«Honores y deshonores» (Columna de Félix Alonso, Colectivo Rousseau)

Conversando con Rafael Simancas y Enrique Barón en los cursos de verano, éste último me recordó las vicisitudes del PSOE de la época para que tanto el edificio como los propios cursos arrancaran, hasta llegar a estos casi 30 años. Conozco bien esas gestiones, vividas de cerca con el concejal de Cultura del grupo municipal socialista Jesús Osuna. La pregunta que nos hacíamos era muy simple: ¿Cómo no se reconoce positivamente en el tiempo una gestión que dio resultados beneficiosos para nuestro pueblo? La respuesta puede ser variada, desde el discurso que caló en la época -elaborado por Ansón, director del ABC- de “paro, despilfarro y corrupción”, que se llevó todo por delante, a la propia incapacidad local de ir generando un discurso ganador a lo largo de los años. Me asalta la duda de si hoy se conoce a Osuna o a Manuel Rodríguez Casanova, pero por la concesión de honores de cara al pleno del patrón me temo que no.

penderecki

Las gentes (no sé si ésta palabra tiene derechos de autor) de nuestro pueblo consideran a San Lorenzo referente de la cultura, y no les falta razón. Este mes, en los conciertos del patio de coches del Monasterio hemos tenido el privilegio de ver dirigir al máximo representante de la música contemporánea, Krystof Penderecki. Yo no daba crédito. Pensaba escuchar una obra suya, pero no imaginé que él estuviera en persona. El compositor de la película “El resplandor”, de Kubrick, el creador del emocionante réquiem polaco que compuso con ocasión de la inauguración de la estatua conmemorativa de los muertos en Gdansk en el año 70 por el gobierno. Emocionante. Hacerle entrega de un recuerdo por su visita, reconociendo su inmensa labor musical, me hubiera parecido lo más lógico del mundo, pero ¡oh decepción! Ausencia total del equipo de Gobierno.

el toro bravo

Nuevamente en las redes el debate cansino sobre la ausencia de corrida de toros el día de San Lorenzo. La película “El brau blau”, de Daniel V. Millamediana, me dio la oportunidad de comentarla en filmaffinity, el día de su estreno, de la siguiente manera: “La película nos recuerda inmediatamente el estilo de Lisardo Alonso y Albert Serra, o sea que estamos hablando de un director a tener en cuenta. Pero lo que me interesa destacar es el concepto de toreo interior, y ponerlo en analogía con la escuela más sobria de vida, al modo en que lo hace Víctor Gómez Pin, catedrático de Filosofía de la Universidad de Barcelona y defensor de la tauromaquia. La pregunta que nos hacemos es lo que pasaría si justamente en el momento en que el protagonista está toreando de salón en el coso que previamente se ha construido, y que es igual de redondo que la plaza Monumental de Barcelona, de pronto aparece un toro de verdad, un animal de 500 kilos haciendo “el avión”. ¿Sería capaz de seguir embelesándose nuestro admirador de José Tomás acometiendo las embestidas? Ahí está la esencia. En la exposición de la vida de un hombre a exponerse a voluntariamente a morir residiría el concepto fundamental de la tauromaquia, y no en el maltrato como algunos piensan”. Hoy en día sigo pensando lo mismo.

Tuve la osadía de presentar un proyecto en  “Imagina Escorial” en el que se veía la plaza llena de filósofos en lugar de público. Allí estaban desde Marx a Nietzsche, pasando por Rousseau, y una avioneta que portaba una pancarta en favor de Peter Singer, el gran teórico de los animalistas. Me reservo los comentarios que pude escuchar en la lejanía. A la gente (con perdón) que nos gusta la cultura sentimos la ausencia de tauromaquia en nuestra localidad… Y la calle Juan de Toledo con baches.

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