das cuenta de lo que significa, sobre todo para los más jóvenes.
El club además se involucra en más cosas, incluso en carreras como la San Silvestre…
La labor del club va más allá de lo deportivo. Intentamos hacer una labor social. Colaboramos con el Ayuntamiento en la San Silvestre, en septiembre hacemos la carrera nocturna, que ya está institucionalizada, en verano hacemos el torneo de fútbol 7 para los equipos sénior, en Navidad un campeonato para que compitan los chupetines y darles también esa oportunidad… Y luego también, en Navidad, sacamos una carroza en la Cabalgata de Reyes.
¿En cuántos socios se mueve actualmente el Galapagar?
Estamos en torno a 400 ó 420 socios. Es una cifra estable que normalmente se incrementa cada año.
Eso supongo que ayuda a cargar las pilas del presidente. ¿Cuánta cuerda tiene Jorge Greciano?
Ese dato ayuda mucho y te refrenda. Es una satisfacción ver la cantidad de gente que se mueve, socios, niños, familiares…Yo estaré aquí hasta que los socios quieran.

Javier Arroyo: “El Galapagar no tiene nada que envidiar a una cantera de fútbol profesional”

Javier Arroyo Perico, de 30 años y vecino de Las Rozas, es el entrenador elegido por el CD Galapagar para intentar el salto a Preferente. Joven y de métodos modernos, no sólo responde al perfil que ha venido siendo norma de la casa, desde que David Muñoz inició hace ya un lustro el que luego sería uno de los ciclos más exitosos del club de El Chopo, sino que lo hace avalado por un currículo que le ha llevado de abajo a arriba en la escalera del fútbol base, desde que empezó con sólo 17 años con un benjamín del Electrocor Las Rozas.
Desde entonces, acumula una década de experiencia en las canteras de Las Rozas, Madrid Oeste de Boadilla, CD Leganés y Rayo Vallecano, donde se quedó a las puertas de entrenar al Juvenil de División de Honor, tras firmar excelentes resultados formativos y de competición en tres equipos de la franja: el cadete A y los juveniles B y C. La salida de Paco Jémez, unida a los eternos problemas directivos de la entidad de Payaso Fofó, más la llegada de Míchel al primer equipo juvenil para ocupar el puesto al que aspiraba -y al que muchas personas del entorno rayista señalaban como su salida natural-, lo decidieron a aceptar el reto de dirigir en categoría sénior al Galapagar.

entrenador-galapagar-1-2Él dice que viene “a un sitio más humilde, sabemos a lo que venimos y lo que nos podemos encontrar, y nos han recibido con los brazos abiertos. El Galapagar no tiene nada que envidiar a las canteras profesionales. Me seduce entrenar al primer equipo de un pueblo con una tradición enorme y que tiene la grada llena”.
Exigente en los resultados
Javier Arroyo tiene fama de ser exigente en los resultados, quizá más de lo que suele ser habitual cuando un entrenador trabaja en el “período formativo”, como él define su labor con equipos de base, algo que cuadra con la meta que le han propuesto en las oficinas de El Chopo: “Competir y ganar cada domingo para conseguir la meta del ascenso”.
El nuevo técnico galapagueño alaba al grupo de futbolistas que se ha encontrado, “con un ambiente increíble, con gente que juega al fútbol porque quiere, porque de esto no va a vivir nadie, y se trabaja muy intenso”. Tal es así, que voces autorizadas como la del exdirector deportivo, José María Escudero, hablan de que el nuevo Galapagar “recuerda en intensidad al de David Muñoz, aunque quizá con algo más de toque de pelota, no tan directo”. El regreso de jugadores importantes de aquella etapa, como Nacho Martín, Quique Casado o Lucas, abunda en una comparativa que está detrás de ese estado de ilusión de los aficionados que el nuevo entrenador ya palpó el día de su estreno oficial.
Intensidad y toque
Futbolísticamente, Arroyo admite el toque de balón como su gran arma, aunque avisa de que su idea de juego, influida por Paco Jémez y el modelo que el técnico canario extendió por todos los equipos del Rayo, tendrá su vuelta de tuerca en Galapagar: “Habrá matices. No podemos llevar esa idea al extremo porque entonces estábamos en período formativo, pero la idea que me gusta es tener el balón y ser protagonistas, y cuando no lo tengamos ser muy intensos para recuperarlo”. Algo de ello ya se vio en el primer partido ante el Recuerdo, saldado con 5-0 y un gran caudal de juego y ocasiones. La vitola de ser el primer líder de la liga se perdió una semana después con la derrota ante el filial del Alcobendas Levitt, el Academia Intersoccer (3-1), un resultado que hará trabajar a Javier Arroyo en clave psicológica: “Yo soporto bien la presión, porque en el Rayo estás sometido mucho al entorno, a los representantes y demás. Pero lo que me preocupa es la presión al jugador, al que la gente le dirá que tiene que ascender. Me preocupa que eso no afecte, porque lo de favorito hay que demostrarlo domingo a domingo”. El Galapagar intentará alcanzar una de las dos plazas de ascenso en una liga de 18 equipos que Arroyo tiene estudiada minuciosamente. “Comparto vídeos con otros entrenadores y he visto ya a la mitad de los equipos. Junto con el grupo IV creo que el más fuerte. Opciones hay, pero va a costar mucho”.

Texto: Jaime Fresno / Fotografías: R. Herrero

 

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