La Sierra de Guadarrama en el Museo del Prado: un recorrido de Velázquez a Jaime Morera, pasando por Goya, Carlos de Haes o Martín Rico

Coincidiendo con el centenario de la aprobación de la primera Ley de Parques Nacionales en España, el Museo del Prado ha organizado un recorrido a través de varias obras en cuyos paisajes se refleja la Sierra de Guadarrama y su entorno, declarada Parque Nacional hace dos años. La notable aparición de la Sierra en numerosas pinturas estaría justificada principalmente por su proximidad a Madrid, además que se establecieron sitios reales en San Lorenzo de El Escorial y La Granja. Este itinerario comienza con Diego de Silva y Velázquez (1599-1660), que en “Felipe IV a caballo”, cuadro destinado al Palacio del Buen Retiro, situó la escena en un amplio paisaje, con unas curvas que recuerdan a la Sierra de Hoyo vista desde el Monte del Pardo. Más claramente aparece el Alto de las Guarramillas (Bola del Mundo) y La Maliciosa en “El Príncipe Baltasar Carlos a caballo”.

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«Felipe IV a caballo», Diego Velázquez
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«Carlos III cazador», Francisco de Goya

La Sierra, explican desde el Prado, juega un papel secundario desde el punto de vista narrativo, “pero tiene una presencia que nos habla de un artista con unos intereses nada comunes entre sus colegas contemporáneos”. Velázquez cambia de escenario el “El Príncipe Baltasar Carlos, cazador”, dejando ver al fondo la vertiente sur de la Sierra de Guadarrama, en concreto Las Machotas, entre Zarzalejo, El Escorial y San Lorenzo.

Lugares como Abantos, Las Machotas o La Maliciosa eran habituales para el rey y su corte, ya que los frecuentaban cuando salían a cazar o pasaban largas temporadas en el Monasterio. Además, la Sierra de Guadarrama también se asomó en otras obras de Velázquez, como “Bufón con libros” o “El niño de Vallecas”.

 

 

 

 

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«El Príncipe Baltasar Carlos cazador», Diego Velázquez

 

Después, la Sierra de Guadarrama perdió protagonismo pictórico durante años, hasta que Francisco de Goya la recuperó para algunas de sus obras. Es el caso del retrato de “Carlos III cazador” (1788), cuyo paisaje reflejaría la zona de caza en los alrededores de El Escorial –donde el monarca pasaba parte del año- o El Pardo.

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«La Primavera», de Francisco de Goya

También en los cartones para tapices aparece la Sierra: así ocurre en “La Primavera”, que ofrece una vista de El Escorial con las Machotas al fondo, “paisaje que el autor acababa de observar en directo al ir a presentar sus bocetos al rey”, tal como recoge la publicación editada por El Prado. En uno de los cartones más conocidos, el de “La gallina ciega”, el paisaje parece ser el que se puede ver desde el río Samburiel cerca del embalse de Navacerrada, en el Valle de La Barranca, permitiendo observar algunas de las cumbres serranas más reconocibles, como Siete Picos, La Bola del Mundo o La Maliciosa.

Ya en el siglo XIX, Carlos de Haes, pintor de origen belga aunque criado en España, se acerco a nuestro entorno en obras como “Valle en la Sierra de Guadarrama”, en donde son fácilmente reconocibles La Mujer Muerta y Siete Picos. Contemporáneo de Haes fue elMartín Rico (1833-1908), pintor nacido en El Escorial que realizó numerosas excursiones por la Sierra. La acuarela “Dos pinos en el Guadarrama” o el óleo “Un paisaje del Guadarrama” dan cuenta igualmente de esta cercanía, abordada desde una perspectiva realista.

 

 

 

 

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«Un paisaje del Guadarrama», Martín Rico

Uno de los principales discípulos de Carlos de Haes fue Jaime Morera (1854-1927), que a partir de 1890 pasó varios inviernos pintando en la sierra, “realizando más de 50 cuadros durante la estación invernal, que conformarían una de las series más importantes de paisaje en España durante el siglo XIX”, explica la mencionada publicación del museo madrileño. Se trata de una serie especialmente valiosa también desde el punto de vista de la topografía, como se puede comprobar en “Piornos del Guadarrama” (1901), en donde representó el puerto de La Morcuera. Además, Morera reflejó sus ideas en el libro “En la sierra del Guadarrama. Divagaciones sobre recuerdos de unos años de pintura entre nieves”, publicado en 1925.

 

 

 

 

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«La Cruz de la Horca», Martín Rico

Otro de los pintores ‘serranos’ fue Aureliano de Beruete, que de hecho fue uno de los fundadores de la Sociedad para el Estudio del Guadarrama, creada en 1886, así como miembro fundador de la Institución Libre de Enseñanza. La Maliciosa, Cabeza de Hierro y la Cuerda Larga forman parte habitual de sus horizontes vistos desde Madrid.

Finalmente, Antonio Degrain, también discípulo de Carlos de Haes, mostró un notable interés por la pintura de paisaje, con obras como “Paisaje del Pardo al disiparse la niebla”, que en segundo término permite apreciar algunas de las características formaciones de La Pedriza.

Este itinerario se realizó este martes 7 de junio, repitiéndose el próximo martes 14, a las 11.00 y 17.00 horas.

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«Piornos del Guadarrama», Jaime Morera
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«Valle en la Sierra de Guadarrama», Carlos de Haes
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